viernes, 15 de julio de 2016

#Ruidazo: una protesta que reflejó la bronca en todo el país



La protesta se sintió a nivel nacional. El macrismo frente al descontento, sin luz al final del túnel. El frente judicial. Los sindicatos, la crisis del kirchnerismo y el planteo de la izquierda.

Miles de personas manifestaron ayer en todo el país su bronca contra los tarifazos. Hubo concentraciones, cacerolazos, marchas y ruidazos en cada barrio porteño, en cada municipio del conurbano y en todo el interior del país. La Izquierda Diario hizo una primera cobertura en vivo, reflejando la protesta, y continúa informando en su edición de hoy en base a la información enviada por cronistas de todas las provincias.
En el marco de un plan económico de ajuste, la jornada de ayer se transformó en una manifestación nacional contra los tarifazos dispuestos por el gobierno de Cambiemos, a ocho meses de que el macrismo asuma la presidencia.
Sin embargo, la importancia de la protesta de ayer reside no sólo en esto, sino también en que los miles que protagonizaron el reclamo expresan la bronca de millones contra una situación económica de deterioro del salario y más de cien mil despidos.
Sin ir más lejos, esta misma semana se dio a conocer el dato de que la inflación de junio fue del 3,1 %. Las promesas oficiales de una inflación anual del 25 % ya quedaron lejos en el recuerdo: ese índice se pronostica actualmente para arriba del 40 %, mientras que las paritarias en todos los gremios fueron firmadas muy por debajo de ese valor. Peor aún es la situación para los trabajadores precarizados que no están bajo convenio. Las buenas noticias prometidas para el segundo semestre siguen sin aparecer, al menos para el pueblo trabajador. Ese cansancio se expresó ayer.
Distinta es la situación para otros. Ayer mismo, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, afirmó que el comienzo de la exposición del campo en el predio de La Rural, a partir del fin de semana y hasta el 31 julio, "se da en un contexto diferente. Generó mucha confianza que el presidente Macri haya cumplido a los pocos días de asumir la promesa de campaña de eliminar y reducir retenciones, de unificar el tipo de cambio y eliminar las trabas a las exportaciones".
No es precisamente ésa la percepción de los miles que se manifestaron ayer en todo el país. Para ellos el presidente Macri no cumplió sus promesas de llegar a la “pobreza cero”, bajar la inflación, o siquiera eliminar el impuesto al salario, sino que la flecha parece ir exactamente en el sentido inverso. Para todos ellos, además, el recurso oficialista de justificar el ajuste escudándose en la “herencia recibida” se agotó ya, debido a las propias promesas del macrismo para la segunda parte del año.
Al mismo tiempo, el gobierno nacional enfrenta esta situación en días en los que los tarifazos implementados están cuestionados por la justicia. Ayer mismo, la sala II de la Cámara Federal de La Plata, que prohibió el aumento de tarifas de gas en todo el país, indicó que su sentencia "tiene pleno efecto". Por este motivo, la suba de las boletas de gas -con o sin el tope de 400% - está suspendida. Este pronunciamiento de la Cámara tiene lugar luego de que el Gobierno apelara esta semana la decisión judicial de frenar el aumento del gas.
Por las dudas, ante la crisis, Macri viene reuniéndose con el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Parece que el discurso de la independencia de poderes se tomó licencia.
El gobierno nacional atraviesa entonces una de las turbulencias más importantes desde que asumió en diciembre. Tras el respiro que significó para el macrismo el escándalo producido por la detención de José López, hoy vuelven a aflorar las contradicciones de un plan económico que genera gran malestar popular sin que se vea una luz al final del túnel.
Las frases del presidente, que generan indignación popular, no ayudan precisamente a mejorar esta situación para el gobierno. "Si están en sus casas en remera y en patas, están consumiendo energía de más", dijo Macri hace unos días, y despertó una amplia indignación en las redes sociales y en cada conversación en los barrios, lugares de trabajo y estudio. Que el ministro de Energía, Aranguren, sea a la vez accionista de Shell, no ayuda mucho tampoco a calmar la bronca popular. Hasta canales oficialistas como TN tienen que posar cínicamente de críticos con los tarifazos, para dar cuenta de la situación.
Las urgencias para Cambiemos se hacen más agudas a medida que se acerca el año electoral de 2017, decisivo para el futuro del gobierno, sin que el “trabajo sucio” del cual habló Prat-Gay ante inversores en Nueva York haya quedado en el recuerdo para el bolsillo popular. La lluvia de dólares, por ahora, solo se da en el convento de General Rodríguez.

La oposición al macrismo luego de José López

Justamente los escándalos de corrupción son los que patearon el tablero dentro de la oposición al macrismo. La crisis del kirchnerismo es palpable tan solo con comparar el primer regreso de Cristina Kirchner a Buenos Aires, con un acto multitudinario en Comodoro Py, con el segundo retorno, mucho más modesto. Incluso la ex presidenta evitó la semana pasada, en cada aparición mediática, postularse como conductora de la oposición. Aparece más preocupada por sus causas judiciales y por preservarse para cuando la crisis del macrismo sea más aguda, que por encabezar la resistencia a los planes de ajuste que sufre todo el pueblo trabajador. Ayer mismo hubo una sonora ausencia de los principales dirigentes kirchneristas en las protestas. Por su parte, los sindicatos de ese mismo signo político tampoco convocaron a la jornada de lucha.
A río revuelto, otros actores como Sergio Massa o Margarita Stolbizer se ubican con perfil alto en la coyuntura, tratando de salir ganadores de la situación. Pero sus propios antecedentes, así como su rol en el Congreso Nacional apoyando los ajustes del macrismo o silenciando los escándalos de corrupción de Cambiemos, los descartan de antemano como variantes para el pueblo trabajador.
Por otra parte, el antecedente a la jornada de protesta de ayer, como expresión de descontento, había sido la importante concentración encabezada por las centrales sindicales el pasado 29 de abril. Sin embargo, las cúpulas sindicales decidieron una vez más traicionar los intereses de los trabajadores: desde aquel día no sólo dejaron pasar el veto a la Ley Antidespidos, sino que por estos días le dan la espalda a los reclamos contra los tarifazos.
Por estos motivos, la jornada de protesta de ayer no fue aún más fuerte debido al rol de las direcciones, tanto de aquellas que dirigen las organizaciones de masas de los trabajadores, como aquellas que habían prometido encabezar una "resistencia con aguante" y no lo hicieron.
Ayer organizaciones sindicales combativas como el sindicato docente Ademys, el Suteba La Plata o la asamblea del Hospital Garrahan, entre otras, se movilizaron y exigieron a las centrales sindicales que convoquen a un paro nacional y un plan de lucha contra el tarifazo.

El planteo de la izquierda

La izquierda participó de las protestas de ayer apoyando el reclamo contra el tarifazo y planteando, como dijo Nicolás del Caño, que “la única forma de torcer la voluntad antipopular del Gobierno y sus tarifazos es con la lucha en las calles”. El ex candidato presidencial de la izquierda, que estuvo presente en el Obelisco, saludó la jornada y añadió también que “toda la dirigencia sindical está impidiendo una medida contundente, un paro nacional con movilizaciones en todo el país. ¿Los trabajadores acaso no son los principales afectados de los tarifazos?", se preguntó.
Por su parte, la diputada nacional Myriam Bregman planteó que "ahora que sacaron las principales leyes que querían para las patronales y para pagar la deuda a los buitres, cierran el Congreso por vacaciones de invierno, cuando deberíamos estar discutiendo medidas para frenar este tarifazo delirante. Nosotros tenemos un proyecto para que se frenen todos los tarifazos a los servicios públicos y el transporte y que se haga una profunda auditoría sobre qué hicieron las empresas prestatarias con los miles de millones de pesos que el Estado les puso desde 2003 dejando los servicios en ruinas. El pueblo no puede ni debe pagarles a los vaciadores. Queremos discutirlo ya".

Fernando Scolnik
@FernandoScolnik

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