Voces por la unidad de la izquierda: Alfredo Grande, psicoanalista y presidente de Atico
M.H.: Hay una convocatoria para el día de mañana en la Facultad de Ciencias Sociales, a raíz de la declaración que se dio a conocer en apoyo al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) y a la construcción de un amplio polo de izquierda, que tiene entre otras la firma de Alfredo Grande.
Pero quiero comenzar con la declaración de repudio de parte de familiares y sobrevivientes de Cromañón a la candidatura de Aníbal Ibarra, el encabezado dice: “Se desoyeron 36 alertas que advertían que en la Ciudad de Buenos Aires el estado de los boliches y lugares de esparcimiento eran deplorables, alertas que partieron por ejemplo de la Defensoría del Pueblo, de la Auditoría General de la Ciudad, la Asociación de Abogados y también de los medios masivos de comunicación. Una de las cajas chicas que manejaba el Gobierno de la Ciudad provenía precisamente de la coima recibida por los empresarios de los locales nocturnos. Desarticuló el área de verificación invocando un focazo de corrupción pasando a disponibilidad 300 inspectores a los cuales no les hizo ni una sola denuncia, ni siquiera un sumario por corrupción. A éstos, los reemplazó por una dotación 10 veces menor que a su vez estaba conducida por personas de su más intimo círculo, como su cuñado López y la incompetente funcionaria Fabiana Fizsbin condenada en el juicio penal.” Estos son parte de los argumentos por los que familiares y sobrevivientes de Cromañón repudian la candidatura a Jefe de Gobierno de Aníbal Ibarra.
Alfredo, vos has tenido una intensa participación en todo lo que ha tenido que ver con Cromañón, por lo menos hasta hace un tiempo, y me gustaría una reflexión sobre este comunicado de repudio a la candidatura de Aníbal Ibarra.
A.G.: En realidad voy a comentarlo desde mi manera de pensar estos temas. Creo que dentro de lo que es la democracia, lo que llamamos la “forma democrática de organización”, subsisten tres formas que son cultura represora, retroprogresismo y fascismo de consorcio. Tres categorías políticas que yo, bien o mal, puedo desarrollar. Ibarra cumple con holgura lo que se conoce como retroprogresismo, esto es, aquella fuerza que en función de oponerse a la derecha, como “progre” se muerde la cola y termina actuando como cualquier derecha o peor porque sobreactúa el rol.
Lo que hizo Ibarra después de Cromañón, dejando de lado la prevención, vamos a ver qué hizo después. Y no hizo nada, se reunió con las cámaras empresarias, ninguneó a los familiares, no se presentó a la Legislatura, lo tuvieron que citar por la fuerza y nunca admitió ninguna responsabilidad, actuó con la misma impunidad soberbia que cualquier derechoso digno de ese nombre. Porque alguien progresista hubiera realizado cierto acercamiento a escuchar, atender y entender lo popular. Si tenés casi 200 muertos, más del doble de la masacre de AMIA, no podés mirar para otro lado.
La indignación de los familiares y sobrevivientes es justa y necesaria. En democracia el retroprogresismo mata y la cultura represora es la impunidad, porque no hay nada más represor que frente a hechos flagrantes, por omisión o por acción, que la impunidad. De alguna manera, Ibarra lo que busca es la impunidad política, incluso cultural, que lo vuelvan a votar y sostener ese refrán paradigmático de la cultura represora: “borrón y cuenta nueva”. Yo digo que tenemos que procurar “cuenta nueva, sin borrón”, porque el borrón es la impunidad.
Estoy totalmente de acuerdo con ese documento, creo que apunta a algo necesario que es que además de lo jurídico y lo legal existe lo cultural. Si Aníbal Ibarra vuelve a ser Jefe de Gobierno el retroceso cultural sería como una vuelta a la Edad Media, como cuando la historia hace un rulo y vuelve hacia atrás. No creo que suceda, espero que no suceda y trabajaremos para que no suceda. Pero puede pasar, porque somos un país con una militancia en amnesia. Muchos jóvenes entusiastas de la Cámpora no tienen idea de quién fue, no conocen la masacre de Ezeiza, ni qué fue la Triple A, no saben nada, y eso es porque al poder político le conviene hacer una especie de amnesia retrógrada. Esto lo desarrolló magistralmente George Orwell en 1984, no se trata ya de modificar el presente sino de manipular el pasado.
