jueves, 20 de octubre de 2016

Cientos de miles por #NiUnaMenos



Una multitud se movilizó en decenas de ciudades de Argentina contra los femicidios y la violencia machista. En muchos lugares de trabajo, hubo paros de una hora y diversas acciones de protesta.

La sudestada que azotó Buenos Aires no impidió que cerca de 100 mil personas se movilizaran a la Plaza de Mayo este miércoles. Lo hicieron contra los femicidios y la violencia machista, reeditando la masiva movilización que tanto en 2015 como en junio de este año, reclamó en el Congreso Nacional por #NiUnaMenos.
La movilización de Buenos Aires no fue la única. También masivas fueron las marchas que se realizaron en otras ciudades del país como Córdoba, Mendoza, Rosario o Mar del Plata, donde participó la familia de la joven Lucía Pérez.
El mundo mira con asombro este fenómeno inédito que se está desarrollando en Argentina, donde a la violencia machista –que se cobra la vida de una mujer cada 30 horas o menos- se le opone un enorme movimiento de masas, que hizo suya la consigna acuñada hace poco más de un año atrás, por escritoras y periodistas que jamás imaginaron que esto fuera posible.
La movilización de ayer -que soportó estoicamente, durante varias horas, una lluvia torrencial- es apenas una muestra de cuántos se habrían movilizado de no mediar las inclemencias climáticas.
Pero lo más novedoso y verdaderamente revelador de la profundidad y extensión de este repudio a la violencia machista, fueron las diversas acciones realizadas por el movimiento obrero en solidaridad con la lucha y este reclamo de las mujeres.
La CGT y las dos CTA se negaron a convocar un paro en serio, solo se limitaron a saludos y apoyos meramente formales. En el caso de la primera, mientras se desarrollaban acciones de protesta y paros de una hora en cientos de lugares de trabajo, centraba su atención en la firma de una miserable acta-acuerdo con el Gobierno de Macri, para –solamente- abrir la negociación por un limitado bono de fin de año.
Precisamente, las acciones y medidas de lucha a las que no referimos se daban en distintas fábricas, establecimientos y dependencias del Estado. Como bien informó La Izquierda Diario, fueron numerosas y muy variadas estas actividades que también encontraban eco y difusión en listas de amigos y en las redes sociales.
Es evidente que se trata de un fenómeno inédito en el mundo y en nuestra propia historia: las mujeres convocaron a un paro; la burocracia sindical, le dio la espalda y miles le pusimos el cuerpo.
Así lo demostraron las asambleas de Pepsico y Kraft, por solo poner algunos ejemplos. Allí se discutió cómo pelear por #NiUnaMenos y se exigió a las centrales sindicales el llamado a un paro que permita dar una pelea en serio.
Precisamente por eso, no hay ninguna posibilidad de que los partidos tradicionales, que gobiernan para los intereses del empresariado, puedan cerrar esa “herida” abierta profundamente, herida que caló hondo entre centenares de miles de personas. Esto sucede porque no pueden ni quieren responder, siquiera, con medidas paliativas mínimas que podrían salvar la vida de miles de mujeres.
Son los agravios y sufrimientos padecidos cotidianamente por millones de mujeres trabajadoras y del pueblo pobre, los que se encuentran en la base de este fenómeno político. Allí radica su fuerza vital. La que empuja a no quedarse en el dolor de las víctimas, sino a transformarse en sujetos de la lucha por acabar con el machismo.

Nada es igual

Nada es igual después de estas masivas movilizaciones contra los femicidios. Las mujeres se pusieron al frente de este combate. Los hombres mostraron su solidaridad y muchos encontraron en este día, una fecha propicia para cuestionarse sus privilegios y aceptar estar relegados a un segundo plano.
Los sectores minoritarios que, hasta ayer nomás, pretendían que los hombres no marcharan en solidaridad con sus compañeras, quisieron arrogarse el “derecho de representación” de este enorme proceso, que los cubrió como un tsunami.
#NiUnaMenos es un grito profundo y descarnado. La tarea es transformarlo en organización, haciendo verdaderamente real aquello que siempre decimos de que "si tocan a una, nos organizamos miles".
¿Quién duda, hoy, que los numerosos Encuentros Nacionales de Mujeres son una expresión de este movimiento gigantesco y, al mismo tiempo, un espacio limitado para que pueda expresarse plenamente?
Las mujeres de Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda, seguimos planteando que nada mejor que hacer que el próximo ENM, verdaderamente masivo, sea en la Ciudad de Buenos Aires, precisamente el centro político del país.
Es necesario que seamos amplificadores de esas voces que emergen del dolor de los femicidios y que claman justicia por sus víctimas. Es necesario avanzar en la organización de miles de mujeres, para poner en pie un movimiento amplio y extendido que dé una enorme batalla para enfrentar la violencia machista y los femicidios.
Esa fuerza de las mujeres en lucha tendrá una voz en el Acto que el Frente de Izquierda realizará el próximo 19 de noviembre en el estadio de Atlanta. Precisamente porque es la única fuerza política consecuente con la lucha por los derechos de las mujeres y que no tiene ningún compromiso con las variantes políticas patronales existentes. El FIT es la única corriente que se propone ser una alternativa política independiente de la clase trabajadora.

Andrea D'Atri
@andreadatri

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