miércoles, 30 de agosto de 2017

Gendarmería Nacional, fiel a su rol represivo a lo largo la historia



Algunos momentos de la historia argentina donde la Gendarmería Nacional Argentina deja bien en claro su naturaleza represiva y los intereses de quiénes defiende.

Aunque la historia oficial dice que la Gendarmería Nacional Argentina nace como una nueva fuerza de seguridad militar con funciones de policía para proteger las zonas de frontera, lo cierto es que su rol siempre fue otro: intervenir en los conflictos sociales dentro del territorio nacional como brazo armado del Estado para sofocarlos y restaurar el “orden”. Gobiernos radicales y peronistas la utilizaron adecuándola a cada coyuntura pero sin perder “su razón de ser” como instrumento clave del aparato represivo estatal.
Los llamados “centinelas de la Patria” tienen sus antecedentes en las “gendarmerías volantes” de alcance provincial como la creada por Yrigoyen en 1921 para reprimir las huelgas de los peones rurales en Santa Cruz o la que reprime en Chaco ese mismo año la protesta delos obreros de la compañía inglesa La Forestal. Para el sociólogo Esteban Rodríguez Alzueta la ley sancionada en 1938 que crea formalmente la Gendarmería Nacional fue un pedido de la firma Bunge & Born para terminar con las andanzas de los bandidos rurales Mate Cocido y el “Vasco” Zamácola dentro en la provincia de Chaco, donde la empresa nacional tenía importantes intereses. En sus casi ochenta años de vida la GNA fue y sigue siendo un enemigo de los trabajadores y de los pueblos originarios, en esta nota recorremos algunos momentos de la historia argentina donde queda demostrada su naturaleza y los intereses de clase que defiende.

1. A la caza de los Pilagá (una masacre silenciada)

Octubre 1947. Formosa que aún no era una provincia sino un territorio nacional era explotada por grandes latifundios vendidos a empresarios nacionales y extranjeros mientras que la mayoría de la población integrada por pueblos indígenas vivía en la extrema pobreza. Los pilagá, despedidos por el empresario azucarero Patrón Costa en Tartagal (Salta), regresaron a su comunidad cercana a Las Lomitas. El miedo al “malón indígena” hizo que la prensa local y las autoridades pidieran a gritos la intervención del gobierno que utilizó a su nuevo perro de caza: la gendarmería nacional. El 10 de octubre el Director Nacional de la GNA dio la orden al Regimiento 18º para atacar con ametralladoras, fusiles y carabinas a los Pilagá concentrados en ese momento en el paraje Rincón Bomba (1). Los gendarmes de varios escuadrones cercanos se sumaron para masacrar y perseguir en el monte a la comunidad completa durante tres semanas. Se estima que el número de asesinados ronda entre 750 y 1000. Hasta ahora pocos cuerpos fueron hallados y reconocidos mientras que la mayoría permanecen desaparecidos.
Actualmente la masacre de Perón al pueblo pilagá es considerado un crimen de lesa humanidad, es decir crímenes organizados y ejecutados por el Estado. Perón, como presidente y jefe de las Fuerzas Armadas fue responsable de su accionar pero los hechos fueron ocultados y silenciados durante décadas. Muchos años después, la documentalista Valeria Mapelman fue una de las que mejor reconstruyó esta historia en el documental "Octubre Pilagá" que puede verse aquí abajo.