Desde ese lugar de mucha inconsistencia, donde hay un presente y un futuro pero no hay un pasado, todo es posible. La masacre de Cromañon existió, 194 pibes murieron, familiares siguieron muriendo de tristeza, pena y desesperación, muchos sobrevivientes quedaron marcados para siempre. Buscar que lo que pasó no pase es entrar en el fascismo de consorcio, por eso digo que a veces el retroprogresismo y el fascismo de consorcio se acercan tanto que pasan a ser casi indistinguibles. Por eso el caso de Ibarra.
M.H.: Por eso es que estos familiares y sobrevivientes concluyen su declaración planteando “como parte del movimiento Cromañón el exhortar a todas las fuerzas políticas para que desistan de realizar alianzas electorales que contengan entre sus filas a este personaje siniestro de la historia reciente de nuestra Ciudad. Les pedimos que nos acompañen en nuestro repudio a Aníbal Ibarra y en homenaje a las 194 víctimas que ya no pueden expresarse como lo hacemos nosotros”.
Ahora sí Alfredo, me sorprendió ver tu firma en el documento por un amplio polo de izquierda, porque no la vi al comienzo sino en una versión posterior, aunque sé que en más de una oportunidad has planteado la necesidad de la unidad de la izquierda en tus artículos semanales que escribís para la agencia Pelota de Trapo. De alguna manera esta declaración que también suscribí y acompañé, porque entiendo que hay una serie de organizaciones que estaban rompiendo con una suerte de práctica política que era la de no participar en las elecciones, como es el caso del Frente Popular Darío Santillán, Pueblo en Marcha, el MULCS, movimientos sociales con desarrollo, trabajo territorial en las villas, en sectores donde el FIT no interviene demasiado. ¿Qué te motivó a suscribir esta declaración?
A.G.: Primero te agradezco la pregunta, yo también me la hice. Estoy muy cerca del Frente Unidad Popular del que es candidato a presidente De Gennaro, porque conozco a muchos compañeros de años de militancia. Como bien decís, en muchos de mis artículos apunto a que la izquierda, entendida como anticapitalista, antiimperialista, clasista y revolucionaria es imprescindible que sea un bloque electoral donde no hayan solo 4 o 5 sino que sumen muchos más grupos. En ese sentido me parece muy valioso el trabajo del Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Jugar a “si estás con éste no estás con este otro”, para mí es la cultura represora dentro del campo de la izquierda y ese sectarismo del iluminismo, no tiene lugar. Yo voy a apoyar desde lo más simple que es firmando, porque me parece legítimo apoyar sea en instancia electoral o después, a través de la capacidad de generar bloques potentes en el Congreso y la Legislatura, todo aquello que se define hoy desde una línea clasista, anticapitalista. Porque jugar al antiimperialista y ser capitalista es un viejo truco.
Escribí un artículo para Resumen Latinoamericano que titulé “Chavismo of shore”, ser muy antiimperialista para la política exterior pero en la política interior ser absolutamente capanguista, ese es el truco de los populismos que nunca me sedujo. Creo que hay que ser fuertemente anticapitalista, el Che decía “hay que odiar al capitalismo para amar al socialismo”, y si hay alguien que descubrió la forma de ser amado es el capitalismo.
La presidenta hace poco en un discurso habló del alto consumo de Coca Cola, la empresa paradigma del capitalismo, criminal por la destrucción de las aguas, por la actitud mafiosa que ha tenido para implantarse en todos los países, no sé si no es peor que el narcotráfico, porque nadie habla de la adicción a la Coca Cola. Una droga que es absolutamente nefasta tiene publicidad oficial, y se hacen tantos rulos con la marihuana. Desde ese lugar ser antiimperialista, hablar de los fondos buitre, pero no luchar contra las formas de capitalismo que son todas oligopólicas. Se la agarran con Clarín y no hacen nada contra Coca Cola, no sé qué es peor, si el veneno de Magneto o el veneno de la Coca Cola. Digo esto porque la Presidenta ponderó el alto consumo de Coca Cola que es un alto signo de alienación de un pueblo, no de liberación.
A mí me interesa la unión, la unidad siempre lleva a un verticalismo tarde o temprano, porque para la unidad hay que minimizar las divergencias, en cambio en la unión podés tener diferencias fuertes, pero dentro de un mismo espacio y esto es lo que lamentablemente no hay. Un ejemplo berreta pero válido es el Frente Amplio de Uruguay, Mujica no tiene nada que ver ideológicamente con el presidente actual Tabaré Vázquez, pero sí tienen algo muy importante que compartir que es ese gran espacio que es el Frente Amplio.
