sábado, 21 de marzo de 2015

Berni, como Macri, defensor de las Taser y candidato



Fiel a su estilo y convicciones, el secretario de seguridad de la Nación Sergio Berni defendió el uso de las pistolas Taser, que parecían hasta el momento patrimonio de Mauricio Macri y el PRO y negó que fueran elementos de tortura.

Quienes forman parte del kirchnerismo siguen subiendo escalones en su carrera por quién (y nada menos que a días del 24 de marzo) se ubica más cerca de la derecha reaccionaria. Ya denunciamos a Insfrán y cómo CFK dio un mensaje de impunidad y reconciliación con las FFAA de Milani.
Ahora fue el turno de Sergio Berni, que no dudó en defender las pistolas Taser, asegurando que “no son elementos de tortura” y arriesgó una extraña comparación con un desfibrilador de una guardia de un hospital, por el simple hecho de que “pasa electricidad”, y que una Taser también podría salvar una vida por ejemplo si “hay una bala perdida en medio de un tiroteo, y la policía no puede sacar un arma”, un argumento que no hace más que justificar groseramente el gatillo fácil y la mano dura.
Berni hizo estas declaraciones ayer por la tarde en el programa de Marcelo Zlotowiazda en radio Del Plata. Y lo hizo luego de que el propio Aníbal Fernández saliera a despegarse de sus dichos y declarara que “por más que mi amigo Sergio Berni crea que es algo positivo, no es para nada positivo, es una tortura, es un gesto horrible en términos de la relación con la sociedad" y que el bloque del FpV de la Ciudad de Buenos Aires presentara un proyecto para prohibirlas en la Ciudad.
"No dudaría ni un segundo de que mis policías las utilicen en algunas zonas, donde es una locura sacar un arma de fuego", había señalado Berni el jueves a La Nación
A tal punto llega la avanzada de Berni que quien le salió al cruce, Aníbal Fernández, no es precisamente un hombre que se pueda decir gran defensor de las libertades democráticas. Recordemos que fue Secretario General de la Presidencia de Duhalde y uno de los ideólogos de la masacre del Puente Pueyrredón donde fueron asesinados Maxi Kosteki y Darío Santillán
Pero Berni fue más allá. Mientras defendía el uso de las Taser se candidateaba para gobernador de la provincia de Buenos Aires. “Quiero ser gobernador”, le confesaba ayer a Zlotowiazda y, sin decirlo explícitamente, expresaba su simpatía con el candidato presidencial Daniel Scioli. “Eso tenemos que esperar que se defina en las PASO, pero bueno, yo trabajo mucho con la Provincia de Buenos Aires, por cuestiones obvias de seguridad”, dijo. Así, su perfil de “mano dura” empalma con la gestión de Scioli, Granados y un ejército de más de 80 mil uniformados.
La política de Berni busca hacer pie en sectores que ven la mano dura y la represión como salida a los problemas sociales que trae aparejada la pobreza y la marginalidad que el propio kirncherismo quiere ocultar. Todo esto en un escenario político donde el gobierno saldrá a polarizar con lo que llaman la derecha (pero que gran parte de sus integrantes están dentro de su propio armado).
Ya lo vimos a Berni subido a un helicóptero supervisando cómo reprimía la Gendarmería en la Panemericana durante el conflicto de Lear. Dieciocho represiones al mando de su fuerza favorita armando operativos como el que recorrió el mundo entero protagonizado por el “gendarme carancho”, e infiltrando las manifestaciones con un militar llamado Galeano. Fue la persistencia de la lucha y la denuncia lo que obligó a que la Justicia ordenara el retiro de la Gendarmería de la Panamericana. Lo vimos también, por nombrar sólo algunos ejemplos, reprimiendo a compañeros desocupados, con niños y ancianos, y trasladarlos para detenerlos en Campo de Mayo, donde funcionó uno de los Centros Clandestinos más siniestros de la dictadura. Es por todo esto que este 24 de marzo una de las banderas de la movilización del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia es la exigencia de ¡Fuera Berni y Basta de Represión!

Gloria Pagés
CeProDH

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