La entidad resolvió el pasado jueves nuevas medidas para mermar la salida de divisas por importaciones. Será la única habilitada para otorgar prórrogas y se reduce el plazo para el ingreso de bienes a 120 días
El Banco Central (BCRA) tomó dos nuevas resoluciones el jueves pasado que apuntan a mostrar cierto “control” sobre la entrada y salida de divisas en el comercio exterior, ante la continua pérdida de reservas internacionales y las dificultades en distintos frentes para revertir esa tendencia.
Las resoluciones fueron publicadas en el sitio oficial del Gobierno argentino. Se informa que se redujo el plazo de 365 a 120 días para demostrar el efectivo ingreso aduanero de los bienes por aquellos importadores que anticipen pagos de las operaciones de comercio exterior. El BCRA sólo mantuvo el plazo actualmente vigente de 365 días para el caso de pagos anticipados de importaciones de bienes de capital.
Asimismo, la medida aprobada por el directorio adjudica a la máxima autoridad monetaria el monopolio de concesión de prórrogas a los importadores que superen el lapso para acreditar el ingreso de bienes en el registro de ingreso aduanero por demoras ajenas a la voluntad del importador. Se privó de esta facultad a los bancos. En caso de no ser aprobada la prórroga por el Banco Central, el importador podría ser intimado a devolver los dólares utilizados para las operaciones.
Las repatriaciones de inversión extranjera directa también serían afectadas por los controles cambiarios. Se trata de las inversiones realizadas con anterioridad al comienzo de la restricción de importaciones en octubre de 2011. Sin embargo, el anuncio es mayor que la medida concreta. Lo que se les exige a las entidades del sector privado no financiero es sencillamente demostrar que ingresaron el dinero de la operación a través del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
Si bien las presiones en el dólar paralelo han disminuido estos últimos dos días, lo cierto es que el frente externo está al rojo vivo, con una caída de más de dos mil millones de dólares en los últimos 80 días. Al fallo del juez Griesa que frustró por el momento las ilusiones de un nuevo endeudamiento, se suman la crisis energética y la fuerte caída de los precios de la soja. En este contexto, la salida planteada por las cámaras empresarias de la industria y del agro es una nueva devaluación. Otros proponen esperar hasta enero que se produce el vencimiento de la cláusula RUFO para que se produzca el pago a los buitres sin acciones legales de quienes entraron a la reestructuración, y así poder volver a endeudarse. El gobierno estaría optando con esta medida por nuevas restricciones cambiarias, regalos (“incentivos”) a los agroexportadores para que liquiden las divisas y probablemente más devaluación administrada, “aguantándola” hasta enero. Mientras, avanza la inflación que licua el salario y el oficialismo niega un bono de fin de año para los trabajadores.
Lucía Ruiz
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