jueves, 12 de marzo de 2015

Interna del FpV: entre la resignación y la aventura



Una interna “caliente” en la guerra fría del kirchnerismo, con el objetivo de ocupar la agenda. Los cruces del “sciolismo” y el “randazzismo” y la intervención moderadora de Cristina. El oficialismo, entre la tragedia naranja y la aventura de una ruptura que no es.

El 11 de marzo fue el día elegido para lo que podría llamarse la “operación Florencio”.
El marco era propicio porque se cumplían 42 años del triunfo electoral de la fórmula Héctor Cámpora/Vicente Solano Lima que consagró al “Tío” en el Gobierno, mientras Perón ocupaba el poder. El aniversario invitaba a la comparación con la realidad actual del oficialismo y alguien que nunca falta a la cita de los cotejos extravagantes recogió el guante exponiendo los escasos elementos que conforman el género próximo, sin considerar los muchos que configuran la diferencia específica. Fue el sociólogo y encuestador oficialista Artemio López el que comparó los dos momentos e incluso se atrevió a decir que hoy la situación es mejor para el kirchnerismo. El discernimiento es complejo porque, para López, todas las situaciones son siempre más que favorables para el oficialismo.
El mismo día se dio a conocer una encuesta de la consultora Ibarómetro que por primera vez colocó a Florencio Randazzo por arriba de Daniel Scioli entre los posibles votantes del Frente para la Victoria (FpV).
El trabajo exploró dos posibles escenarios. En el primer caso, el ministro se impone con un 37,1% de intención de voto y apenas por detrás figura el gobernador bonaerense con 35,8% y, muy lejos de ambos, se ubican el ministro de Defensa, Agustín Rossi (3,6%), y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri (3,1%).
En el segundo escenario se le preguntó a aquellas personas que dijeron que participarían de la interna del FpV a quién votarían si los candidatos fueran sólo Scioli y Randazzo y el 44% dijo que al ministro del Interior y Transporte mientras que el 40% a Daniel Scioli. El otro 16% reconoció que aún no tiene preferencias.
Haciendo abstracción del hecho de que la presidenta de Ibarómetro, Doris Capurro, es también “vicepresidenta de YPF en comunicación, asuntos públicos e institucionales” (así presenta su perfil en Twitter) y que los resultados siempre le dan favorables al kirchnerismo; el dato entusiasmó a muchos cristinistas “puros”. Más de uno quiso leer en el pronóstico de la consultora la posibilidad de sacarse de encima al espectro naranja que acecha al país kirchnerista.
Los resultados de la encuesta se difundieron justo un día después de que los cruces entre el “sciolismo” y el “randazzismo” habían subido de tono.
El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, había cruzado a Florencio Randazzo acusándolo de ser funcional a Macri, de tener un doble discurso con respecto a EE.UU y a Clarín. Citó el libro Argenleaks de Santiago O’Donnell, que publicó uno de los wikileaks, donde se habla de Randazzo como un “contacto útil” para la embajada norteamericana. Si así fuera, se confirma aquello que aseveró hace un tiempo el mismo Randazzo: “el poder económico y mediático tiene candidatos en todos los partidos políticos”. La Embajada también, o por lo menos rastrea a los más “útiles” en todas las coaliciones tradicionales.
El ministro respondió con el discurso de siempre, afirmando que Scioli es “funcional a los poderes mediáticos y económicos”. Pero -según explicó- no tuvo tiempo para éstas cuestiones porque estaba ocupado relanzando la nueva formación de tren originaria de China que une a Buenos Aires con Córdoba. Se entiende, no es fácil el monitoreo de un viaje que tarda 19 horas y 36 minutos, media hora más que en 1890. Nunca menos.
Sin embargo, fue la propia presidenta la que bajó los decibeles del enfrentamiento y en un acto en Ezeiza repartió flores de manera equitativa, tanto para “Daniel” como para “Florencio”.
Y este miércoles, el flamante candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad por el oficialismo, Mariano Recalde, intentó despejar los rumores que afirmaban que se le impediría a Scioli participar de la interna del FpV y declaró que "tanto Scioli como Randazzo pueden continuar con el proyecto".
Todo parece reducirse por ahora a operaciones político-mediáticas para copar la agenda. Es mejor que se hable de las pequeñas peleas entre los dos principales candidatos del FpV, antes que de los, ejem… “avances” de la investigación del caso Nisman.
Si se toman por un momento en serio los datos de la encuesta de Ibarómetro o los rumores de un veto a Scioli en la interna del FpV, el riesgo de la coalición oficial pasa por el hecho de empujar al gobernador bonaerense a una alianza con Massa. Ya que nadie puede negar el grano de verdad que contiene la sentencia que dice que el peronismo tiene un día de la lealtad, porque los otros 364 practica otros quehaceres. Además, la aventura de dividir al peronismo y abrir la caja de pandora entre los gobernadores e intendentes, se parecería mucho a apostar a derrota.
Asimismo, el problema del oficialismo no está dentro del núcleo duro del universo de sus votantes, sino afuera, en aquellos que debe conquistar para intentar ganar en primera vuelta, ya que en la eventual segunda vuelta la cosa se complica bastante.
Si se toma el período reciente de conjunto, el kirchnerismo -más allá de sus bandazos tácticos- trabajó para llevar el escenario hacia un moderado centro. Scioli no es más que la expresión de ese movimiento, así como la “sciolización” de Randazzo para intentar ser competitivo.
La etapa final del ciclo que pese a no tener, por ahora, características catastróficas en la economía, no deja de evidenciar el agotamiento del “modelo”. En ese marco, el kirchnerismo se debate entre dos opciones trágicas: la resignación al fantasma de Scioli o una aventura con serio riesgo de derrota.

Fernando Rosso
@RossoFer

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