miércoles, 16 de agosto de 2017
El día en que Macri convirtió la Rosada en la Casa Blanca
La reunión de Mauricio Macri con el vicepresidente de los Estados Unidos Mike Pence fue una muestra de subordinación por parte del gobierno argentino. Es que, cual si se tratara de la visita a una colonia, Pence no tuvo empacho alguno en reiterar las amenazas de intervención contra Venezuela desde la propia Casa Rosada, y ante un Macri que reiteró su apoyo a la intromisión y destacó “el liderazgo de Estados Unidos para restablecer la democracia en Venezuela”.
"El presidente Trump me envió aquí para que quede claro en la Argentina y toda América Latina que Estados Unidos no se va a quedar de brazos cruzados mientras Venezuela se desmembra", dijo Pence en un claro reclamo de alineamiento, que Macri consintió.
Un antecedente inmediato de la política de subordinación del macrismo es que el gobierno argentino no repudió las recientes amenazas (incluso de uso de la fuerza militar) de Donald Trump.
Para salvar el exabrupto de Trump y hacer más digerible el planteo intervencionista, Pence planteó que “el presidente de los Estados Unidos y yo estamos confiados de que trabajando con los aliados de la región vamos a lograr una solución pacífica a la crisis que en este momento está enfrentando Venezuela", lo que fue aprovechado por Macri para saludar la intervención “pacífica”.
A esa cruzada injerencista han sumado ya al golpista Michel Temer e incluso al frenteamplista Tabaré Vázquez. Corresponde repudiar las amenazas de sanciones que han planteado Trump, Macri y otros líderes derechistas contra el pueblo venezolano, sin dar ningún apoyo al chavismo y su Constituyente amañada.
Comercio exterior y defensa
La llegada de Pence se produce a meses de la visita de Macri a los Estados Unidos, cuando le rogó a Trump que su gobierno permitiera el ingreso de limones argentinos a ese mercado. Pero las autoridades norteamericanas aún no dieron la aprobación, pese a que se trata de ventas que no superarían los 20 o 30 millones de dólares anuales, una cifra insignificante en términos de comercio exterior.
En cambio, de aquel encuentro el imperialismo se llevó el compromiso de un trabajo más estrecho en materia de seguridad (servicios de inteligencia). Para noviembre están planificados ejercicios militares en la Amazonia, en la triple frontera Brasil-Perú-Colombia, donde las tropas argentinas han sido invitadas y no se conoce todavía ningún rechazo oficial.
Hace una semana, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, el secretario de Comercio, Miguel Braun, y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser viajaron a los Estados Unidos para tratar de destrabar el tema de los limones, pero también, y más significativos, el del bloqueo al ingreso de biodiesel y que se abra el mercado para la carne vacuna, vedada desde hace varios años.
La respuesta fue la decisión del gobierno norteamericano de postergar hasta octubre una definición sobre biodiesel y para la carne y los limones deberán seguir buscando lugar en el mercado local.
Ajuste
Los inversionistas extranjeros, al igual que los gobiernos imperialistas y el capital financiero, se reflejan en la frase dispensada hoy por Pence: "estoy aquí para felicitarlo a usted, presidente Macri, por sus audaces programas de cambio para transformar la economía del país y reinstalar la reputación en el mundo". No es, claro, un cheque en blanco, sino un reclamo para que siga a fondo con el ajuste y el ataque a los trabajadores y demás sectores populares, como condición para que lleguen las inversiones -a propósito de esto, la inversión extranjera directa cayó un 64% en el 2016. Atrajo 4229 millones de dólares, la cifra más baja desde 2009 (La Nación, 11/8).
Macri muestra subordinación y pretende avanzar con un ataque más profundo a las condiciones de vida de las masas. Para esto cuenta con una “oposición” complaciente que aplica el ajuste en las provincias y da su aval a leyes reaccionarias en el Parlamento. Y con la colaboración de la burocracia sindical, que discute levantar la anodina marcha del 22 de agosto.
La respuesta está en manos del activismo combativo y los trabajadores que dan batalla diariamente para enfrentar el ajuste, los despidos y el vaciamiento y el cierre de empresas.
Nelson Marinelli
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