Es resistida por las organizaciones ambientalistas por votarse antes de cerrar el ordenamiento de bosques nativos. Sólo el Fente de Izquierda se opuso.
Finalmente, la Legislatura de Córdoba aprobó la Ley Agroforestal, que obliga a forestar el 2 % del área productiva provincial.
El oficialismo de Unión por Córdoba fue acompañado, como de costumbre, por el interbloque Cambiemos. La bancada kirchnerista de Córdoba Podemos había propuesto en comisión aumentar el porcentaje mínimo de forestación, que pasó de un 1 % a un 2 %. Al parecer, ese incremento miserable fue suficiente y apoyaron la ley.
La iniciativa recibió el cuestionamiento de la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo (CoDeBoNa) y otras organizaciones ambientalistas, que se movilizaron a la Legisatura. La principal crítica es que se plantarán especies exóticas como pinos y eucaliptus, que tendrán un impacto negativo.
Al respecto, la Coordinadora Ambiental y Derechos Humanos de Sierras Chicas denunció que “se trata de un instrumento de fomento económico al establecimiento de monocultivos de pino y eucalipto, mediante el cual el Estado bonifica la plantación de estas especies exóticas para Córdoba, a su vez que invirtiendo millones en la compra de árboles misioneros clonados a (Biofábrica S.A.), que pretende beneficiar a los grupos económicos del agronegocio con bonificaciones a sus costos de producción”.
Por otro lado, el PTS y el Frente de Izquierda rechazaron la ley por las razones antes mencionadas y por considerarla una ley de promoción industrial encubierta, que beneficia a los productores madereros.
La ley también podría ser entendida como una amnistía para aquellos productores que hayan realizado desmontes ilegales de bosque nativo, ya que no plantea nada al respecto. Si un productor desmontó una zona y luego propone reforestar (sin importar con qué especies) un porcentaje del campo mayor al mínimo establecido por la ley, recibirá un beneficio fiscal al año siguiente.
La devastada situación ambiental de la provincia exige la restauración ecológica de los ambientes nativos, por lo que uno de los objetivos de la ley debería ser la preservación de la biodiversidad de la flora y fauna nativa, y asegurar la permanencia de los servicios que presta a la sociedad como polinización, protección de cuencas, provisión de agua, etc. La restauración es un proceso más complejo que el “enriquecimiento” que plantea esta ley y exige invertir en investigación científica básica y aplicada, planes de educación ambiental y forestal.
LID
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