martes, 11 de agosto de 2015
De regreso a octubre, o lo que dejaron las PASO
Con los resultados sobre la mesa, comienzan las estrategias de cara a octubre. Los análisis de los resultados dejan entrever las proyecciones que tendrán los candidatos en la disputa por los votos.
Los resultados finales llegaron y todas las fuerzas políticas dicen que de alguna manera han salido ganadoras. Scioli por encabezar los comicios, Macri por la sorpresiva elección de Vidal en provincia y Massa por ser el tercero en discordia. El panorama no es muy distinto del que predecían las encuestas, bocas de urnas y las primeras tendencias que fueron apareciendo en la madrugada del lunes. El primer paso ya está dado, y las internas están resueltas: cada espacio tiene un candidato a presidente y unos meses para consolidar una estrategia que le permita ganar en primera o segunda vuelta.
Los resultados
El claro ganador de la jornada fue el candidato del Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli. El elegido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner contó con la unción que evitó una interna en el FPV y una elección que supera el 38% de los votos. Queda ver que análisis se hace de este porcentaje desde el kirchnerismo, más allá del festejo oficial. El FPV esperaba una diferencia mayor con Cambiemos que no se concreto, lo que da lugar a las especulaciones sobre los números para octubre si alcanzaran para una victoria de Scioli en primer vuelta.
En segundo lugar se encuentra la alianza Cambiemos, compuesta por el PRO con Mauricio Macri como candidato, la Unión Cívica Radical que llevó a Ernesto Sanz como representante del centenario partido y Elisa Carrio. La interna se dirimió, como era de esperarse, en favor del actual Jefe de Gobierno. Cambiemos como fuerza logro acaparar el 30% de los votos en la jornada de ayer; y Mauricio Macri el 24% de los votos nacionales.
La alianza Una Nueva Alternativa (UNA) dirimía la interna entre el gobernador José Manuel De La Sota y el diputado nacional Sergio Massa, cuyos porcentajes de votos fueron 6,4% y 14,2% respectivamente. De esta forma, UNA se posicionó como la tercera fuerza y acumuló algo más de un 20%, porcentaje poco imaginado teniendo en cuenta los datos que circulaban en las semanas previas a las elecciones.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) por primera vez utilizó las PASO para conformar su fórmula presidencial. El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) sorprendió con la victoria de la lista “que llevó a Nicolás Del Caño frente a la “Lista de Unidad” del Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista (IS). El FIT se ubicó en quinto lugar a nivel nacional, con un 3,3% de los votos. Una mínima diferencia de 15.000 votos alejó a Jorge Altamira y Giordano de la fórmula presidencial.
El PTS supo capitalizar la referencia de su candidato en la provincia de Mendoza –por la cual es diputado nacional– donde de los casi 90.000 votos del FIT, Del Caño obtuvo más de 82.000, el 91,5%; su lista también se impuso en Neuquén y Santa Fe. Por su parte, la “Lista de Unidad” salió triunfante en la Capital, Córdoba y en la provincia de Buenos Aires.
Margarita Stolbizer obtuvo un 3,5% y Adolfo Rodríguez Saa un 2,1%, ambos sin internas. En términos más generales, de las 11 fuerzas que compitieron ayer, cinco quedaron por debajo del piso del 1,5% de votantes: el Frente Popular de Víctor De Gennaro, el Movimiento al Socialismo con Manuela Castañeira, el MST – Nueva Izquierda de Bodart y Ripoll, el Partido Popular de Mauricio Yattah y el Movimiento de Acción Vecinal de Raúl Albarracin. De los 15 pre-candidatos para presidente solamente competirán seis; y según los números de domingo el 89% de los votos, se lo dividen entre las primeras tres fuerzas.
Análisis y proyecciones
Ahora comienza el ajedrez que tiene como objetivo el sillón presidencial. Cada candidato define sus metas a corto y mediano plazo, como también las estrategias afines con sus objetivos.
Una consideración importante a la hora de los análisis políticos se asienta en lo endeble de las proyecciones de los votos de las PASO, o por lo menos de la suma lineal de los votos por fuerza. Es decir, los votos de Cambiemos no se computan automáticamente para Mauricio Macri, como los de UNA no son patrimonio de Sergio Massa.Todos deben cuidar sus votos y los de sus frentes, como también convencer a los ajenos.
