“Una sociedad que no protege a sus niños, es una sociedad que perdió su espíritu e hipotecó el presente y futuro”
Adolfo Pérez Esquivel
Desde la Fundación Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), organismo de DDHH, cuyo presidente es el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel repudiamos enérgicamente, los abusos, torturas y humillaciones por parte de distintas fuerzas de seguridad hacia niños y jóvenes, ocurridos recientemente.
Dos casos aberrantes sucedieron estos días que tuvieron como protagonistas, en uno de los casos a un niño de 8 años quien fue llevado preso por la policía en la ciudad de Buenos Aires, violando todas las leyes y tratados internacionales que lo protegen debido a su corta edad. El otro, dos jóvenes, Ezequiel e Iván de 15 y 18 años, integrantes de la revista La Garganta Poderosa, fueron golpeados, torturados, corridos, atemorizados y humillados por alrededor de 10 prefectos en la villa 21-24.
El Estado una vez más viola los derechos de la niñez y los jóvenes, persiguiéndolos, torturándolos y reprimiéndolos. Hasta el momento desde ningún ministerio, secretaria, etc. encargados de resguardar estos derechos se ha manifestado públicamente ante estos hechos atroces. (1)
La llegada de más fuerzas de seguridad al gran Buenos Aires, con la excusa de combatir la denominada inseguridad son parte de una política que no busca combatir el delito, sino de controlar a la población y especial a los jóvenes de los sectores más vulnerables y empobrecidos de la sociedad quienes son el blanco predilecto de la violencia estatal con el objeto de disciplinarlos y normalizar el conflicto a partir del uso de la fuerza, el miedo y la represión. Estas prácticas inmovilizan y hacen perder la perspectiva de los derechos a partir de su naturalización.
Distintos informes y estadísticas dan cuenta de esta vulnerabilidad, una gran cantidad de niñas, niños y jóvenes se enfrentan con diversos obstáculos para hacer efectivo sus derechos, los índices de pobreza tiene una mayor incidencia en este sector de la población lo que constituye la denominada infantilización de la pobreza. Esta situación priva a las familias y a niños, niñas y adolescentes del estado de bienestar y del pleno goce de sus derechos.
Para finalizar hacemos llegar nuestra solidaridad al niño, a los jóvenes Iván y Ezequiel y a sus familias. Exigimos al Estado que cese con la estigmatización y persecución hacia este sector de la población, que se le aplique el castigo correspondiente a los integrantes de las fuerzas de seguridad que participaron de los hechos, y que arbitre los mecanismos necesarios para que cesen las violaciones a los derechos de los niños, niñas y jóvenes, con la creación de políticas públicas contundentes que los protejan.
Resumen Latinoamericano
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