martes, 31 de marzo de 2015

Hoy, paro



Este 31 de marzo el país se verá conmovido por el cuarto paro general durante el gobierno de Cristina Kirchner. Será un nuevo pronunciamiento de millones de trabajadores. El sindicalismo combativo y la izquierda estará nuevamente en las calles, para que escuche la voz de los que quieren unir las demandas de todos los trabajadores.

Siempre que hay una convocatoria a un paro la rutina se conmueve y se dividen las aguas. No es por cualquier razón sino por una de peso: si el país funciona gracias a nuestro trabajo y ese día no producimos, no sólo se pone de manifiesto quienes movemos el país. Con esa demostración además pegamos donde le duele a quienes nos explotan. Este 31 de marzo esta conmoción volverá sentirse a lo largo y a lo ancho de la Argentina. Los trabajadores volvemos a protagonizar un paro general. Estamos ante una manifestación política que nos une como clase y nos opone a los empresarios y también al gobierno. Convocados por la CGT y la CTA opositoras el 31 M paran los colectivos, los trenes, los camioneros, los aeropuertos, los peajes, los trabajadores judiciales, de hospitales y estatales, los bancarios, los del puerto, los de la alimentación, los docentes de la seccionales opositoras de los SUTEBAS y en las fábricas y establecimientos donde el sindicalismo combativo impulsó parar.
La redacción de La Izquierda Diario no fue la excepción a la conmoción que recorre al mundo obrero. Siempre recibimos mensajes de nuestros lectores, pero esta vez la mayor parte de la edición del día no la hicimos los redactores sino los propios lectores. El paro abrió la puerta por donde llegaron cientos de opiniones por whatssap, por mail, por la propia portada del diario donde más de 1000 personas contestaron la encuesta y se pronunciaron en su mayoría por parar por las demandas de todos los trabajadores. Son cientos y cientos de comentarios de la zona norte, del oeste y del sur del Gran Buenos Aires, de La Plata, así como de otros lugares del país. Esa efervescencia se va a hacer sentir en el paro nacional.
Se trata del cuarto paro general bajo el gobierno de Cristina Kirchner. El paro viene con fuerza, más allá de la voluntad de los dirigentes burocráticos que lo convocan. Canalizará la bronca acumulada de meses que hay entre los trabajadores. Hasta Antonio Caló, de la CGT oficialista, debió decir que daba “libertad de acción” a sus afiliados. No es para menos: una y otra vez lo trataron de felpudo en la Casa Rosada para no darle nada. En su gremio, la UOM, hay jóvenes que trabajan hasta 11 horas diarias, también los sábados, por menos de 9000 pesos. En los gremios donde está el sindicalismo combativo, como docentes, telefónicos, alimentación, el neumático, estatales, de la salud, gráficos, entre otros, se impulsaron asambleas. En muchas fábricas, dependencias, escuelas y reparticiones se votó a favor del paro y repudiar la actitud de los gremialistas que llaman a carnerear la medida de fuerza. La bronca es común a todos los lugares de trabajo. La antesala del paro, los debates, las asambleas que se hicieron, la verdad mano a mano de lo que opinan muchos trabajadores, no dejes que te la cuente el gobierno o los dirigentes sindicales, léela en la cobertura de Izquierda Diario.
Se calcula que a cerca de 1.500.000 de trabajadores les sacan el impuesto al salario que se lleva al año casi un aguinaldo. La suba del mínimo no imponible ha sido el principal motivo levantado por los dirigentes de los gremios del transporte y de la CGT opositora para argumentar la convocatoria al paro general. Es un motivo justo: no hay que creer lo que dice el gobierno de que lo cobra un sector "privilegiado" enemigo de ayudar a los más pobres. Lo que es inadmisible es que los bancos o los financistas, los que especulan una y otra vez en la bolsa no paguen renta financiera, y que un trabajador esté obligado a pagar un impuesto cada vez más alto.
Pero no es el único motivo por el cual hay que parar. Los dirigentes sindicales de la CGT que convocan, no hablan de los otros reclamos porque no les importa la suerte de la gran mayoría de trabajadores que no les alcanza el sueldo para llegar a fin de mes, los miles de precarizados, los que están en negro, los jubilados que en su mayoría con el último aumento apenas si llegarán a 3800 pesos. Como decimos en La Izquierda Diario sobran los motivos para parar.
El año pasado hasta aumentó la cantidad de trabajadores en negro cuyo índice ya alcanza el 34,3% de los asalariados cuando un año antes se ubicaba en 33,5%. Pero no es sólo que millones están condenados a trabajar sin estabilidad laboral, sin obra social, sin que se le descuente para la jubilación, sin derecho a sindicalizarse. A esta realidad hay que agregar que entre aquellos que acceden a un empleo formal también abundan los contratos “basura”, con derecho al despido "legal" cuando el patrón quiere. O los que trabajan tercerizados, otra de las formas que aprovechan los empresarios para bajar costos laborales. La precarización del trabajo es una realidad que abarca a más del 50 por ciento de la clase trabajadora.
En medio de un panorama recesivo crecieron, además, las suspensiones y los despidos, sobre todo en la industria automotriz. Los “indomables” de Lear protagonizaron una lucha histórica contra la multinacional norteamericana que los empresarios debieron reconocer como el conflicto del año. Pero también hubo luchas contra la pérdida de puestos de trabajo. En Calsa, Shell, Honda, Cerámica Neuquén, Gestamp, por nombrar sólo algunas. En estos momentos está parada la gráfica WorldColor; los trabajadores exigen que se les pague los salarios y denuncian la política de vaciamiento de la empresa. Tienen un ejemplo en Maddygraf, la ex Donnelley donde los obreros respondieron al intento de vaciamiento con la toma y la puesta en funcionamiento de la planta, una de las más importantes del país. Entre muchos otros casos, estos conflictos solo merecieron el ataque patotero de la burocracia sindical, como en Lear donde el burócrata Ricardo Pignanelli hizo lo imposible para derrotar a los trabajadores.
El sindicalismo combativo y la izquierda fueron los encargados de poner estos reclamos en la agenda nacional. Tal como decidieron durante el fin de semana en reuniones de delegados y activistas e informaron en una conferencia de prensa, nuevamente harán acciones independientes. Los referentes del Subte, Kraft, Lear, Alicorp y MadyGraf, junto a dirigentes de otros gremios y los diputados Christian Castillo y Nicolás del Caño (PTS-FIT), anunciaron un cronograma de 10 cortes y concentraciones. Los piquetes que se realizaran en la Panamericana frente a Lear, en el Puente Pueyrredon, en la entrada de la autopista a La Plata y en otros puntos del país serán la expresión de una política independiente de la burocracia sindical y de todos los partidos opositores tradicionales. El sindicalismo combativo y la izquierda, como en los paros del 20 de noviembre de 2012 y el 10 de abril y 28 de agosto de 2014, estará nuevamente en las calles este 31 M para que se escuche la voz de los que quieren unir las demandas de todos los trabajadores

Ruth Werner

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