viernes, 21 de agosto de 2015

Cristina Fernández: anuncios de campaña electoral



La presidenta brindó un largo discurso por cadena nacional donde hizo algunos anuncios y se metió de lleno en la campaña electoral del Frente para la Victoria. Finalizada la cadena, realizó tres alocuciones más ante los militantes congregados en los patios de la Casa Rosada.

Durante los anuncios formales, la presidenta estuvo sentada en la mesa junto al ministro de Economía y candidato a diputado nacional por la Capital Federal, Axel Kicillof, y por el jefe de Gabinete y candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández..
Luego fue acompañada por un nutrido grupo de gobernadores y funcionarios para hablarles a los militantes, incluido Daniel Scioli, que tuvo su debut en los patios de la Rosada.

Los anuncios

Uno de los anuncios formales -previa inauguración de obras, transmitida por teleconferencia-, fue la firma de un convenio con quince provincias para refinanciar sus deudas.
Los gobernadores presentes (entre ellos Scioli) desfilaron para firmar el acuerdo en representación de sus provincias. Como fue una costumbre permanente durante las administraciones kirchneristas, el Gobierno “refuerza la lealtad” de los gobernadores con una dosis de “bonapartismo fiscal”, refinanciando (o no) las deudas de las provincias de acuerdo a sus intereses políticos y convirtiendo estos “favores” fiscales en actos de campaña.
También anunció el envío al Congreso Nacional de una ley para la creación de la Agencia Nacional de Participaciones Estatales en Empresas (ANPE) con el fin de controlar el manejo de las acciones que el Estado posee en empresas privadas, cuya comercialización pasará a depender de una aprobación del Parlamento. Informó la remisión de una iniciativa para declarar de "interés público" a las participaciones accionarias del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) que administra la ANSES. Estas acciones pasaron a manos de la ANSES cuando se estatizaron los fondos de las AFJPs que tenían inversiones en empresas privadas.
La decisión de una eventual venta de estas participaciones deberá pasar por el Parlamento y deberá ser aprobada por las dos terceras partes. “No estamos impidiendo que se venda, sino que se discuta cómo se vende”, aclaró. De esta manera puso límite a la ya de por sí limitada intervención estatal en estas empresas que no afectó interés fundamental alguno de las ganancias de quienes “la juntaron con pala”.

Inundados en obras

Hacia el fin de la transmisión de la cadena y en los patios de la Rosada, reivindicó los “logros” de su gestión. Entre ellos, la presunta baja de la desocupación al 6.6% que informó el INDEC esta semana y enumeró una larga lista de obras hechas por el Gobierno nacional en materia hídrica. Con esto intentó responder a los cuestionamientos por su silencio durante las recientes inundaciones que castigaron a las poblaciones, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
"La última vez que hablé fue un miércoles y ya estaban las inundaciones", afirmó. Y además explicó: “me acuerdo que el día jueves lo llamé a Sergio Berni que venía de Pergamino y volví a hablar el día domingo".
En todo momento se refirió a las acciones del Gobierno nacional y no a las medidas de Scioli y mucho menos a su “desafortunado” descanso en Italia con su provincia inundada.
También dijo que tiene la "obligación" de puntualizar todas las obras que hizo el Gobierno nacional y manifestó que espera que "los próximos gobiernos hagan la misma cantidad o más obras que las que hemos hecho".
"Con que hagan la misma (cantidad) sería más que estupendo", exigió.
La realidad de los que sufrieron las inundaciones no cambia con los minutos de silencio o con la extensa enumeración de obras que no evitaron los estragos que produjo el agua. Después de 12 años de administración, no han solucionado el drama estructural que padecen millones en todo el país y sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Luego lanzó los primeros dardos contra el PRO: es una “obscenidad ir a sacarse una foto con los pobres cuando llueve", afirmó, en clara referencia a las fotos que se hizo sacar María Eugenia Vidal, la candidata a gobernadora de Macri, en las zonas afectadas.
Parece haber olvidado que en en abril de 2013 (año electoral), protagonizó una “obscenidad” casi calcada cuando visitó la localidad de Tolosa, en plena inundación.
El detalle “de color” (oscuro) es que las botas que utilizó en aquella oportunidad, podrían haberse comprado en la misma casa donde las adquirió Vidal.

El candidato y el proyecto

Hacia el final de su discurso se refirió a Daniel Scioli, el candidato por el Frente para la Victoria y volvió a nombrarlo en los discursos ante los militantes.
Primero se encargó de recordar que en el 2011 ella había ganado por el 50% en las PASO y fue ahí cuando comenzaron “los ataques” que “no son contra un candidato, sino contra el Frente para la Victoria”.
Lo curioso es que el momento que eligió para sentenciar el “comienzo de los ataques” coincide exactamente con las primarias de hace cuatro años atrás, cuando la lista que ella encabezaba obtuvo doce puntos más de los que alcanzó Scioli el pasado 9 de agosto (poco más del 38%). Si no lo fue, se pareció mucho a un recordatorio velado de la baja performance del gobernador de Buenos Aires que, como afirmó Máximo Kirchner la misma noche de la elección, no llegó ni al 40%.
Tampoco se privó de recordarle a Scioli que había sido amigo de Mauricio Macri: "Daniel, sé que vos eras amigo de él (Macri), a veces te desilusionás".
Y aclaró que la cara de Macri “es la misma de siempre, la del grupo”, en alusión a que Scioli había confesado días pasados que vió “la peor cara” del candidato del PRO.
Pasadas las facturas correspondientes, despotricó contra Macri y Carrió, a quien vinculó con “la derecha republicana que la financia desde Washington". Y también disparó contra otros referentes de la coalición Cambiemos. "Es increíble que alguien pueda criticar al Papa por pedir paz”, afirmó en referencia a las declaraciones de la dirigente macrista, Laura Alonso, que había criticado a Francisco por su apoyo al “diálogo” por las islas Malvinas.
“Quieren volver a la subordinación nacional y llevar al país a la situación que estábamos en 2003”, sentenció. El cuestionamiento era hacia Macri porque afirmó que había que pagarle “al contado” a los fondos buitre cuando se conoció el fallo del Juez Thomas Griesa.
“Se tendrían que haber alineado con el gobierno, se tiraron un tiro en el pie, por no decir en otra parte”, agitó frente a la militancia.
Luego llamó a respaldar a todos los candidatos del oficialismo porque "no todos son como queremos nosotros. No nos pongamos en fiscales ni jueces de nadie. Hay que sumar voluntades", dijo, marcando las diferencias con Scioli.
"No es elegir entre el FpV y el Arcángel San Gabriel. No, del otro lado, están los que tumbaron a Alfonsín", aseveró en lo que pareció una confesión de que su candidato es una especie “mal menor”, porque del otro lado serían peores.
Y luego realizó una interrogación, que también tuvo la forma de una advertencia: "¿Ustedes creen que alguien quiere quedar en la historia como la persona que traicionó las políticas de las que formó parte?".
Y en la misma sintonía sentenció que “las ideas y el proyecto siguen adelante porque están enraizados en la sociedad argentina”.
Respaldó a su candidato, pero aclaró: “esta presidenta solo tiene compromisos con su pueblo y con la historia”.
Pese a todas las frases épicas, en política real, fue un fuerte respaldo condicionado, para lograr que la “historia” quede a partir de diciembre en manos de Scioli.

Fernando Rosso
@RossoFer

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