Entonces, lo que hacen estos compañeros desde el Frente Popular Darío Santillán, con mucho trabajo territorial, me parece valiosísimo, así como el trabajo que hacen los compañeros desde el FIT, también el que hace el MST. Hay que apoyar a todos, después uno votará a quien quiera y acompañará a quien pueda, pero si surge una propuesta, cómo no apoyarla. Si alguien dice que por apoyar a uno no podes acompañar a otro compañero, eso es para mí cultura represora.
Ante la vuelta a paso redoblado de la derecha, todo intento de unión de izquierdas clasistas debe ser apoyado
M.H.: Vos no ves como incompatible, por ejemplo, suscribir esta propuesta a la que hago referencia, con tu participación en el lanzamiento de la Unidad Popular a fines de diciembre.
A.G.: No. Yo me afilié a Unidad Popular porque creo que los compañeros que forman parte, a quienes conozco mucho, eran una opción válida, pero no la única. Siempre que me afilié a un partido terminé yéndome. Se parece un poco al fútbol, yo soy de Boca pero me gusta ver cualquier partido, con la política me pasa algo similar, toda acción que tienda a perforar y a atravesar el fundamento de la cultura represora, que es un fundamento jerárquico, oligárquico, propio del capitalismo explotador y asesino, lo apoyo con los brazos abiertos y todo el que sugiera que no puedo hacerlo está reproduciendo lo que combato.
Puedo leer a Borges, a Lugones y a Vargas Llosa, he ido a Cuba a dar cursos porque soy miembro de honor de la Sociedad Cubana de Psiquiatría, he dicho lo que pienso, porque amar la revolución no es vivir enamorado. Un aforismo dice “el enamoramiento no anuncia el amor, anuncia el sometimiento”, si te enamorás de la revolución a lo mejor después terminás sometido. No es lo mismo el enamoramiento que el amor, en el amor hay crítica, hay discrepancia y hasta puede haber despedidas. Una cosa es la idealización y otra la realidad, la revolución es un ideal pero no podés idealizar ningún partido por revolucionario que sea porque entrás en una lucha corporativa por ver quién es más revolucionario y más de izquierda. Creo que a pesar de las diferencias, ante la vuelta a paso redoblado de la derecha, todo intento de unión de izquierdas clasistas debe ser apoyado.
M.H.: Una perspectiva diferente a las que hemos tenido en los espacios que le hemos dado a esta discusión. En el sentido que vos ves como posible compartir un espacio entre el FIT y Unidad Popular.
A.G.: Creo que es necesario. Dependerá de las bases y de los dirigentes que esto sea posible. Yo hago diferencia entre lo que me resulta incompatible, por ejemplo, todo lo que pudiera significar un acercamiento con Pablo Ferreyra, Gustavo Vera, el Pino Solanas de hoy, Lilita, obviamente con los Radicales de hoy porque el Alfonsinismo no existe más. Hemos podido pensar en una izquierda peronista y se han hecho acuerdos, el Cordobazo no se hubiera podido hacer sectariamente y admiro a Tosco pero no lo idealizo, había una necesidad política.
M.H.: Mencionás a lo mejor del Cordobazo, porque también estaba el dirigente del SMATA Córdoba de aquella época, Elpidio Torres, que era un burócrata sindical al mejor estilo de los que conocemos en la actualidad.
A.G.: En el mítico 2001, cuando volvía a mi casa el 20 a la madrugada y veía las 4x4 me empecé a plantear que algo no estaba bien. En el Arca de Noé hay por lo menos dos por especie, creo que una convocatoria honesta, ética y verdadera es necesaria. Y puede ser después de las elecciones, puede ser un inter bloque de izquierdas.
M.H.: Es interesante lo que plantea este documento en el sentido del porvenir, se refiere a una ofensiva de los de arriba y convoca a construir un amplio polo de izquierda. Hay que tener en cuenta que las tres opciones que se presentan como presidenciables son bien vistas por el establishment internacional.
A.G.: Van a ganar los tres. Hace muchos años mirando un partido de fútbol me di cuenta que a ambos los esponsoreaba Coca Cola, no importa quién gane, gana la empresa. Es una herencia maldita del kirchnerismo, que después de la década ganada y cacareada, la derecha vuelva y me temo que es una maniobra para rearmar fuerzas para el 2019. Maquiavelo escribió varias cosas al respecto de esto, no me sorprendería.
M.H.: Una de las entrevistas más interesantes que he tenido en el último tiempo, has incorporado elementos que ameritan una profunda reflexión. Muchas gracias.
Mario Hernandez
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