martes, 15 de agosto de 2017

Todo por los porotos (o cómo seguir polarizando)



Unidad Ciudadana denunció maniobras del oficialismo para evitar que el domingo a la noche se declarara ganadora a CFK sobre Bullrich. Para el Gobierno no hubo truchada sino lo mismo de siempre.

Comenzó una nueva etapa de la campaña electoral. Y la búsqueda de polarización tanto desde Cambiemos como desde el kirchnerismo se recarga. Contabilizado el 95 % de las mesas de la Provincia de Buenos Aires, el inesperado empate técnico entre Unidad Ciudadana y el oficialismo se transformó en un campo de batalla espectacular para los objetivos de ambos bandos.
La manganeta del macrismo es evidente. Pero cuesta creer a esta altura que, de no haberla realizado, el kirchnerismo hubiera festejado desaforadamente el domingo a la noche. De hecho, el búnker de Unidad Ciudadana montado en el microestadio de Arsenal se vio muy vacío y se sintió muy frío durante varias de las horas posteriores al cierre de los comicios. Era evidente que las encuestas se equivocaban una vez más y el conteo de los porotos era inevitable.

Republicanismo tardío

Tras el achicamiento de la brecha entre Bullrich y Cristina, que cerró de madrugada el recuento provisorio con apenas un 0,7 % de uno sobre la otra, la expresidente reaccionó con una “carta” difundida este lunes buscando contragolpear la maniobra oficial.
“Un nivel de concentración extraordinario e inédito (…) Con una inversión publicitaria desmedida, casi obscena (…) Un Gobierno con la suma del Poder Público (…) La desproporción de fuerza fue, y es, muy desigual y abrumadora”. Esas fueron algunas de las definiciones de Cristina Kirchner, la misma que entre 2007 y 2015 detentó un nivel de concentración extraordinario, con una inversión publicitaria desmedida, casi obscena, con la suma del poder público y una desproporción de fuerza desigual y abrumadora. Todo lo que detentó, también, Carlos Menem en los 90.
Luego tomaría la palabra el radical Leopoldo Moreau, ungido como soldado para dar esta pelea. Curiosamente, desde la noche del domingo el alfonsinista tuvo más cámara que en toda la campaña electoral. Será que no hay muchos “presentables” de peso en esta nueva etapa donde hay que salir a la caza de votos no propios.
Fue él quien habló dos veces antes de Cristina en el búnker, para decir que la jefa iba a hablar “un poco más tarde”, cuando hubiera resultados “confiables”. Y fue él quien en la tarde del lunes encabezó una conferencia de prensa en el Instituto Patria para denunciar las “graves irregularidades” en la carga de los datos.
“Asistimos a un hecho inédito desde el año 83: que un acto eleccionario es utilizado para llevar adelante un golpe de efecto publicitario. Ayer la democracia fue manipulada”, sentenció Moreau. Y agregó que “este Gobierno es la primera vez que tiene la responsabilidad de supervisar un acto electoral y ha terminado con este enchastre que significa que alrededor de 1.500 mesas de la Provincia de Buenos Aires no fueron incorporadas al escrutinio provisorio”.
A su lado la abogada Graciana Peñafort graficaba la denuncia. “Para tener una idea, en los lugares donde la alianza Cambiemos hizo una buena elección, tienen un porcentaje de carga superiores al 95 %”. Y mencionó casos como San Miguel (98), San Isidro (98), Vicente López (97,5) y Bahía Blanca (97). “Y en aquellos lugares donde Unidad Ciudadana ha hecho una buena elección, que además coincide con lugares con más población, como Florencio Varela (92), Berazategui (90), Ezeiza (92) y La Matanza (94), los datos se dejaron a actualizar entre las 4 y 5 de la mañana”, completó. Así, dijo, “podrá observarse que la detención de la carga de los escrutinios tienen alteraciones que en su repetición hace que no sea una casualidad”.
Para Moreau, Macri montó “un show publicitario” donde quiso demostrar lo que no podía demostrar con los datos objetivos de la elección”. Para Peñafort, “hubo una manipulación tendiente a construir una realidad ficticia”.
Moreau se preguntó por qué el Gobierno quiso “distorsionar la información de un proceso electoral democrático simplemente para buscar un efecto publicitario de corto plazo”. Y se respondió: “creo que lo que se intentó es evitar que los medios de comunicación tanto audiovisuales como gráficos titularan que había ganado en la Provincia de Buenos Aires Unidad Ciudadana con la lista encabezada por Cristina Fernández de Kirchner”.
Por último desde Unidad Ciudadana dijeron que recibieron “testimonios de empleados del Correo, que mantenemos en reserva, para ver cómo avanza todo esto, a quienes les dijeron que se fueran porque iban a parar la carga”. Y no descartaron presentar un pedido de interpelación parlamentaria al ministro del Interior Rogelio Frigerio.

