viernes, 21 de octubre de 2016

Aprender 2016: el “operativo” de Clarín y La Nación para ayudar al Banco Mundial



Para intentar hacer pasar el Operativo Aprender 2016, el Gobierno nacional contó (como en otras iniciativas) con la inestimable ayuda de las empresas de medios de comunicación.

El rechazo extendido que generó la evaluación propuesta por el Banco Mundial necesitaba ser contrarrestado con algo más consistente que la carta del Presidente Mauricio Macri. Por eso, particularmente los diarios Clarín y La Nación, se dieron a la tarea de desprestigiar las manifestaciones en rechazo al operativo.
Clarín desde hace meses abona el terreno para que la propuesta evaluativa del Gobierno cuaje en la población. En una serie extensa de notas “el gran diario argentino” puso el eje en el ausentismo y en el desempeño docente para explicar la crisis del sistema educativo. El operativo del grupo de Noble y Magnetto, como se ve, consiste en señalar a los docentes como culpables de los males de la educación y generar consenso en torno a la supuesta necesidad de evaluar la tarea docente y el nivel educativo de los estudiantes.

Condenados al éxito

Desde el martes, el objetivo, como se desprende de los titulares de los diarios, fue mostrar el fiasco del operativo como una iniciativa exitosa. “Pese a la polémica, la prueba Aprender avanza en todo el país”, anunciaba Clarín. “Salvo focos de resistencia puntuales (…) en en la mayoría de las escuelas de la Provincia el operativo se desarrolla con normalidad”, detalló el diario negando la enorme extensión del repudio.
Lo que precisa el Gobierno es legitimar una evaluación que se realizó en medio de una enrome oposición del conjunto de la comunidad educativa, con altos niveles de ausentismo, escuelas tomadas y cortes de calle. Además, previamente se habían filtrado preguntas de los exámenes. Le será difícil a Cambiemos hacer pasar este cachivache como un relevamiento con algún tipo de validez.
Tanto la carta de Mauricio Macri, como las declaraciones del ministro de Educación Esteban Bullrich y otros funcionarios, apuntan a mostrar el Operativo Aprender 2016 como una mera evaluación técnica con el fin de “diagnosticar” el sistema educativo”. Según Bullrich, el objetivo “no es sacar la radiografía sino evaluar el resultado y devolverle a cada escuela, en forma personalizada, algo que le permita mejorar el trabajo que está haciendo”. Pero con estas afirmaciones no es suficiente y el apoyo mediático se dedicó a demonizar y desvirtuar todas las expresiones de repudio que tuvieron lugar los últimos días.
Las fuentes (escuetamente) utilizadas por los diarios mencionados para explicar los motivos del repudio son los comunicados de los sindicatos. Parece que los docentes, estudiantes y familiares que protagonizaron la pelea en las escuelas no ameritan ser citados de manera directa. Por el contrario, así como contaron con gran espacio para explayarse los funcionarios de Cambiemos, los únicos docentes entrevistados y citados de forma directa son algunos que con tibias críticas, avalaban la idea de la evaluación.

Ideologizados

Una de las principales mentiras vertidas tanto por Clarín como por La Nación fue que el rechazo provino de organizaciones y militantes kirchneristas. Además, atribuyen el conflicto a las internas reinantes en la dirigencia sindical de la CTA y la Ctera. La realidad es que docentes, estudiantes y padres se plantaron contra la iniciativa oficial y el repudio fue algo que excedió la “voluntad de lucha” de la conducción sindical.
Por ejemplo, desde los Suteba combativos conducidos por la izquierda se exigía a la conducción de la Ctera que convocara un paro para evitar la realización de la evaluación. La toma de escuelas como medida de mayor repercusión, surgió de la organización de docentes, familiares y estudiantes en asambleas y no de la combatividad de la dirigencia que permitió que el operativo se efectuara en todo el país.
“Detrás del rosario de argumentos a los que apelaron de manera unánime los sindicatos docentes para rechazar la prueba de evaluación educativa Aprender se levanta una nube que esconde motivaciones políticas e ideológicas y hasta cuestiones de egocentrismo”, sentencia un artículo de Nicolás Balinotti en La Nación.
Para La Nación la denuncia que impulsó la comunidad educativa de conjunto contra el carácter estandarizado de la prueba, la amenaza de la injerencia del Banco Mundial y las preguntas que ponían de manera ponzoñosa la lupa sobre los docentes, son simplemente un “rosario” de argumentos sin fundamento.
Las “motivaciones ideológicas” que aducen los medios tendrían que ver con la supuesta adhesión de quienes rechazaron la prueba al Gobierno anterior. El discurso mediático reduce todo el planteo a una especie de disputa partidaria, entre oficialistas y opositores, y utiliza el concepto “ideología” como un aspecto que descalifica las protestas. Sin embargo, el conflicto que desató el operativo Aprender 2016 es profundamente ideológico, pero en otro sentido: enfrenta a quienes defienden la escuela pública contra el avance privatizador que impulsa el gobierno de los CEO.
Esta misma oposición fue con la que se topó el Gobierno de Cambiemos hace meses, cuando se desató el conflicto educativo contra el vaciamiento y el ajuste del macrismo en todos los niveles de la educación. En ese contexto el oficialismo tuvo que ver a decenas de miles en las calles en defensa de la educación pública y, entre otras demandas, por la implementación del Boleto Educativo Gratuito. El rechazo al operativo Aprender da cuenta de esa misma comunidad educativa que desborda a la dirigencia sindical y se planta por la educación pública.
Los medios y el oficialismo, con un discurso pretendidamente “desideologizado”, son quienes más hacen ideología: antiobrera, proajuste y proprivatización.

Redacción LID

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