sábado, 22 de agosto de 2015

Inundaciones cada vez más corrientes



Desde Luján, una de las ciudades más afectadas por las últimas inundaciones, habla una militante social, Karen Krens, en diálogo con La Revancha

El agua empezó a escurrir. Y mientras las cámaras apuntan para otro lado, en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires comienza otra etapa, la de post inundación, aquella en la que hay que reconstruir lo dañado o perdido.
Una de las ciudades más afectadas por la inundación fue, y siguió siendo, Luján. Desde allí, Karen Krens, integrante del Movimiento para la Unidad latinoamericana y el Cambio Social (MULCS), dio para La Revancha (FM La Tribu) un panorama de lo que pasa en sus calles con relación a la inundación, y enumeró las causas que llevaron a la situación actual.

¿Cuál es la situación actual en Luján y de los más afectados por las inundaciones?

El agua ya bajó, no está en las casas y las familias esperaron a que saliera el sol para empezar a limpiar. Si sigue lloviendo la limpieza no surte efecto porque queda todo húmedo, no se seca nada. Estamos en el barrio Padre Varela repartiendo productos de limpieza, que fueron llegando de distintos puntos de donaciones, y haciendo con la familia la tarea de limpieza y desinfección de las casas. Así que de a poco están volviendo, están limpiando, acomodándose, para volver a empezar.
Algo que quedó más expuesto es la implicancia de las grandes construcciones inmobiliarias, en la cuenca del Río Luján, que van afectando los humedales del río. ¿Qué elementos, además de la cuestión inmobiliaria, identifican como las causas de esta inundación?
Ese es uno de los tantos causantes de las inundaciones. Si uno habla con los vecinos de los barrios inundados, ninguno le va a decir que se inundó porque llovió mucho. Acá en el barrio Padre Varela contamos con un espacio público: una reserva forestal. Parte de ella fue cedida al sindicato de peones de taxi de la Ciudad de Buenos Aires e hicieron intervenciones sobre el arroyo. Esto hizo que el agua no pudiera escurrir normalmente, y que el barrio se inunde mucho más rápido y mucho más que hace unos años. Es como un ejemplo chiquitito, a nivel más barrial, de lo que sucede en el resto de la cuenca del río Luján en relación con los countries y demás. Esas construcciones levantan el terreno, modifican la función de los humedales, que es alojar las crecidas de agua, impidiendo que llegue o que no llegue tan rápido a las zonas donde actualmente se inundan. Hay casas que quedan completamente bajo el agua y tiene que ver con ese tipo de intervenciones.
Otra de las cosas que nosotros observamos está vinculada al tipo de producción agrícola, porque se modifica la siembra directa y la maquinaria pesada que ponen en los campos y demás modifican el nivel de absorción de los suelos. Eso hace que los campos, en vez de estar absorbiendo el agua, conduzca el agua al río Luján a través de los canales clandestinos, hasta que no tiene más capacidad de soportarla y empieza a venir hacia nuestros barrios.
Una de las soluciones que se piensa es la canalización del agua, sin entender mucho a dónde es que se desagota. ¿En Luján has podido observar obras en los últimos años, qué participación tuvo la comunidad?
El año pasado, luego de la inundación de fines de octubre, principios de noviembre, hubo una reunión con los estados provincial, municipal y nacional en cuanto al debate de lo que tenía que ver con obras, pero la realidad es que no nos han escuchado ni prestado atención a los planteos que hicimos. Nosotros explicamos que la principal obra que se tiene que hacer no tiene que ver con dragados o canalizaciones ni nada de ese estilo, sino que básicamente los humedales vuelvan a cumplir su función primordial. Si seguimos modificando su función, si los canales clandestinos siguen existiendo, si la producción agrícola sigue haciendo la siembra directa con maquinaria pesada, por más que se canalice, esa agua se va a seguir yendo a otro lado y va a seguir inundando otros lugares. En realidad, de eso se tienen que ocupar, que los countries se retiren de las zonas donde están, que saquen todos esos terraplenes, los rellenos de tierra que ponen en los humedales para ubicarse en los niveles más altos, para no inundarse, justamente.
Habría que modificar el modelo sojero de producción agrícola y también lo que se había pedido fue la relocalización de las familias que, sin quedarle otra, se terminan ubicando a orillas de los ríos y los arroyos porque el negocio inmobiliario es el que prima, por lo menos en Luján, y es imposible acceder a un pedazo de tierra si quieren comprarla.
Recordemos en que en general lo que se hace es que se compran tierras a muy bajo precio, tierras que son inundables, se hace una inversión para elevar los terrenos y lo que no se dice es que eso trae consecuencias, por ejemplo, en Luján.
Eso sucede en lo que es en la zona ribereña, en la zona de los arroyos. De hecho, en uno de los barrios donde tenemos anclaje territorial están queriendo construir un country. Los vecinos están pegando el grito en el cielo porque saben que esas cosas hacen que ellos se inunden cada vez más y cada vez más rápido. Por ejemplo, un barrio que se llama Villa del Parque, que hoy en día se inunda muchísimo más rápido porque no escurre el agua y la autopista no hizo las canalizaciones correspondientes. El barrio Los Laureles, también. Está a cinco kilómetros del río Luján, y se inunda por los canales clandestinos de los campos que desembocan directamente en el barrio. Son varias las consecuencias que estamos sufriendo por el tipo de modelo de producción y el tipo de modelo de país, justamente el proyecto de país del que tanto hablan es el que hoy en día los trabajadores y las trabajadoras estamos padeciendo.

Nicolás De la Barrera / Foto por Colectivo Fotográfico El 60

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