2. La represión en el frigorífico más grande de Latinoamérica

El barrio de Mataderos se convirtió en un verdadero campo de guerra en enero de 1959. Trabajadores del frigorífico Lisandro de la Torre y los vecinos del barrio de un lado; el gobierno y sus Fuerzas Armadas y de Seguridad del otro. La planta fue ocupada el día 15 por sus empleados en respuesta a las intenciones de Frondizi de privatizar el frigorífico con reducción de personal y aumento de los ritmos de producción incluidos. La toma fue apoyada por los vecinos y comerciantes de la zona. El 17 a la madrugada veintidós micros repletos de policías, carros de asalto de Infantería, jeeps del Ejército y hasta cuatro tanques Sherman aguardaron la llegada de los refuerzos de la Gendarmería Nacional e iniciaron una violenta represión adentro y afuera de la fábrica. No fue una tarea fácil, los obreros resistieron durante tres horas el desalojo. En los días siguientes la batalla se trasladó a las calles de Mataderos donde son recordadas las barricadas organizadas por los vecinos.
En este contexto la GNA estrenaba una nueva forma de intervenir en los conflictos sociales: estaba operando en zona urbana y actuaba bajo las órdenes directas del Ejército. Esto último se debía a la aprobación de la Ley Orgánica (1958) que ponía a la Gendarmería bajo jurisdicción militar, por lo tanto, estaba bajo sus órdenes. Además recibían la misma instrucción que el Ejército basando su doctrina de defensa en las enseñanzas del Ejército francés que consideraba como verdadero enemigo al comunismo que se camuflaba en la población civil moviéndose como “un pez en el agua”. El general francés Bentresque (2) brindó exposiciones y cursos en sedes de Gendarmería sobre “guerra revolucionaria” y “lucha contra la subversión”, conceptos que empezaron a formar parte del lenguaje cotidiano de las fuerzas militares.

3. El “Apagón” en Ledesma

Entre el 20 y el 27 de julio de 1976 se produjeron una serie de apagones de luz en los barrios del departamento de Ledesma (Jujuy) durante los que fueron secuestradas 400 personas de las cuales 55 aún permanecen desaparecidas. Desde las 22 hs hasta las 6 hs del día siguiente la Gendarmería y otras fuerzas de seguridad cortaban el suministro de electricidad de la usina ubicada en el barrio Libertador General San Martín y en el medio de la oscuridad recorrían las calles a punta de pistola. Iban con una “lista negra” realizada por el mismísimo directorio del Ingenio Ledesma para identificar y secuestrar a los trabajadores organizados y torturarlos para obtener información.
La GNA y los Blaquier compartían el mismo enemigo desde hace años. En 1966 se creó una guarnición en Ledesma por decreto presidencial con la excusa de combatir un foco guerrillero en Salta, desarticulado un año antes. Pero en vez de instalarse en la zona de frontera lo hizo dentro del establecimiento de los Blaquier porque el objetivo central era otro: detener el ascenso obrero que repercutía muy fuerte en los ingenios jujeños. Para ello la empresa les brindaría alojamiento y suministros necesarios para cumplir la tarea con eficacia; además de vehículos y combustibles para realizar operativos como los ocurridos durante el apagón.
Esta metodología represiva es similar a la usada el año anterior en las represiones de Villa Constitución y Tucumán durante el Operativo Independencia; donde también intervino la GNA. De los años de "plomo" la Gendarmería tiene mucho que explicar, sobre todo su rol dentro de Centros Clandestinos de Detención particularmente Campo de Mayo.