Ya comenzó la presión para un intento de “unidad” entre Massa y Cambiemos o la posibilidad de que Massa baje su candidatura. En el caso de Carrio ya habló de que hay sólo dos candidatos y que la polarización será entre Scioli y Macri. Lo cierto es que, más allá de los intentos de los sectores dominantes de potenciar esa polarización, la elección de Massa y la posibilidad de voto a una alternativa de izquierda permiten mejorar las chances del resto de los candidatos.
El resultado de Daniel Scioli por supuesto que no es despreciable, en lo más mínimo. 38% propio y 14% de diferencia con su rival más próximo no es menor. Pero la aspiración de superar el piso de los 40% -considerando su nula competencia en una interna y siendo el candidato de Cristina- dejó un gusto a poco. Si bien los 38 puntos no son –ni cerca– un techo para el gobernador de la provincia de Buenos Aires, resta ver de qué espacios políticos logrará recoger los votos que lo separan de alcanzar la Casa Rosada en la primera vuelta. El ballotage puede ser un verdadero problema para el oficialismo si se recrudece desde la oposición la idea de la polarización y dicotomía “kirchnerismo/anti-kirchnerismo”.
Un respiro para Scioli puede encontrarse en lo que UNA intenta capitalizar como el “quiebre de la polarización” y disputa del espacio anti-kirchnerista con Mauricio Macri. Esta disputa de votos, puede darle margen al oficialismo que necesita 40% de los votos y una diferencia del 10% con la segunda fuerza para evitar el ballotage.
Sergio Massa sigue reforzando un discurso dirigido a los sectores más conservadores y derechosos de la sociedad, con fuertes consignas punitivas, y busca capitalizar y delimitar un núcleo duro de votantes. Por el contrario, Macri intenta interpelaciones más dialoguistas: en el acto por el triunfo en la Capital de Horacio Rodríguez Larreta, tuvo importantes consideraciones con las políticas más importantes del ciclo kirchnerista (Ver la nota Makrismo); este domingo también se mostró como el interlocutor de distintas y divergentes tradiciones políticas y económicas de las cuales dice haber nutrido su propuesta
Las estrategias de Macri y Massa bien sirvieron para sus objetivos de cara a las PASO, ya que hoy son los únicos con capacidad de forzar una segunda vuelta. Resta saber si sostendrán o modificaran sus estrategias para disputar con el sciolismo.
El Frente de Izquierda tiene dos cuestiones importantes a atender. Por un lado la situación interna del FIT, tras superar la primera interna del frente electoral. En ese sentido la tensión abierta en relación al PTS –que se muestra como el ala más ideologizada y menos permeable a la participación de otras organizaciones de tradiciones no trotskistas–; por otro lado la estrategia de sostener y mejorar la buena elección realizada en distintas provincias para poder alcanzar la obtención de diputados nacionales.
Dados los buenos resultados que se vienen acumulando desde el 2011 –en esta ocasión se duplicaron los votos de aquella elección–, sumado a la posibilidad de traccionar los votos de las opciones de izquierda que no superaron las PASO, el Frente de Izquierda anhela poder conquistar bancas de diputados nacionales en las provincias de Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y la Capital.
En un momento de crecimiento electoral importante para la izquierda –sólo representado por el FIT a nivel nacional– es importante lograr consolidar las proyecciones de desarrollo y amplitud –como se ha demostrado en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires de este año– con el anhelo de transformar a ese Frente en una plataforma electoral para una izquierda más amplia y heterogénea a nivel nacional.
Quedan dos meses intensos de campaña. Hace tiempo ya se hacen sentir los límites del modelo económico –neodesarrollista– expresado en los crecientes conflictos laborales, y los tres candidatos representan una agenda de ajuste para el pueblo trabajador. Cada cual tiene un sector a conquistar para seguir en carrera: Macri estará al asecho de los votantes de Massa; Scioli debe salir del voto K e interpelar a los sectores medios. El FIT deberá sostener y potenciar lo construido en estos cuatro años para seguir sumando una voz que represente a la clase trabajadora.
Francisco Farina
Marcha
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