sábado, 14 de marzo de 2015

El paro agrario



Sin esperar el anuncio de la denominada "jornada de protesta rural" ya asistimos a un ‘paro’ no declarado que hace que 10 millones de toneladas de soja estén guardadas en los campos, a la espera de la devaluación.

El ‘paro’ fue la ocasión para crear una tribuna, en realidad casi un tribunal, para que los candidatos de los distintos bloques políticos rindiesen cuenta de sus compromisos con "el campo".
El programa de los ruralistas se concentra en tres puntos: dos explícitos -eliminación o atenuación de las retenciones, derogación de los ROE (autorizaciones de exportación en manos del gobierno) y uno oculto: devaluación.
Desde el PRO, hasta los restos de Unen, pasando por la UCR, todos coinciden en la desaparición de los ROE, la eliminación de las retenciones al trigo, al girasol, a los cultivos de las economías regionales, a la carne vacuna y a los lácteos. Todos hablan de "reducciones paulatinas" para la soja, que aporta el 5% de la recaudación general.
Sobre la devaluación, basta recorrer los reclamos de los "hombres del campo" de cada una de las fuerzas.

Un frente y sus contradicciones

El bloque del capital agrario hizo rendir cuentas a los candidatos, bajo la promesa de un progreso nacional y social a partir del desarrollo sojero.
La representación política más fiel de este bloque es el candidato del PRO quien más aboga por una apertura comercial. La lista de legisladores de la CABA confeccionada por él mismo incluye entre sus candidatos, "un empresario de origen chino que tiene un papel destacado en la Cámara Argentino China de Comercio" (Clarín, 6/3). En el debate en el Congreso sobre los acuerdos con China, los parlamentarios del PRO hicieron malabarismos para mostrar que su voto negativo obedecía sólo a razones de forma.
El Estado y las corporaciones chinas condicionan una política de mayores compras e inversiones a una apertura del mercado argentino a sus exportaciones industriales, lo que sería ruinoso para otros sectores de la burguesía industrial.
Massa viene respaldando también los reclamos agrarios aunque evitando entrar en colisión con los sectores de la burguesía industrial que revistan en sus filas. Economistas del Frente Renovador, como Lavagna, han estado históricamente ligados a Techint, que, hoy, está siendo demolido por la competencia china en aceros y no quiere que un nuevo endeudamiento y una vuelta a los mercados internacionales signifique un regreso a la plata dulce y el dólar barato y por sobre todo, un levantamiento de las restricciones comerciales.

Federación Agraria

Si se le cree al cronista rural de La Nación, el gobierno "compró" la no adhesión de la Federación por el cupo de 100.000 toneladas de trigo para exportar a la cooperativa AFA y un aporte mensual de ésta de 400.000 pesos. Esto sería lo determinante y no la liberación de los créditos del Banco Nación a los "pequeños productores".
La ruptura pasó casi inadvertida, lo que puede ser signo de que "el protagonismo que tuvo en su momento la Mesa de Enlace se terminó de agotar y ya no son muchos los que la lloran" (ídem, 7/3).
Entre los productores agrarios, hay conciencia que el ciclo kirchnerista tiene plazo fijo de defunción. No es hora de levantar olas, sino de esperar y negociar con las principales candidatos en presencia, que tanto del campo oficialista como opositor, han tenido oídos "receptivos" a sus reclamos.

Christian Rath

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