domingo, 24 de julio de 2016

El negocio inmobiliario de Techint en Quilmes-Avellaneda que amenaza con nuevas inundaciones



La empresa pretende construir una megaciudad de lujo sobre una reserva natural que amortigua inundaciones y vientos huracanados, refrigera aire y depura el agua que bebemos.

Desmonte brutal en la Reserva Natural de Bernal

El martes 19 de julio organizaciones socio-ambientales de zona sur, junto con biólogos de la UNLP, particulares y asociaciones civiles, se manifestaron en contra del desmonte realizado por el Municipio de Quilmes en la costa de Bernal, parte de la Reserva Natural Quilmeña. La pasada semana se llevó adelante la destrucción de más de 4 mil mtrs.2 de bosque nativo y humedal. Este espacio natural cumple un servicio ambiental indispensable: amortigua las inundaciones y los vientos huracanados, además de refrigerar el aire y depurar el agua que después tomamos; es decir, hace habitable la ciudad, evitando tragedias como las inundaciones de La Plata, Luján y CABA. Todas tragedias evitables que constituyen verdaderos crímenes sociales por la especulación inmobiliaria de empresas privadas y funcionarios públicos. Tragedias que se pretenden amortizar desde un discurso falaz, instalando la idea del cambio climático, escindido por completo de las acciones políticas-institucionales.
No es casualidad el sendero destruido: forma parte de las caminatas guiadas abiertas a la comunidad y también realizadas para escuelas, institutos terciarios e investigadores de la universidad pública, que no solo garantizan la educación ambiental y el “conocimiento situado” de nuestros territorios, sino que visibilizan la función que tiene la ribera para los habitantes de las ciudades.
Martiniano Molina, el nuevo intendente quilmeño por “Cambiemos”, viola la Ley de Bosques que estipula que están prohibidos los desmontes hasta que no se determine el mapa de bosques de la provincia.
La gestión actual, lejos de cambiar, perpetua y exacerba el modelo extractivista con ferocidad. Uno de los ejemplos más contundentes se refleja en la eliminación de las retenciones a las mineras y a las exportaciones agrícolas, beneficiando claramente a las trasnacionales.
La próxima acción de repudio y reclamo será la concentración en la Casa de la Cultura de Quilmes, sede de la jefatura municipal, y la posterior movilización a la Municipalidad el día lunes 25 de julio a las 10 h.

El conflicto socio-ambiental

La franja costera de toda la ribera de Buenos Aires hacia el lado sur, desde el riachuelo hasta Punta Indio, contiene áreas verdes que constituyen los últimos reservorios de biodiversidad en la provincia y generan servicios ambientales para toda la comunidad, cerca del 2% de toda su superficie.
Más específicamente, en la costa de los distritos de Avellaneda y Quilmes el área fue declarada varias veces Reserva Natural Municipal. En la zona de Quilmes y Bernal, las dos Ordenanzas vigentes son la 8255/98 y 9348/02. Y Actualmente peligra a causa de intereses económicos inmobiliarios y la negligencia política, que con la acción y omisión del Estado, persigue intereses explicitos que garantizan y perpetúan el beneficio de una clase, expresado en el modo de producción del sistema imperante.
Toda la costa desde Quilmes hasta el límite con Avellaneda “no tocada por el hombre” fue declarada Reserva Natural Municipal en 2002 gracias a la lucha popular por cierre del CEAMSE, con el objetivo de amortiguar la contaminación de este relleno sanitario, prevenir inundaciones y conservar el ambiente de selva marginal y humedades parte demuestra identidad cultural. Pero ya en 1998 se había estipulado que todo el frente costero de Bernal sería considerado Zona de Reserva y fue llamada “Los Sauces”. También la franja costera de Avellaneda fue declarada, pero la presión de Techint y la complicidad política hicieron que se rezonificara en 2008 (cambio de categoría de la zona para hacerla compatible con el emprendimiento inmobiliario), con fuerte represión de los manifestantes dentro y fuera del recinto legislativo. El mismo Techint fue parte de la gestión negligente del CEAMSE (mediante SYUSA), iniciado en la última dictadura cívico-militar, que implicó la contaminación del suelo y las napas de agua con metales pesados durante más de 25 años, junto con la apropiación de tierras fiscales. El mismo que ahora nos quiere vender el “progreso”.
Los negociados con los recursos naturales que se dan en otras provincias a partir de la soja o la mega-minería, en Buenos Aires se realizan a partir de los mega-emprendimientos inmobiliarios. Las empresas, en complicidad con los funcionarios públicos, compran a precio vil tierras públicas, como los márgenes de ríos y lagunas, para instalar complejos urbanísticos cerrados, una idea proveniente de los complejos habitacionales yankys, que actualmente allí son fuertemente cuestionados por sus impactos sobre el ambiente y la segregación social que generan al crear “ciudades aisladas”, desgajadas del tronco de la ciudad. Es decir, ¡nos venden una idea de "modernidad y urbanismo" caducada, que ya en su país de origen no se hace!
Estos complejos están destinados a una reducida clase alta, mientras se deja en condiciones precarias a la mayoría de la población. Dejando en evidencia el beneficio de una minoría en detrimento de las mayorías. Además traen aparejada la destrucción del medio ambiente, que debería protegerse de la privatización, y el daño a la población. Justamente, su consecuencia más común son las inundaciones: de hecho, los Estudios de Impacto Ambiental (que sacan a relucir cuando se los cuestiona) analizan a priori las consecuencias que traerá para el nuevo barrio, y no para el barrio preexistente, ¡que es el que recibirá el impacto! (parece una cargada, sí). El paisaje natural es reemplazado por un paisaje banal, en resumen, privatizado y parquizado.
La ideología que nos venden es la del “progreso” y el consumo de las escasas áreas verdes en Buenos Aires. Con las recientes inundaciones ocurridas en La Plata, la Ciudad de Buenos Aires y Lujan se hace cada vez más evidente que necesitamos conservar espacios no urbanizados. Pero creemos también que deberíamos poder disfrutar de la naturaleza sin mercantilizarla y no que solo puedan acceder a ella unos pocos. Las Reservas Naturales también tienen por función servir de esparcimiento y son accesibles para cualquiera, con una entrada en general gratuita. Pensemos que actualmente, nos venden que la única forma de disfrutar de “lo verde” es pagándonos unas vacaciones en lugares “turísticos” o comprando un acceso privilegiado como el que quiere vender Nueva Costa. No es nada inocente: nos privan del acceso al ambiente, justamente degradándolo y apropiándoselo, y nos regalan a cambio una alienación más en ciudades hiper-urbanizadas.
Los asambleístas de No a la Entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, junto con otras organizaciones socio-ambientales, vienen denunciando desde hace más de diez años que el emprendimiento Nueva Costa del Plata de TECHINT pretende ser desarrollado en lo que es la franja costera que está por delante del Relleno Sanitario Villa Dominico-Quilmes, sobre los humedales y el Bosque Nativo, sobre un lugar ya declarado Reserva Natural.
Justamente, para poder realizarlo, la empresa debería elevar la cota de la costa a 6 metros de altura, lo cual implica la destrucción y relleno del área, es decir la devastación de un espacio público que brinda un servicio ambiental esencial a la comunidad (su función sería comparable a la de los riñones en el cuerpo humano, ya que retiene la crecientes, mitiga inundaciones y filtra la contaminación de focos como el Río de La Plata, el Polo Petroquímico de Dock Sud, los desbordes de líquidos lixiviados de los suelos del CEAMSE. y las descargas de efluentes de la Papelera Smurfit Kappa, por decir sólo algunos). Todos estos focos contaminantes se encuentran cercanos a la población y han generado problemas de salud, especialmente en las poblaciones más pobres, como en el barrio cercano al Polo Petroquímico. Pero, destaquemos que destruir la vegetación y elevar un suelo bajo perteneciente al “valle de inundacion del Rio de La Plata” implica que el agua de la crecida y la lluvia que se retiene allí, no tendrá donde depositarse e ira directo a nuestros barrios, además de entrar como fecha por los canales y arroyos e inundar zonas mucho más alejadas, como por ej. Florencio Varela.
Claramente, las consecuencias del desmonte serán para toda la comunidad y no sólo para los vecinos de la zona. Todos sentirán el cambio de temperatura en el ambiente y a muchos que jamás les llegó agua a sus casas comenzarán a inundarse. La construcción de este proyecto amenaza con desalojar a muchas familias que actualmente son excluidas por el Estado(en su precaria situación habitacional), y conlleva a un mayor debilitamiento estructural de los servicios básicos para toda la ciudad como son las redes de luz, agua y cloacas (que ya están colapsadas). De avanzar Nueva Costa, las consecuencias son irreversibles.

Situación actual

El Proyecto de Techint se encuentra frenado por un amparo judicial popular desde que a fines del 2011 la empresa realizara un desmonte, también ilegal, en la costa de Avellaneda en 17 he., causando un fuerte rechazo social. Aun asi, no pierden oportunidad de avanzar con la complicidad de los funcionarios de turno.
Las ordenanzas por la cual fue creada la Reserva en Quilmes aun siguen vigentes pese a las múltiples maniobras de derogarlas que realizó Francisco Barba Gutiérrez intendente por FPV.
Actualmente la jefatura municipal esta al mando de Martiniano Molina, que asumió con un discurso de dialogo y apertura, pero tiene una clara línea política. Tanto FPV como Cambiemos a la hora de tranzar con los capitales privados no hace distinción partidaria. Ya impulsó el desmote fuera de toda regla, que beneficia a la multinacional Techint en continuidad con la línea política del la anterior gestión: sin diálogo con los sectores sociales sobre el plan urbano ambiental de Quilmes e imponiendo negociados inmobiliarios en detrimento de los trabajadores y el pueblo pobre. Bajo la falsa idea de “progreso” promueve la construcción del mega proyecto de Techint, junto a la Gobernadora Vidal y el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi.
En síntesis, se quiere sacrificar un espacio verde que brinda servicios para millones de personas en pos de un interés inmobiliario para unos pocos. La Reserva puede ser responsablemente gestionada, si se respetan las ordenanzas municipales que la protegen en lugar de derogarlas, y si se activan correctamente los procesos participativos que son para la comunidad un derecho legitimo.

Repudio y reclamo

En Quilmes y Avellaneda repudiamos la política de saqueo y negociado con tierras públicas, en este caso, tierras de la costa que se comprenden dentro de la Reserva Natural de Quilmes y la (fraudulentamente “des-declarada”) Reserva de Avellaneda.
Denunciamos y responsabilizamos al municipio de Quilmes y la Subsecretaria de Medio Ambiente por permitir el brutal desmonte y seguir con el relleno del humedal. De hecho, el Secretario de Servicios Públicos Oscar García al ser consultado al respecto solo dijo que se trato de un “desmalezamiento”, como si en Quilmes no tuviéramos memoria.
Exigimos que se detenga el desmonte y remedie la zona, junto con una gestión integral de residuos para que los humedales y las costas dejen de ser el lugar de disposición final. En este contexto, también, la renuncia del *Secretario de Servicios Públicos* Oscar García por ser responsable directo. Exigimos, en resumen, la protección efectiva de la Reserva Quilmes-Avellaneda y la eliminación del Proyecto Nueva Costa del Plata de la agenda política de ambos municipios.
¡Las inundaciones también son decisiones políticas! Ellos hacen los negocios y nosotros ponemos los muertos ¡Basta de mega-emprendimientos inmobiliarios!
Los humedales valen más que los negocios.

Micaela Anzoátegui

La autora es parte del movimiento No a la entrega de la costa Quilmes-Avellaneda en defensa de la Reserva Natural (noalaentregadelacostaqa@gmail.com)

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