domingo, 16 de octubre de 2016

Polino, Peppo y el Chaco abandonado

La situación social crítica del Chaco volvió a colocarse en la primera plana nacional esta semana. El panelista de Bailando por un Sueño, Polino, reclamó agua potable para el anexo de la Escuela N° 1034 de Miraflores, donde concurre la comunidad Wichi. Denunció que el Gobierno Provincial no atiende los teléfonos ni responde los pedidos desesperados del impenetrable. En respuesta, Peppo envió un Tweet en el que remarcaba la gravedad del problema del agua en la provincia y sostenía que “en Chaco el agua es muy escasa, hacemos un gran esfuerzo en asistir a las instituciones, estamos trabajando las 24 hs.” Peppo envió, pocos días después, un camión de la fundación Chaco Solidario con agua a la escuela, conducido por su propia esposa. La esposa del Gobernador se sacó una andanada de fotos entregando los bidones de agua a los niños que no tienen el “privilegio” cotidiano de tomar agua en buen estado.

¿Y cuando se acaben los bidones?

A una emergencia social por la falta de agua responde con un set fotográfico de la primera dama entregando un cargamento limitado de agua, sin anunciar ningún plan estable para la provisión de la escuela, ni del paraje, ni del resto de las escuelas de la zona y menos aún de la provincia. Han transformado el acceso al bien mas elemental que necesita el ser humano en un elemento al cual se accede por “solidaridad” –que viene de la presión mediática-.
El trabajo “todos los días” el Gobernador no lo puede mostrar porque no existe: la agenda de ajuste que viene llevando adelante golpea incluso en la asistencia mas sensible. Menos aún un plan de obras y perforaciones para superar la crisis hídrica. El Gobierno abastece de agua a las comunidades indígenas de buena parte de la provincia para cumplir con el fallo de la corte suprema que obliga a entregar agua y comida a las comunidades.
Con su modelaje al estilo de los timbreos macristas, la primera dama se mandó una muestra gráfica de cómo el poder político local utiliza la asistencia social como un factor de control punteril sobre el pueblo del Chaco.
La agenda política de Peppo e incluso su plan de obra pública, es ajeno a estas necesidades. Se orienta masivamente a garantizar las obras para la exportación de soja –la cual, de paso es responsable de agravar el déficit hídrico por la degradación ambiental que supone la expansión de la frontera agrícola-. Al Gobernador lo vimos inaugurando parte del muelle del puerto de Las Palmas –8 millones de dólares-, y no perforaciones para el impenetrable.
El pueblo del Chaco no necesita montajes fotográficos. Necesita organizarse por una alternativa que nos permita tomar en nuestras manos la resolución de estos problemas urgentes.

Juan Garcia

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