sábado, 25 de octubre de 2014

Rechazemos la Ley Chevron

La nueva ley de hidrocarburos del kirchnerismo consagra el remate de las reservas de petróleo y de gas en favor de los monopolios internacionales.
Es la generalización del acuerdo colonial que firmaron con el pulpo Chevron.
-Otorga a las empresas la libre disponibilidad de los recursos y su posibilidad de exportación.
-Permite girar dividendos al exterior a partir del quinto año y mucho antes para los proyectos en las plataformas marítimas.
-Establece un techo en las regalías del 12%, uno de los porcentajes más bajos del mundo, despojando así a las provincias.
-Libera a las petroleras de toda responsabilidad ambiental.
-Adjudica los yacimientos por plazos de 35 años y con prórrogas, lo que equivale a concesiones a perpetuidad.
Los pulpos aportarán mínimas inversiones. El verdadero financista será el trabajador y consumidor argentino, como lo demuestra el 80% de aumento en las naftas desde la seudoestatización de YPF.
Lejos del autoabastecimiento, la “soberanía energética” que blande CFK es la conversión de la Argentina en una gran exportadora de petróleo y gas, sobre la base de una depredación acelerada de las reservas.
La reforma centraliza las nuevas concesiones en YPF y sus socios, lo que ha despertado el cuestionamiento de otros pulpos. La crítica de los Massa, Macri y otros se reduce a reclamar un reparto “parejo” de la entrega petrolera. Es lo que piden Shell y su presidente, que ya busca lugar en las listas de Unen.
Semejante edificio entreguista, sin embargo, podría terminar en un fracaso. La crisis capitalista internacional ha derrumbado los precios del petróleo, dejando a Vaca Muerta fuera de pista. Para salvar los acuerdos con los pulpos, el gobierno intentará compensarlos con nuevas prebendas a costa de los trabajadores y el país.
El próximo miércoles 29 convocamos a una amplia movilización popular contra la sanción de la ley Galuccio-Chevron, por la nacionalización integral de la producción de hidrocarburos, comenzando con YPF, con apertura de los libros y control de los trabajadores.

Prensa Obrera

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