Nada que ver

El Gobierno, obviamente, niega la acusación y se va por la tangente proponiendo debatir nuevamente una “reforma política”. “Es un extremo de cinismo que aquellos que hicieron al sistema ahora lo denuncien”, señaló el jefe de Gabinete Marcos Peña. “Le diría a la expresidenta que se quede tranquila que hace 19 meses que hay independencia de justicia, y funcionan las instituciones de la República”, agregó Frigerio.
Desde el Correo Argentino, por su parte, negaron que hayan existido irregularidades en el escrutinio. “Es falso que el conteo de votos se haya interrumpido por una orden del Ministerio del Interior”, afirmaron desde la empresa estatal. E intentaron ningunear las denuncias de trabajadores que el kirchnerismo dice tener a mano.
“El ingreso de datos se realizó en tiempo y forma y a medida que fueron llegando al centro de cómputos”, respondieron desde el Correo y compararon la metodología con lo sucedido cuando el sistema electoral estaba en manos de la gestión kirchnerista. “El recuento provisorio de votos en la provincia de Buenos Aires llegó ayer al 95,68 por ciento de las mesas, por encima del 94,75 por ciento escrutado en las elecciones legislativas de 2013”.
Y agregaron: “En las elecciones presidenciales del 25 de octubre de 2015, el recuento provisorio alcanzó al 96,67 por ciento, pero no se llegó a ese punto hasta las 9.30 de la mañana del lunes. A las 21, cuando se informaron los primeros datos oficiales, apenas había contabilizadas 1,65 por ciento de las mesas, mientras que a las 0 el recuento había alcanzado al 52,29 por ciento de las urnas”, puntualizó.

Todos ponen y todos sacan

Que el peronismo (aún camuflado de ciudadano) patalee por la existencia de maniobras con cómputos y datos por parte de quienes manejan el Estado es poco menos que un chiste. Entre 1983 y la actualidad hubo un total de dieciocho elecciones, de las cuales once fueron “administradas” por gestiones peronistas. Todas con los mismos métodos y las mismas mañas en el manejo de los escrutinios.
Que el macrismo y los radicales, fieles a sus propias mañas, sean más burdos e improvisados, no los hace peores que el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo en el manejo del “poder público”. Pero cuando de fomentar la polarización se trata, evidentemente todos los gatos son pardos.
Ahora, en esta nueva etapa de la campaña electora, el kirchnerismo inauguró cliché: al menos en la Provincia de Buenos Aires dos de cada tres votantes no eligieron a Cambiemos. Pero utilizando la misma fórmula se podría decir otro tanto de Unidad Ciudadana, empatada hasta el momento en votos con la lista que encabeza Esteban Bullrich.
Nuevos argumentos y propuestas originales no serán la impronta de la campaña que arrancan hacia octubre macristas y kirchneristas. Sólo maniobras tradicionales (más o menos burdas) para intentar salir del empate técnico y profundizar la polarización entre ambas variantes burguesas.

Daniel Satur
@saturnetroc

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