sábado, 15 de octubre de 2016

YPF-Chevron: peor de lo que se pensaba



Se dieron a conocer las cláusulas secretas del acuerdo con la petrolera estadounidense.

El acuerdo entre YPF y Chevron esconde uno de los negociados más leoninos que haya firmado alguna vez la Argentina. A cambio de prestarle a la Argentina 1280 millones de dólares, que la Argentina deberá devolver con sus respectivos intereses, la petrolera estadounidense se hizo con la mitad de lo que se obtenga por la explotación del petróleo y el gas del área Loma Campana, una de las más ricas del yacimiento conocido como Vaca Muerta, en Neuquén.
El senador Rubén Giustiniani, que accedió a la copia sin tachas del contrato por una orden judicial, confirmó que Chevron no invirtió sino que prestó el dinero. Aseguró que el contrato –que dio a conocer recién 20 días después de que llegara a su poder– indica que Chevron cobra una tasa del 7% anual por el capital y un 2% adicional en caso de retraso en el pago.
A este préstamo usurario (Chevron puede obtener fondos del gobierno de Estados Unidos al 0,5% anual o generarse autopréstamos desde paraísos fiscales) se le suma una entrega del patrimonio nacional con pocos antecedentes. Según los cálculos de YPF, Loma Campana contendría hasta 1000 millones de barriles equivalentes de petróleo (un combinado de petróleo y gas). Descontadas las regalías provinciales y los impuestos, esas reservas podrían valer 50 mil millones de dólares. La mitad de esa cifra es de Chevron, es decir, 25 mil millones de dólares que se incorporan a su patrimonio.
YPF y Chevron firmaron 26 contratos. Hasta ahora sólo se conoce éste que, además, libera a Chevron de responsabilidad en los pasivos ambientales que se generen, impone tribunales de Nueva York y París para dirimir conflictos entre las partes, otorga a Chevron la posibilidad de exportar hasta el 20% del crudo sin el descuento de retenciones (impuestos a la exportación), y permite la libre disponibilidad del ciento por ciento de las divisas obtenidas por estas exportaciones, entre otros beneficios para Chevron.
Pero hay algo más. El acuerdo entre YPF y Chevron prevé una inversión total de 16.504 millones de dólares entre ambos socios. La realidad es que una vez aplicados los primeros 1280 millones de dólares, el propio giro del negocio provee a Chevron de los dólares que necesita para alimentar la inversión hasta cubrir su parte del contrato. Es lo que está pasando en la actualidad con la explotación de Loma Campana, que ya provee de unos 700 millones de dólares anuales a los socios.
El dato de que el único contrato conocido hasta ahora haya sido redactado sólo en inglés es la frutilla que remarca el espíritu entreguista que animó al gobierno de Cristina Fernández al momento de firmar el acuerdo, aplaudido por todo el espectro político que apoyó la experiencia ‘nacional y popular’.
El secretismo que rodeó a esta entregada sigue plenamente vigente ya que aún no se conocen los términos de los otros 25 contratos. En este punto, Macri ha decidido mantener oculto el contrato ante la población.
Giustiniani aseguró que por el tenor del contrato, lo girará al Congreso y a diversas dependencias oficiales y judiciales. Hace falta una intervención independiente de los que firmaron esta entrega fatal, de los partidos políticos y de los intereses que defienden, para que se sepa toda la verdad sobre esta tremenda pérdida de patrimonio nacional.

Paul Castañeda

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