miércoles, 30 de agosto de 2017

El hijo de Julio López desmintió a Hebe: “Siempre fue albañil, nunca policía”



Fue luego de que la titular de Madres de Plaza de Mayo se refiriera a López como un “guardiacárcel” e intentara marcar diferencias entre su desaparición y la de Santiago Maldonado.

El día de ayer, en una entrevista ante Radio del Plata, Hebe de Bonafini buscó establecer diferencias entre la desaparición reciente de Santiago Maldonado y la de Jorge Julio López, ocurrida en 2006. Allí, la titular de Madres de Plaza de Mayo no sólo lavó de responsabilidades al gobierno kirchnerista sino que fue aún más lejos: pretendió rescribir la historia de López mediante falsificaciones. “¿No sabían? López trabajaba de guardiacárcel. Igualmente no tiene que estar desaparecido pero no es lo mismo que un militante comprometido como este pibe”, planteó.
El hijo de Jorge Julio López, Rubén Eduardo López, respondió a Bonafini. “Me molesta que Bonafini diga mentiras de mi padre y más en un contexto político en el que todos estamos pidiendo por la aparición de Santiago Maldonado”, replicó frente a la agencia DyN. Y aclaró: “Mi viejo trabajó en la quinta de mis abuelos y a los veinte años se vino a vivir al barrio Los Hornos a la casa de un familiar. Desde entonces trabajó de albañil hasta que se jubiló”.
Según Rubén, no es la primera vez que Hebe expresa falsedades sobre su padre. Además aseguró que no lo recibió cuando quiso hablar con ella: “Si tiene dudas, tendría que venir y preguntarme a mí, no por soberbio, sino porque le voy a decir la verdad”.
Pero la valentía y el compromiso de Julio López, que era efectivamente albañil, fue reivindicado no sólo por sus compañeros de cautiverio, sino por los organismos de derechos humanos que pelearon por su aparición, denunciando la responsabilidad del Estado y la impunidad que beneficiaba a las fuerzas que los desaparecieron. Y también defendiéndolo de acusaciones falsas e interesadas.
Vale recordar que, al momento de desaparecer López, la Policía bonaerense –principal cómplice- contaba con nueve mil integrantes que provenían de la dictadura. El Gobierno reconoció ese dato pero jamás tomó medidas para separarlos y juzgarlos. Tampoco abrió los archivos que están en poder de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, ni los pertenecientes a la ex Secretaría de Inteligencia del Estado.
El próximo 18 de septiembre van a cumplirse once años de la segunda desaparición de López, querellante y testigo en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. Las similitudes con el caso de Santiago Maldonado son muchas y apuntan en el mismo sentido: el rol del Estado y sus fuerzas represivas. La lucha consecuente por los derechos humanos y contra la impunidad, debe incluir como exigencia imprescindible la aparición con vida de Jorge Julio López. Hace una década, como hoy, el Estado es responsable.

Ana Sardi

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