La Presidenta promulgó el nuevo Código Civil y Comercial por cadena nacional con la presencia de representantes de la Conferencia del Episcopado, la Corte Suprema, gobernadores, legisladores y dirigentes de la CGT. “Es el código hijo de la democracia”, dijo. No se habló del artículo 19 pactado con el Vaticano, que traba el derecho a una ley de aborto seguro y gratuito. Antonio Caló, de la CGT Balcarce, también aplaudió un código que legitima la tercerización laboral. El Código Civil y “los hijos de la democracia”
Cristina Kirchner presentó el nuevo Código Civil y Comercial por cadena nacional. El libro celeste fue levantado en alto por las aplaudidoras manos de los funcionarios.
Luego del clásico video institucional donde se elogiaron los puntos progresivos como el matrimonio igualitario, la facilidad de adopción y de divorcio, Cristina Fernández arrancó el discurso deteniéndose en presentar especialmente a la jerarquía de la Conferencia Episcopal. Las cámaras de la TV Pública se enfocaron particularmente en el nuncio apostólico Paul Emil Tcherrig y el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani.
Después de pedir un “aplauso para nuestro papa Francisco”, Cristina lamentó la ausencia (por enfermedad, se dijo) del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, un hombre del Vaticano que la Presidenta destacó por “su trabajo para llegar a la sanción del Código”.
La puesta en escena mostró el apoyo de un amplio espectro de la casta política y judicial al Código votado en el Congreso. Ministros de la Corte Suprema, juristas, gobernadores, diputados y sindicalistas. El juez de la Corte Ricardo Lorenzetti y el presidente del PJ Eduardo Fellner; los obispos y el ministro de Trabajo Carlos Tomada; Elena Highton de Nolasco y Alicia Kirchner; Capitanich y Estela de Carlotto; Eugenio Zaffaroni y José Luis Gioja, La Cámpora de Wado de Pedro y el candidato Scioli; el dirigente de la UOM, Antonio Caló; el imprentero Boudou y la diputada Diana Conti. Bergoglio bien podría decir, siguiendo a su líder en la Tierra, Juan Domingo Perón, que “los hay de centroizquierda y de derecha, los hay sindicalistas y gobernadores, pero todos trabajan para el movimiento”.
Entre los 2.671 artículos del código que regula aspectos esenciales y cotidianos en la vida de las personas, como la concepción, las deudas, las formas del matrimonio y del divorcio, las obligaciones con los depositantes bancarios, entre otros, uno en especial fue cuidadosamente ocultado. La Presidenta no menciónó el artículo 19 rechazado masivamente por el movimiento de mujeres que concurrirán al Encuentro Nacional en Salta este fin de semana. Como señaló en la Cámara de Diputados Nicolás del Caño del Frente de Izquierda: “Es una hipocresía plantear el derecho al aborto y al mismo tiempo aprobar el artículo 19 que impusieron el Vaticano y la Iglesia católica. Además, ¿qué progresismo puede plantear un retroceso de más de ciento cuarenta años en lo que hace a las cuestiones de la laicidad?”.
Este es el Código Civil “auténticamente argentino e hijo de la democracia”, dijo la Presidenta. Y se encargó de aclarar -“para que mañana los diarios no titulen cosas que no son”- que el hijito de la democracia argentina, como no podía ser de otra manera, “no resulta violatorio de la voluntad de los que quieran hacer contratos en moneda extranjera”. Como ya prometieron otros, el que puso dólares, recibirá dólares. Hasta se dio el lujo de destacar los nuevos derechos consagrados a “los pueblos originarios” en presencia del mismo Gildo Insfrán que gobierna una Formosa plagada de asesinatos a la comunidad qom.
Una bendición a la tercerización laboral
En las primeras filas de los presentes se encontraba el dirigente de la UOM, Antonio Caló, líder de una de las cinco “minicentrales” entre las que CFK ha logrado profundizar la división de los sindicatos, la CGT “Balcarce”, que pelea con la CTA de Yasky el podio del sindicalismo oficialista.
El nuevo Código Civil y Comercial tiene su parte dedicada al movimiento obrero, como no podía ser de otra manera. La Asociación de Abogados Laboralistas emitió un comunicado que señala: “La línea del nuevo Código apunta claramente a asegurar las inversiones de capitales privados, protegiendo a los mismos de los eventuales reclamos laborales que puedan tener por parte de los trabajadores”.
Específicamente denuncian que “el nuevo Código introduce nuevas figuras contractuales y modificaciones a las ya existentes que permitirían su utilización fraudulenta para ocultar relaciones laborales. De esta manera, las empresas podrán reducir costos laborales haciendo firmar a sus trabajadores nuevos tipos contractuales que esconden su carácter de trabajadores dependientes”.
En fin, como dijo la Presidenta, un auténtico “hijo de la democracia” (para ricos), tutelado por el nuevo poder “auténticamente argentino” al frente del Vaticano.
Manolo Romano
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