miércoles, 9 de agosto de 2017

La Nación y Lanata: domingo de furia contra la izquierda



Dos de los medios más importantes afines al Gobierno se tomaron el domingo para atacar en tándem al Frente de Izquierda. ¿Reflejo del nerviosismo oficialista?

Desde los estudios de Canal 13, uno de los periodistas "estrella" de Clarín, Jorge Lanata, dedicó parte de su monólogo habitual para atacar a Nicolás del Caño y a la gran lucha de los trabajadores de PepsiCo.
Lanata criticó la denuncia del candidato a diputado por Buenos Aires por el FIT. Del Caño, en la última marcha de los trabajadores de Pepsico, denunció que un efectivo policial portaba un arma de fuego.
El conductor de Periodismo Para Todos quiso ridiculizar un hecho grave diciendo que "todos los policías portan su arma reglamentaria". Lo que Lanata no dice es que el efectivo incumplió con lo que dicta la Ley de Seguridad ( (Ley n° 5688/16) de la Ciudad de Buenos ante las manifestaciones.
En la misma, en su artículo 99, señala expresamente que "la intervención policial en concentraciones o manifestaciones públicas debe garantizar el respeto y la protección de los derechos de los participantes (...) No está autorizado a la portación de armas de fuego y municiones de poder letal el personal policial que por su función en el operativo esté destinado a entrar en contacto físico directo con los manifestantes".
Pero el ataque no terminó ahí. Lanata, después de referirse a Del Caño, negó que el desalojo de la planta de PepsiCo en julio hubiera sido una represión.
Repitiendo textualmente los argumentos de los funcionarios del Gobierno, dijo que los “únicos heridos fueron policías”. Las mentiras se Lanata tienen las patas cortas. Cualquiera de las millones de personas que pudieron seguir la represión en directo, pudo ver como se descargaban golpes contra trabajadoras, familiares y hasta periodistas.
Lanata no hizo más que seguir el libreto que había arrancando con el editorial dominical de La Nación. El histórico diario volvió a cargar contra la izquierda que está “en contra del desarrollo” (sic), entre otras cosas, acusando a la izquierda del "cierre de empresas".
La ofuscación que refleja el editorial (que escriben en general los propietarios del medio) lo llevó a copiar argumentos sacados del libreto del Gobierno de los EE.UU,... pero de la época de la llamada Guerra Fría.
La nota publicada busca ridiculizar las posiciones de la izquierda. Por ejemplo, en relación a la lucha de PepsiCo, se lee que "la ocupación de la planta" se hizo para "combatir el capital extranjero" y "como instrumento de lucha contra el imperialismo opresor".
Al medio que oficia de vocero de las grandes patronales y el Gobierno le convendría interiorizarse, aunque sea un poco, sobre los conflictos laborales que nombra, como Lear, Donnelley y Pepsico. Allí los trabajadores lucharon o luchan por mantener las fuentes de trabajo. Del otro lado, las empresas despiden no por crisis sino porque quieren flexibilizar la fuerza laboral. Tan simple como eso. En la simpleza reside la genialidad, una máxima filosófica que el editor parece olvidar.
Hacia el final de la editorial, vuelve una vez más al libreto de Joseph McCarthy, el senador republicano que, en la década del 50, encabezó la campaña contra el "comunismo" en EE.UU. Así, en la nota de La Nación, se menciona a "la Rusia de Brezhnev, la Rumania de Ceaucescu o la Alemania de Honecker". Las menciones parecen hechas directamente para los lectores de La Nación. Una especie de mecanismo para sostener el vínculo con un "público jurásico".
Más allá del desprecio evidente de la derecha empresarial contra el Frente de Izquierda y la lucha de los trabajadores, lo que parece quedar en evidencia es el nerviosismo oficial.
A una semana de las PASO los números de las encuestas no le sonríen al macrismo. Puede ser que estos ataques estén reflejando la ofuscación de un "periodismo" que se dedica a defender la gestión de Cambiemos. Los intentos de ridiculizar a la izquierda, apelando a argumentos del Mesozoico, pueden estar mostrando esa ofuscación.
El Frente de Izquierda, mal que les pese, es una fuerza que actúa en la escena nacional. Todo parece indicar que va a hacer una gran elección el próximo domingo. Esta realidad parece que les despierta a estos dinosaurios tanto ofuscación.

Matthias Flammenman

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