Es un estatus como el que tiene Auschwitz: “patrimonio histórico y mundial del Nunca Más”. Protege el lugar de eventuales modificaciones o demoliciones. El proyecto comenzó a ser elaborado el año pasado.
Los organismos de derechos humanos anunciarán hoy en conferencia de prensa la candidatura del Espacio Memoria y Derechos Humanos de la ex ESMA en la lista de sitios de Patrimonio de la Humanidad, bajo la protección de Unesco. La candidatura busca establecer como “parte del patrimonio histórico y mundial del Nunca Más” a lugar que hoy es uno de los símbolos del genocidio de este país, pero también de la lucha contra la impunidad. Los organismos reclaman en la presentación el compromiso del mundo para ese cometido: “Para garantizar su legado a las futuras generaciones es necesario el compromiso del mundo”.
La conferencia de prensa se realizará hoy a las 11.30 horas en el auditorio de la Casa por la Identidad de Avenida del Libertador 8151, ex ESMA. Estará encabezada por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; Daniel Tarnoposlky de la Asociación Buena Memoria y el directorio de organismos de derechos humanos del Espacio Memoria, el órgano impulsor de esta presentación. También participará Alejandra Naftal, directora del Museo Sitio de Memoria ESMA, ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio.
Los primeros borradores de la propuesta de la candidatura comenzaron a ser escritas el año pasado, antes del cambio de gobierno y fueron analizadas por los evaluadores locales de estas presentaciones en la Comisión Nacional de Argentina para la Unesco (Conaplu). Los organismos harán ahora su presentación oficial.
Los fundamentos relevan los distintos aspectos por los que los presentadores entienden que la ex ESMA debe ser denominado Patrimonio de la Humanidad. Recuerdan que en lugar que fue parte “fundamental de la maquinaria represiva que instauró la última dictadura cívico-militar en la Argentina” funcionó en el ex Casino de Oficiales donde “la Armada secuestró, torturó y despareció a más de 5000 hombres y mujeres”. Señalan que “las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron, el plan sistemático de robo de niños nacidos en cautiverio y el exterminio de prisioneros arrojados vivos al mar en los denominados vuelos de la muerte, convierten al edificio en un símbolo del genocidio que tuvo lugar en la Argentina. Y es una prueba flagrante del terrorismo de Estado que ejerció una violencia criminal extrema sobre la sociedad en su conjunto”.
Pero además de recordar ese funcionamiento en el pasado y de los aspectos que hacen a su preservación y las áreas de amortiguación y de mantenimiento, describen su valor y patrimonio “tangible” e “intangible” en el presente. Señalan que el lugar “donde hoy está ubicado el Museo Sitio de Memoria ESMA, es un testimonio material y físico de las violaciones a los derechos humanos y funciona como denuncia, prueba y evidencia de los actos de terrorismo perpetrados”. Expresan que “es símbolo de ese pasado gracias a la voz de los sobrevivientes y a los reclamos y la lucha incansable de los organismos de derechos humanos”. El testimonio y el trabajo de los sobrevivientes del plan sistemático de desaparición de personas de la última dictadura argentina y de los organismos de derechos humanos, agregan, “han convertido a la Argentina en un referente internacional y ha producido innovadoras prácticas con importantísimos avances en el campo de la memoria, la consolidación de la democracia y los derechos universales. La experiencia argentina permitió impulsar la figura de la “desaparición forzada de personas” como crimen internacional”. Explican que es además “es uno de los símbolos del autoritarismo y la represión criminal coordinada por las dictaduras de América latina en los años setenta bajo lo que las Fuerzas Armadas denominaron Plan Cóndor”.
Bajo el estatus de Patrimonio de la Humanidad, Unesco inscribió a otros cinco lugares emblemáticos. Además del campo de concentración y exterminio del nazismo, figura el Memorial de la Paz de Hiroshima de Japón; la Isla de Gorée de Senegal, Robben Island de Sudáfrica y el Barrio del Puente Viejo en el centro histórico de Mostar de Bosnia y Herzegovina. “Como la ESMA –dicen los fundamentos–, estos sitios son íconos del sufrimiento y resistencia de personas que han atravesado el dolor, la tortura y la muerte. Hoy son patrimonio mundial. Evidencian la barbarie de los hombres contra los hombres pero también la voluntad del espíritu humano de resistir colectivamente oscuros capítulos de la humanidad. Evidencian la capacidad de recordar. Sin recuerdo no hay posibilidad efectiva de convertir la memoria en historia”.
En ese contexto el proyecto entiende que la marcación de estos espacios también son un aporte para el fortalecimiento de las democracias. “Son sitios que hablan de la necesidad de ‘renovar la manera en que protegemos y compartimos el patrimonio, para difundir una narrativa en contra de la propaganda del odio, e insistir en el poder de la cultura para ayudar a recuperación de los pueblos’”, como explica la directora general de Unesco, Irina Bokova, según recuerda la presentación.
Alejandra Dandan
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