lunes, 1 de agosto de 2016
Continuidad en el patrón regresivo de la distribución del ingreso
A futuro habría que tener en cuenta, al menos, dos cosas: el impacto de la política tarifaria en los precios y, a pesar de la burocracia sindical, un contexto propicio para debatir la reapertura de paritarias.
En el actual estado de situación económica, para reavivar la actividad productiva en los próximos meses es necesario un impulso de demanda. Si bien es cierto que la reactivación de la obra pública tiene esa cualidad, no porque el gasto o la inversión fiscal tengan por sí solas la capacidad matemática de mejorar el crecimiento, sino en tanto y en cuanto la dinámica monetaria de la economía permita activar el consumo y la inversión privados. Por tanto, en toda economía monetaria de producción es necesario tener en cuenta el manejo del dinero, del crédito y la política monetaria.
En ese sentido, aunque la eliminación de la financiación monetaria del déficit sea discursiva y no real y la reducción de la inflación todavía una quimera, es de esperar que el Banco Central persista en su política de restricción monetaria, que en nada colabora con cualquier intento de reactivación de la economía por parte del Ejecutivo.
A futuro habría que tener en cuenta, al menos, dos cosas: primero es saber en qué medida el impacto y las luchas a partir de la política tarifaria continúan impactando en la evolución de los precios. Segundo, aunque la burocracia sindical no siempre concreta en el terreno de lo político los reclamos del conjunto de los trabajadores, hay un contexto propicio para debatir la reapertura de paritarias, lo cual agravaría el ya complicado panorama. Con un Banco Central que ha decidido dejar en el olvido a los otros objetivos de “empleo y desarrollo económico con equidad social” consagrados en la Carta Magna, centrándose en el problema inflacionario, es de esperar una restricción monetaria aún mayor si no cede la marcha inflacionaria.
Dicha contracción monetaria, como siempre sucede con este tipo de planes antiinflacionarios, impacta en mayor medida en los sectores bajos de la distribución de poder económico. Porque, por un lado, se suelen contraer principalmente las partidas de gran impacto social y, por otro, sostener una elevada tasa de interés, que impacta en la toma de crédito más en aquellos que ya tenían problemas de financiamiento, como los sectores productivos de baja escala y los trabajadores que podrían activar el consumo.
Por lo que es de esperar que para el segundo semestre la economía no se reactive y subsista el patrón regresivo en la distribución del ingreso.
Pablo Diaz Almada
Colectivo de Pensamiento Crítico en Economía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario