sábado, 7 de marzo de 2015
8 de Marzo: motivos para luchar, herencia y futuro
La podredumbre estatal que desnudó el caso Nisman también dejó al descubierto el entramado de impunidad con que los servicios manejan redes de trata y prostíbulos. La promesa del ministro de Salud de abrir el debate por el aborto duró menos que un suspiro. Algunas de las razones para marchar en este Día Internacional de las Mujeres.
Cada año, en el Día Internacional de las Mujeres, hay cosas que se repiten y otras que son novedosas. Sabemos que encenderemos la televisión y habrá algún periodista preguntándose, risueñamente, por qué las mujeres tienen su día y no “ellos”. Nos disgustaremos cuando escuchemos que la conductora de TV, probablemente le responda que le parece que no tendría que existir el Día de la Mujer, porque también es una forma de discriminar. Escuchamos esto muchas veces.
Soportamos también, como una letanía, las publicidades de los más diversos artículos de consumo, las ofertas y promociones especiales para “nuestro día” que van desde artefactos para el hogar, hasta masajes y tratamientos de belleza. Flores y bombones para las mujeres o ninguna necesidad de conmemorar nada. ¿Cuántas son las mujeres que, por este ocultamiento sistemático, aún desconocen que este día está fundado sobre la opresión, la explotación, la decisión política y la lucha de las mujeres para enfrentarlas? Una historia apasionante que te contamos aquí, en La Izquierda Diario.
Nuevos motivos
Pero decíamos que no todo se repite. Este año, cuando empezamos a organizar la movilización que se hará el lunes 9 de marzo en Buenos Aires, el país estaba conmocionado por la muerte del fiscal Nisman y el entramado de servicios, negociados y mafias que se reveló por detrás y en el que tanto el oficialismo como la oposición tienen su cuota de participación. En esa podredumbre, también se reveló que los servicios llegan hasta el rectorado de la Universidad de Buenos Aires y que los espías manejan redes de trata y prostíbulos. Por eso, dijimos ¡también vamos a marchar reclamando basta de impunidad; por la apertura inmediata de todos los archivos de la ex SIDE, por la conformación de una comisión investigadora independiente con plenos poderes para encontrar la verdad del brutal atentado de la AMIA, por la derogación de la nefasta “ley antiterrorista” y por el desmantelamiento total del “Proyecto X”!
Y apenas una semana antes de la marcha, la Presidenta abrió las sesiones del Congreso Nacional con un envalentonado discurso pletórico de logros incomprobables, pero no mencionó ni por error, que bajo los gobiernos kirchneristas más de 3 mil mujeres murieron por las consecuencias de los abortos clandestinos. Muertes que no significan nada para una presidenta que opina que a las mujeres, sólo nos interesan las pilchas.
Quien sí mencionó el problema de salud pública que significan los abortos clandestinos fue el flamante ministro de Salud, quien rápidamente fue desmentido por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Ya conocemos esa cantinela: “el aborto no está en la agenda del Poder Ejecutivo”. La expectativa de algunos sectores en que se avance apenas un paso en la legalización del aborto, duró menos que un suspiro. Ni lerda ni perezosa, la jefa de bloque del oficialismo en la Cámara de Diputados, se apuró a decir que no tenía órdenes de Cristina de tratar el asunto. ¡Lo sabemos! ¡Ya hace diez años que la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto presenta su proyecto de ley y es cajoneado por los bloques mayoritarios! Si hasta hicieron un acuerdo con Patricia Bullrich del PRO para impedir que hubiera quórum y saliera un dictamen favorable en la Comisión de Legislación Penal.
Al gobierno que se proclama "de los derechos humanos" no le da vergüenza cargar con la responsabilidad del femicidio de Estado que significan las muertes por abortos clandestinos. Más de 3 mil bajo sus administraciones, que se suman a las que mueren, una cada 30 horas, víctimas del machismo.
Herencias para construir futuros
A tanta violencia misógina, en nuestros propios hogares, en el trabajo, o también causado, justificado o legitimado por el Estado capitalista, le oponemos nuestra abnegada fuerza de lucha.
Y en el Día Internacional de las Mujeres, las que no tenemos nada que festejar, conmemoramos nuestra historia de lucha por la emancipación, rememoramos a nuestras hermanas que enfrentaron la violencia machista, la discriminación, a las patronales explotadoras, a los Estados de las clases dominantes, que desafiaron el statu quo, la represión, los mandatos culturales, las instituciones de su orden. Aquí en La Izquierda Diario, también recordamos a algunas de ellas, con las historias de esas mujeres que hicieron Historia.
Si conmemoramos la memoria de quienes nos precedieron en este camino de lucha es porque en ellas encontramos una fuente inagotable de inspiración para nuestro combate por un futuro de emancipación. Porque las mujeres de Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda luchamos por arrancarle a este sistema todos los derechos democráticos, como el derecho al aborto; peleamos también por los derechos sindicales y económicos de las mujeres trabajadoras. Pero nuestra lucha no es meramente sindical, ni tampoco se limita a la “ampliación de derechos” con la que el kirchnerismo quiso –durante todos estos años- convencernos de que era una década ganada. Nuestra lucha es por la revolución socialista para construir una sociedad liberada de todas las formas de explotación y opresión.
Las compañeras de Pan y Rosas y el PTS tenemos el orgullo de pertenecer a la corriente histórica de las propias mujeres que instauraron el Día Internacional de las Mujeres y lucharon por el socialismo. Somos de la corriente de Clara Zetkin, Alexandra Kollontai y de la más trágica y heroica dirigente del proletariado internacional, la revolucionaria Rosa Luxemburgo. Ellas y sus luchas, sus convicciones y sus anhelos no son el pasado. ¡Son nuestro futuro!
Te invitamos a marchar con nosotras el próximo lunes 9 de marzo, de Congreso a Plaza de Mayo, junto a decenas de organizaciones sociales, feministas, sindicales y políticas.
Andrea D’Atri
@andreadatri
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