sábado, 2 de julio de 2016
Luzbelito: a veinte años del rock del país
Se cumplen 20 años de la edición genial de Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota. El séptimo disco editado en julio de 1996.
Por aquellos años y luego de una ardua grabación en varios estudios ubicados en Brasil, Argentina y Estados Unidos dieron con una de sus más brillantes creaciones: quizás sea el disco que mejor condensa esa combinación que surgía entre la compleja lírica del Indio Solari y las delicias guitarreras de Skay Beinlinson. Inclusive ya no volvería a ser lo que hasta ese momento se podía considerar como una clásica banda de rock and roll. Porque los discos que siguieron, se combinaban con los sampler, la electrónica y un aire a posmoderno que tanto quería el Indio.
Luzbelito que sea lo que resultó ser. Más bien en un principio las canciones que integrarían al disco eran aquellas que nunca se habían editado hasta entonces. Sin embargo luego de grabarse en un estudio de San Pablo (Brasil) no convenció a sus integrantes la calidad del sonido. Por lo que tuvieron que pensar en otra temática y solo algunas canciones sobrevivieron a la idea original. Fue así que se gestó ese “ser” pagano, medio siniestro y marginal: Luzbelito.
El disco transcurre en un clima tenso, a veces oscuro, como un mensaje de desesperación que mucho tenía que ver con aquellos difíciles años de la época menemista. Una urgente salida a los jóvenes desangelados de los barrios urbanos de todo el país, esas tribus de las esquinas de barrio que no esperaban que el sistema les regale ni siquiera una mueca.
Uno de los pocos espacios en donde un joven podía refugiarse todavía en aquellos años, era en los recitales del palo. Del palo me refiero a esas bandas que se mantenían firmes en el rock independiente que, por fuera de las grandes discográficas y productoras, no necesitaron de marcas o sponsors para abrirse paso en los espectáculos.
Con la edición de Luzbelito también se inauguraba la federalización de los recitales. Ya no sólo tocarían en la ciudad de Buenos Aires. Las misas ricoteras se trasladaban a otras ciudades donde la policía (varias veces pagada por la banda) no reprima, donde los funcionarios de turno autoricen la celebración. Pero no siempre resultaba bien.
El fenómeno que surgió con Luzbelito, fue algo que hasta entonces ninguna banda de rock había logrado. Ese Rock del País que tanto necesitábamos.
Las canciones rápidamente se transformaron en nuevos y eternos himnos ricoteros de principio a fin. Destacándose Cruz Diablo, Blues de la Libertad, Me Matan Limón, Mariposa Pontiac-Rock de País y la nueva canción de batallas y sienes ardientes, Juguetes Perdidos.
Banderas en tu corazón/ yo quiero verlas/ ondeando/ luzca el sol o nó/ banderas rojas/ banderas negras/ de lienzo blanco en tu corazón/ que guardan nombres/ en tu corazón… Se sabe que esta canción fue un homenaje a Walter Bulacio. Sin embargo la banda estuvo ausente en los reclamos de justicia que los familiares y miles de jóvenes exigían en grandes marchas. De hecho hasta 1996 se hizo el festival, que todos los años se realizaba con las bandas convocantes de aquellos años. La Bersuit, Todos Tus Muertos, La Renga, Los Piojos, Dos Minutos, Los Caballeros de la Quema, etc. Pero Los Redondos no fueron parte nunca. Llegando al punto de decir que no querían ser manipulados por intenciones políticas. Dentro de los que integraron el ambiente de la banda hicieron declaraciones repudiables ante esta actitud. Enrique Symns fue uno de los que acusaba al Indio Solari de hacer negocios con los recitales y no tener ninguna declaración acusatoria del asesinato del joven estudiante. No estaba para nada equivocado Enrique Symns, y el tiempo le está dando la razón, porque las grandes ganancias que generna sus multitudinarios recitales solo son para su bolsillo.
Los ricoteros de primera hora ya sabían de canciones como el Blues de la Libertad. De ese mensaje de hartazgo ante el escepticismo de siempre.
Mi amor/ la libertad es fanática/ ha visto tanto hermano muerto/ tanto amigo enloquecido/ que ya no puede soportar/ la pendejada de que todo es igual/ siempre igual/ todo igual/ todo lo mismo….
Para los que ya estábamos sin ganas de escuchar que siempre fue igual, y este mundo va a ser así siempre.
El arte de tapa quedó bajo la responsabilidad del cómplice desde los inicios de la banda: Rocambole. Una especie de libro de ciencias ocultas con la imagen de Luzbelito. Miles de remeras llevarían esa tapa.
Pasaron dos décadas ya de aquellos días donde presenciar una fiesta ricotera era una meta a veces inalcanzable. Miles de kilómetros, a veces a dedo por ser un desocupado, otras juntando los pesos de algún trabajo precario. Las ganas de descargar la rabia contenida viendo a la Bestia Pop. Recordando a Walter Bulacio, siendo consciente de lo mal que se vivía, con un futuro nada alentador. No todos podían disfrutar de la fiesta del recital y, afuera de los estadios, la represión era una constante. Es por esto que ir a los recitales era una mezcla de ansiedad y tensión de que te peguen un palazo, o te pueda matar la policía.
Y es perfectamente entendible que, aún hoy, los que no presenciaron aquellos inolvidables momentos de libertad (que no resultaba para nada fácil), hoy quieran al menos sentir algo de esos eventos de Patricio Rey con los multitudinarios recitales del Indio en cualquier punto del país. Pero lo que antes era una manera de tener algo propio, hoy es negocio. El Indio Solari se asoció a las productoras para hacer los mega eventos. Y aunque suenen esos himnos de los años 80 y 90 no tienen nada que ver con aquellos años.
Las bombas pequeñitas siguen latentes, y todos los días hay “Walter Bulacios” asesinados por la policía, en los recitales y barrios.
Patricio Rey se diluyó de una manera vergonzosa. El Indio Solari se distanció de Skay Beilinson y La Negra Poli por diferencias comerciales, incluso llegando a publicar declaraciones que demostraban las intenciones de generar grandes sumas de dinero.
Pero las canciones ya son nuestras, de todos los jóvenes que somos y fuimos parte y víctimas del sistema explotador. Este disco y todos sus discos se hicieron parte de nuestro tesoro.
Queda un interrogante o varios en verdad. ¿Alcanza con ser una banda independiente? ¿Esta bien no tener postura ante los hechos de la realidad?
Interrogantes que se necesita para entender los 12 años de kirchnerismo donde artistas como el Indio demostraron ser lo que siempre fueron, estrategas del showbisness. En sus recitales manifestaba su admiración por el falso relato de gobierno “nacional y popular”, cuando antes decía no hacer el juego a la política.
Por supuesto que no vamos de dejar de escuchar Luzbelito, ni ninguno de sus anteriores discos, ni los que siguieron. Lo que sí hay que darse cuenta que las intenciones de los que fueron parte de la banda, solo buscaba un beneficio propio. El presente lo demuestra.
Ernesto Zippo
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