jueves, 3 de agosto de 2017

Agentes y médicos del SPF torturan en la "unidad especializada en enfermedades infecciosas"



Después de dos años se llega a la citación indagatoria de cuatro responsables por la tortura y golpiza de un interno en una Unidad Penitenciaria

La causa se inició con una presentación realizada por la Procuración Penitenciaria de la Nación, en la que se dio cuenta que el 18 de enero de 2015, en la Unidad N°21 “Centro Penitenciario de Enfermedades Infecciosas” del Servicio Penitenciario Federal (SPF) un detenido fue torturado por los agentes penitenciarios que se encontraban a cargo de la custodia y seguridad.
Según cuenta el expediente judicial: “De acuerdo a la denuncia, la víctima se encontraba en la celda N°2 del Sector ‘D’ de la Unidad ubicada en el barrio porteño de Parque Patricios, cuando le solicitó al celador de turno que le permitiera utilizar el teléfono para dialogar con su pareja. Tras una breve discusión, el agente habría ingresado a la celda y comenzado a agredirlo mediante golpes de puño, al tiempo que lo insultaba. Instantes después, se presentaron en el lugar el jefe y el inspector de turno, uno de los cuales lo tiró al piso con el fin de esposarlo, mientras que el otro le propinaba golpes con un palo. Luego de ello, lo trasladaron esposado a otra habitación, al tiempo que continuaban arremetiendo contra él, propinándole golpes en su boca y en las costillas pese a los desesperados gritos del hombre, quién exclamaba que ‘lo estaban torturando’”.
“Ya en la segunda habitación, el celador de turno continuó agrediendo al interno mediante golpes de puño, frente a la atenta mirada de otros dos agentes, quienes nada hicieron para serenar a su compañero. Finalmente se apersonó en el lugar el jefe de día, quien al observar el estado en que se encontraba la víctima le quitó las esposas y le pidió que le contara lo que había ocurrido; asimismo, le manifestó que si no hacía la denuncia, lo trasladaría al complejo federal de Ezeiza al día siguiente.
A raíz del suceso descripto, la víctima sufrió numerosas excoriaciones y hematomas en diversas partes del cuerpo, que fueron plasmadas en los informes labrados por los médicos de guardia de la unidad, quienes pese al deteriorado estado en que se encontraba el paciente, omitieron efectuar la correspondiente denuncia” continua el expediente.
La investigación logró identificar a cuatro de los agentes penitenciarios que habrían participado de la golpiza, contra los cuales se levantaron cargos por el delito de tortura en calidad de coautores.
Según el sitio fiscales.gob.ar: Se solicitó al juez Gustavo Pierretti la citación a declaración indagatoria del jefe de la Unidad y los tres médicos de guardia que examinaron al damnificado, por el delito de omisión de denunciar tortura, también en carácter de autores.
Según los parámetros establecidos por la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura se establece que: “ se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica”.

Dos años de impunidad

La denuncia fue realizada en el año 2015, después de dos largos años recién se llegó a la citación a la indagatoria de los responsables de la vejación y la tortura de la victima de la Unidad Penitenciaria.
Sendas veces en este mismo diario se dio la cifra que el 60 % de la población alojada en las Unidades Penitenciarias del país no poseen condena o siquiera están en juicio.
La impunidad de los Servicios Penitenciarios o el aparato policial es moneda corriente, sendos son los ejemplos.
Mientras se tortura dentro de las cárceles o se asesina dentro de las comisarias como en la Masacre de Pergamino, la justicia de clase ampara estos tipos de tratos con beneficios para el aparato represivo del Estado garantizando el disciplinamiento tanto dentro de los muros como afuera.

Alan Gerónimo

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