4. Guardián del “orden interno” en los 90: el Cutralcazo

El piquete, como histórico método de lucha usado por el movimiento obrero, fue usado en los 90 para visibilizar los reclamos de “trabajo digno” frente al enorme aumento de la desocupación. La Gendarmería intervino en la mayoría de estos conflictos como fuerza de choque del gobierno nacional para desalojar las rutas nacionales y resguardar el “orden interno” pegando un salto importante con respecto a décadas anteriores. El primer gran levantamiento de los “piqueteros” durante los años de ofensiva neoliberal fue conocido como el Cutralcazo en junio de 1996 en Neuquén.
El 20 de junio estalló el conflicto luego de falsas promesas del gobernador Sapag de crear nuevas fuentes de trabajo. La ruta nacional 22 fue cortada por los pobladores de los municipios vecinos de Plaza Huincul y de Cutral Co. Cinco días después la orden de desalojo puso a 400 gendarmes con perros, decenas de vehículos, camión hidrante, balas de goma y gases lacrimógenos frente a frente con los manifestantes. La GNA avanzó sobre el primer piquete pero el pueblo resistió con palos y gomeras logrando el repliegue de la tropa (3). Más de 20 mil personas presentes protagonizaron una verdadera pueblada. En abril del año siguiente volvería a producirse otro levantamiento en Cutral Co también reprimida por Gendarmería y por la policía provincial. En una de esas jornadas, una bala de la policía asesinó a Teresa Rodríguez, una empleada doméstica de 25 años con tres hijos.
De la Rúa heredó esta Gendarmería garante de la “paz interna”. Debutó reprimiendo en 1999 sobre el Puente General Belgrano, que une Chaco y Corrientes. El saldo fueron 2 muertos, 28 heridos de bala. Los niveles de desprestigio de las Fuerzas Armadas en ese momento iban en aumento, la experiencia de los 70 habían marcado a fuego la memoria de miles.
En junio de 2014 la autopartista Lear despidió a 240 trabajadores por participar o simpatizar en una organización gremial independiente de la burocracia del SMATA. El plan fue orquestado por la multinacional y el sindicato. El Ministerio de Trabajo demostraba su apoyo dejando en claro nuevamente que el Estado prefiere defender la propiedad privada de los grandes empresarios antes que el derecho a trabajar de las mayorías. Los trabajadores despedidos respondieron con 21 piquetes en Panamericana. La GNA dirigida por el ex carapintada Sergio Berni fue la encargada de reprimir brutalmente el corte como en tantas otras oportunidades hasta que por orden judicial tuvo que dejar de intervenir. El caso se mediatizó cuando el jefe de Gendarmería Torales se tiró grotescamente sobre el auto de uno de los manifestantes para proceder a la detención provocando un repudio generalizado. En aquellas jornadas también se infiltró un coronel retirado de Inteligencia hasta que las cámaras lo descubrieron.
La GNA, como el resto de las Fuerzas de Seguridad y Armadas, fue muy favorecida con las políticas de la era K, sobre todo durante el gobierno de Cristina que en 2010 creó por decreto el Ministerio de Seguridad –con Nilda Garré a la cabeza- con la Policía Federal, Agroportuaria, Prefectura y a la Gendarmería bajo su cargo, con la intención de reforzar el control civil sobre el aparato represivo del Estado. La reconciliación de la sociedad con las FF.AA. –luego de años de desprestigio y rechazo popular- y el fortalecimiento de las fuerzas a través de una serie de leyes fueron las políticas claves del ministerio, además darles más presupuesto. En el 2013 la GNA impulsó el Proyecto X espiando a dirigentes sociales e infiltrándose en movilizaciones. Además sumarían un nuevo rol: “Combatir el delito” a través del Operativo Centinela, trasladando gendarmes al conurbano, o como centinelas dentro de los barrios pobres del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, quiénes más los conoces son los pibes de las villas, constantemente hostigados y estigmatizados.
El gobierno de Mauricio Macri se encontró con una Gendarmería más fuerte que en otras décadas que sumado al envalentonamiento de la derecha luego del triunfo de Cambiemos provocó una avanzada represiva que en terminó con la desaparición forzada de Santiago Maldonado aunque el presidente, Patricia Bullrich, Nocetti y la Gendarmería Nacional quieran ocultarlo.
1. Según la Gendarmería estaban allí reunidos en una celebración religiosa que pretendía provocar un enfrentamiento (Ver Causa).
2. La influencia de la escuela francesa comienza en 1957 en la Escuela Superior de Guerra. Bentresque fue agregado militar especialista en “Guerra subversiva”. Para más información puede leerse La misión militar francesa en la escuela superior de Guerra y los orígenes de la Guerra Sucia, 1957-1962 de Daniel Mazzei.
3. La jueza Margarita de Argüelles se declaró incompetente.

Claudia Ferri

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