sábado, 9 de julio de 2016

¿Quién es Pablo Bressi, el jefe de la Policía Bonaerense?



Historia, antecedentes y perfil del hombre que María Eugenia Vidal puso al frente de la fuerza represiva provincial.

Integraba el Grupo Halcón cuando dirigió el operativo contra la toma de rehenes del Banco Nación en Ramallo, que terminó en una masacre. Fue condecorado por los “resultados” de un secuestro: Patricia Nine.

La Maldita Policía nunca se fue

María Eugenia Vidal se encontró de manera súbita al frente de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires y, por ende, también con una fuerza conformada por 90 mil uniformados armados que integran la Bonaerense. De las 135 intendencias que conforman la Provincia de Buenos Aires, Cambiemos se quedó al frente de 64 de estas comunas, dejando heridos a muchos de los barones del conurbano.
Si el gobierno de Vidal hubiera sido consecuente con lo planteado durante la campaña electoral, la gente del anterior jefe de la Bonaerense debía haber quedado al margen. Pero el sucesor de Hugo Matzkin fue uno de los suyos: Pablo Bressi. Esta elección excluyó a quienes se sentían los verdaderos herederos de ese puesto.
Según distintas versiones, a Bressi lo habría recomendado Alejandro Granados, exministro de Seguridad en tiempos de Daniel Scioli. El actual ministro de esa cartera, Cristian Ritondo, optó por aceptar la recomendación de su antecesor. ¿Recomendación, imposición, negociación?

El heredero de Matzkin

Se trata de un policía fuertemente vinculado con la DEA (la agencia antidrogas estadounidense). Pablo Bressi cuenta como antecedente haber integrado la división antisecuestro y también el Grupo Halcón. “Saltó a la fama” por su rol de negociador en la toma de rehenes que derivó a fines de 1999 en la masacre de Ramallo, después de un asalto al Banco Nación.
En ese robo nada podía salir mal: los asaltantes fueron enviados por la Policía para realizar el atraco con rapidez, pero alguien dio aviso a la comisaría y los uniformados tuvieron que acudir.
Los asaltantes sorprendidos tomaron rehenes dentro del Banco. Bressi es el responsable de negociar por largas horas con los captores. Pero mantuvo otra negociación paralela donde se decidió que nadie podía salir vivo. Bressi dio la orden y ejecutaron a dos rehenes y a uno de los asaltantes.
El único propósito de esa masacre fue la de mantener en la sombra el entramado oculto de aquel asalto.

Largo prontuario

En agosto de 2004, durante la gestión de León Arslanián como ministro de Seguridad bonaerense, Pablo Bressi fue ascendido a Comisario Inspector y asumió como jefe del Grupo Especial de Apoyo para las Investigaciones contra Secuestros de Personas.
Un mes después Patricia Nine fue secuestrada. La hija del dueño de un conocido shopping de la localidad bonaerense de Moreno fue capturada el 28 de septiembre de 2004. La banda de secuestradores pidió por su liberación un rescate millonario, que nunca llegó a pagarse. Después de 25 días de cautiverio la mujer fue liberada por la Policía.
Por la resolución de este caso Bressi fue condecorado y ascendido por Arslanián. Posteriormente el padre de la mujer secuestrada, Eduardo Nine, denunció que Bressi le cobraba por mes un monto de dinero por haber rescatado a su hija. Pese a esta denuncia, donde fue apartado de su cargo, su carrera prosiguió.
Ascendió cuando Matzkin llegó a ocupar la jefatura Bonaerense. Bressi fue titular de altos cargos en la lucha contra el narcotráfico. Estuvo en la DDI Tráfico de Drogas Ilícitas La Matanza y Quilmes. En marzo de 2014, y hasta el mismo momento de ser designado como jefe de la Bonaerense, estuvo al frente de la Superintendencia de Investigaciones de Tráfico de Drogas.
En su lugar, a cargo de la Superintendencia quedó su mano derecha: Claudio Fuentes; sospechado de encubrir a Oscar Caviglia, actual subjefe de la Delegación de Drogas Ilícitas de San Isidro, quién está acusado de cobrar dinero a bandas de narcos a cambio de liberar zonas para la venta de droga.
No es un dato menor que Fuentes y Caviglia mantengan una estrecha relación y que Pablo Bressi haya designado a Fuentes en la Superintendencia. Ellos trabajaron juntos durante años y hay quienes dicen que Fuentes fue “valijero” de Bressi. El vínculo entre Bressi y Fuentes explicaría la protección que le otorgan a Caviglia, quien a pesar de estar imputado por un grave delito continúa en funciones y en un cargo de relevancia: subjefe de la Delegación de Drogas Ilícitas de San Isidro.
Pero hay más Bonaerenses acusados de facilitar la venta de sustancias ilícitas en la Provincia. A mediados del año pasado, la justicia federal de San Martín condenó a ocho policías, entre ellos al jefe de la Departamental de esa localidad, José Luis Santiso, después que se conoció que habilitaban zonas liberadas a bandas narcos, a cambio de dinero.
Además, por los sobres encontrados en la Departamental La Plata con dinero por coimas provenientes del narcotráfico, quedaron imputados integrantes de la fuerza, pero la denuncia penal también apunta contra el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo y el superintendente de la región, Fernando Grasso, acusados por los delitos de incumplimiento en los deberes de funcionario público y encubrimiento.
Grasso, señalado como uno de los hombres de estrecha confianza del jefe de la Bonaerense, está acusado por participar en el circuito de recaudación ilegal de dinero.

Lucha contra el narcotráfico, campaña para la tribuna

Según Cambiemos, el gobierno de Vidal le otorga un lugar destacado a la lucha contra el narcotráfico. En recientes declaraciones, el propio ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, denunció que en la Provincia el narcotráfico creció un 40 % durante la administración de Daniel Scioli.
Sin embargo él eligió a Bressi y a Fuentes para “combatir” este delito, que a la vera de la gestión de ambos se extendió como un rentable negocio que siempre cuenta con la participación de fuerzas de Seguridad.
La estrategia del gobierno de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, en relación a la Fuerzas de Seguridad, fue la de negociar con el exministro de Seguridad y el exjefe de la Bonaerense, Alejandro Granados y Hugo Matzkin, con los que definieron la continuidad más que el cambio.
Hasta ahora, después de la triple fuga a fines del año pasado; el asalto en la casa del intendente de La Plata; los más de 100 secuestros, que incluye a la hija de un importante dirigente peronista; la entrada al despacho de la gobernadora y a la casa del ministro de Gobierno Federico Salvai; muestra que la negociación entre Ritondo, Granado y Matzkin no estaría dando los resultados esperados.
Incluso desde el gobierno de Vidal apuntan contra el propio Matzkin. Estará por verse qué nuevos pactos tejerán entre las distintas alas en disputa.
Por ahora Bressi sigue en las primeras planas por la disputa entre Carrió y Vidal por las legislativas 2017. Mientras que por la ola de “inseguridad” María Eugenia Vidal decidió mudarse junto a su familia a una base de la Fuerza Aérea para poder dormir tranquila.

Rosa D´Alesio

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