sábado, 22 de agosto de 2015

El VI Congreso del PCC, un punto de inflexión en Cuba



Cuando se refiere a los “cambios en Cuba” no debe hacerse solamente, en relación a los anuncios de diciembre pasado y la relación con Estados Unidos. Cuatro años atrás se realizó el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba donde se construyeron cambios sustanciales para la sociedad cubana y sobre todo para la economía de la isla.

“La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea principal y el centro del trabajo ideológico de los cuadros, porque de ella depende la sostenibilidad y preservación de nuestro sistema social”. Estas son las palabras con las que comienza el documento de “Lineamientos de la Política Económica y Social” que condensa el trabajo del pueblo cubano y sus representantes en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Este trabajo final –que servirá de organizador y dinamizador de la sociedad cubana– cuenta con 313 lineamientos, pero fue producto de tres etapas de trabajo: la discusión del proyecto de Lineamientos por el pueblo que se realizó entre diciembre 2010 y febrero 2011, incluyendo la discusión de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular realizada en diciembre de 2010; la segunda etapa se realizó del 8 al 10 de abril de 2011, en cada provincia por los delegados e invitados al VI Congreso; y por último, se realizó discusión en las Comisiones durante el VI Congreso el 17 y 18 de abril de 2011.
Esta construcción y debate entre el pueblo y sus delegados durante más de cuatro meses generó importantes cambios y aportes al resultado final, como explica el documento “Información sobre el resultado del Debate de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”: “Los 291 lineamientos iniciales se analizaron en 163 mil 79 reuniones, con 8 millones 913 mil 838 participantes; (…) Se realizaron 3 millones 19 mil 471 intervenciones, que se agruparon en 781 mil 644 opiniones. Más de 395 mil opiniones fueron aceptadas e incluidas en la reformulación de los Lineamientos; unas 210 mil correspondieron a acciones de la implementación; más de 65 mil fueron dudas”. En la segunda etapa, de “Discusión en las provincias (…) participaron 978 delegados y 216 invitados, organizados en cinco comisiones. (…) Las plenarias provinciales aprobaron presentar al Congreso 257 propuestas sobre 146 Lineamientos (57% del total de Lineamientos)”. Por último, “durante el VI Congreso. En las cinco Comisiones participaron 986 delegados y 97 invitados. Se modificaron 86 lineamientos, para un 28 % de los 311. Además se aprobaron dos lineamientos adicionales, lo que hace un nuevo total de 313 lineamientos.” La Presentación concluye explicando que “Esto ratifica que los Lineamientos de la Política Económica y Social son la expresión de la voluntad del pueblo, contenida en la política del Partido, el Estado y el Gobierno de la República de Cuba”.
El VI Congreso del Partido Comunista se erige como un punto de inflexión necesario en la isla. Tanto la situación nacional como internacional, enmarcadas en un contexto de crisis, exigían cambios en todos los ámbitos de la vida social, sobre todo en el económico. La trascendencia de este Congreso también se grafica en su fecha de realización: el comienzo del mismo se realizó el 16 de abril de 2011, al cumplirse el 50 aniversario de la proclamación del carácter socialista de la Revolución, en 1961.
La Introducción a los “Lineamientos…” posee una fuerte carga de autocrítica: “En el orden interno, han estado presentes factores tales como: baja eficiencia, descapitalización de la base productiva y la infraestructura, envejecimiento y estancamiento en el crecimiento poblacional”.
Rolando Astarita es docente de economía en la UBA y en su blog hizo una larga presentación sobre la situación actual de la isla. Entrevistado por Marcha, explica que “el VI Congreso lo que plantea desde el punto de vista económico es que la productividad es muy baja. Esto es un problema fundamental. Aquí entran muchos factores, tanto de atraso tecnológico, objetivos, etc., como también de falta de compromiso de las fuerzas del trabajo con el sistema: Desatención, falta de disciplina, robo hormiga, corrupción generalizada. El VI Congreso plantea que esto es un problema central y toma medidas en el sentido de racionalizar, pero sin atacar el problema de fondo, que es el atraso tecnológico, la desafección de los trabajadores en relación a los medios de producción que ven como extraños, ajenos”.
Se sostienen algunas premisas fundamentales para dar pie a las innovaciones y renovaciones en el sistema económico y social: “El sistema económico que prevalecerá en nuestro país continuará basándose en la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción, donde deberá regir el principio de distribución socialista “de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo”. La política económica en la nueva etapa se corresponderá con el principio de que sólo el socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución, y que en la actualización del modelo económico primará la planificación y no el mercado”, explica el documento de los “Lineamientos…”.
Se ratificó la planificación socialista como la principal vía para la dirección de la economía nacional, se alienta a la desestatización de algunos empleos, como también –y este es uno de los cambios fundamentales– la posibilidad creación de pequeñas cooperativas de servicios, contratación de empleados y la obtención de microcréditos. Otra definición fue la eliminación gradual de la libreta de abastecimiento y la mantención de los programas y políticas de gratuidad y universalización de la salud, la educación y la cultura.
En relación a las nuevas formas de gestión que fomenta el documento, Astarita considera que esto dará paso a una transición a una economía de mercado, fortaleciendo lo que llama “formas proto-capitalistas” que ya existen en la isla y afectando también la universalización de los servicios básicos e indispensables: “En la medida en que se empiezan a desarrollar relaciones capitalistas esto se erosiona también. Primero, la salud hoy no es la misma para todos. (…) Lo mismo podemos decir con la educación. No son las mismas las posibilidades de educación que tiene el hijo de un funcionario del partido que las que tiene alguien que vive en las afueras de La Habana, indocumentado y con muchos problemas de sobrevivencia. Y en la medida en que vayan entrando las relaciones capitalistas, esto se va desarticulando. Ya hoy por ejemplo hay toda una red de profesores particulares en Cuba. Subrayo, empieza a disolverse esto. Son fenómenos objetivos, no es una cuestión que sea planificada por alguien. En la medida en que empiece a haber diferenciaciones sociales crecientes, estas se hacen sentir al interior de todos los servicios. Ahora, puede ser que si Cuba vuelve al capitalismo su sistema de salud se parezca más a Suecia que a Estados Unidos, eso es posible, pero es en un mercado capitalista”.
Con el VII Congreso ya anunciado para abril de 2016 –exactamente a cinco años del VI–, en la clausura del V Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado 15 de julio de 2015, Raúl Castro realizó un balance de “las principales tareas llevadas a cabo en interés de la actualización de nuestro modelo económico y social. Entre ellas se encuentra la elaboración de la conceptualización teórica del socialismo en Cuba y las líneas y sectores estratégicos que conformarán el programa de desarrollo económico y social hasta el 2030. Ambos documentos formarán parte de los temas que se analizarán en el próximo Congreso del Partido”.
Entre las principales evaluaciones, enumeró que “se continuó avanzando en la elevación del papel que corresponde desempeñar a la empresa estatal socialista como figura fundamental de la economía nacional”; “se han ejecutado diversas transformaciones en el proceso de planificación económica en consonancia con el perfeccionamiento del sistema empresarial”; “prosigue el avance en el cumplimiento del conjunto de medidas orientadas a la unificación monetaria”; “se mantiene en marcha el proceso experimental de creación de cooperativas no agropecuarias”; “a ello se une que poco más de medio millón de cubanos se desempeñan como trabajadores por cuenta propia en múltiples actividades, cifra que seguirá creciendo de manera paulatina, al trasladarse a esta forma de gestión un conjunto de establecimientos gastronómicos y de servicios a la población, preservando el Estado la propiedad de los inmuebles”.
Frente al diagnóstico con el que se iniciaba el VI Congreso en 2011, el anunció más importante refiere a que “se ha revertido la tendencia a la desaceleración de la economía cubana”. Esta situación se complementa con la férrea decisión política que expresa Raúl: “Continuaremos a nuestro ritmo el proceso de transformaciones en la sociedad cubana, que hemos decidido soberanamente con el apoyo mayoritario del pueblo, en aras de la construcción de un socialismo próspero y sostenible, garantía esencial de nuestra independencia”.
El escenario que se abre luego de este VI Congreso, las contradicciones y paradojas de los lineamientos referidos al cuentapropismo, las formas no estatales de gestión, las pequeñas cooperativas y trabajadores en relación de dependencia; sumado al descongelamiento de relaciones con Estados Unidos y a la luz del ya anunciado VII Congreso, serán los disparadores de la próxima entrega del Especial de la Actualidad de Cuba de Marcha Noticias.

Francisco Farina

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