miércoles, 15 de octubre de 2014
Vandorismo kirchnerista: amenaza, pero cede a las patronales
La semana pasada se aceleraron las presiones por una devaluación. Los “sojeros”, banqueros e industriales la empujan. Buscan una transferencia de recursos desde los trabajadores a los patrones. El gobierno los denuncia, pero termina negociando. El gobierno dice que no va a devaluar. La historia es conocida: lo mismo decían en enero.
El problema principal de la economía es la escasez de dólares luego de una década de su dilapidación en la deuda externa y en la fuga oficial e ilegal. Sobre ese vaciamiento se desarrollan la especulación por una nueva devaluación. Es que la inflación ya se comió el efecto de la de enero.
La dependencia del dólar es una muestra del dominio imperialista y del atraso de la estructura productiva que requiere, como ocurre con las automotrices y electrónicas, el ingreso permanente de importaciones. Más que industrialización el kirchnerismo instaló una gran armaduría con mano de obra barata.
Cristina Fernández de Kirchner acusó a bancos y exportadores de especular con el dólar. Quieren “voltear al Gobierno con ayuda extranjera”, dramatizó frente a las cámaras.
Pasada la pirotecnia verbal desfilaron por los ministerios todos los acusados de desestabilizadores. Es más, Axel Kicillof se trasladó a la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina para saludar sonrientemente a los representantes de la Ford, General Motors, Donnelley, Lear y tantas otras patronales “buitre”. El “soviético” rindió pleitesía al imperialismo desestabilizador.
Van ganando los bancos
Bancos y financieras son agentes directos de la fuga y la especulación. La presidenta dejó expuesto que Mariva, Balanz Capital, Macro y Patagonia concentran las operaciones de “contado con liqui” con la cual se fugan dólares “legalmente”.
No pasó una semana que Alejandro Vanoli, el nuevo presidente del Central, recibió a los bancos. Incluso a José Luis Pardo, el dueño del Mariva, amigo de Eduardo Duhalde, que fue acusado de conspirador. Vanoli les aseguró que no habrá una devaluación. No los trató como desestabilizadores. Para los banqueros resultó un encuentro cordial.
Lejos de esa cordialidad, la única medida realista es la expropiación de todos esos especuladores conformando una banca estatal única bajo control de los propios trabajadores bancarios, organizados en asambleas desde las bases. Los recursos bancarios dejarían de ser un instrumento de presión devaluatoria para destinarse al desarrollo productivo y la resolución de los problemas más acuciantes, por ejemplo, mediante créditos baratos para todo el que no tiene casa propia. Con los $10 mil millones de que se ganaron en un solo día los bancos con la devaluación de enero se podrían construir 100 mil viviendas. Los planes del gobierno son lo contrario: “regular” un poquito las ganancias de los banqueros. Una estafa “nacional y popular”.
Claves:
» El problema principal de la economía es la escasez de dólares.
» Bancos y financieras son agentes directos de la fuga y la especulación. La única medida realista es la expropiación de todos esos especuladores conformando una banca estatal única bajo control de los trabajadores bancarios.
» Los recursos bancarios dejarían de ser un instrumento de presión para destinarse al desarrollo productivo.
» El gobierno denuncia que los “sojeros” guardan la mitad de la cosecha. Pero las exportadoras ni se inmutan.
» El monopolio estatal del comercio exterior permitiría concentrar las compras y ventas de granos para combatir esa conspiración permanente.
» El oficialismo anhelaba una vuelta a los “mercados”. Para eso arregló con Repsol, el Club de París y el Ciadi. El juez Griesa le agrió los planes.
» El mandato del nuevo presidente del Banco Central es cuidar los dólares. Esto implicará acentuar la recesión. Lo contrario, llevaría a dilapidar reservas convalidando una nueva devaluación. Es una encrucijada difícil de sortear.
» Todo indica que el oficialismo buscará atravesar las turbulencias para llegar a enero e intentar negociar con los “buitres”.
» La entrega de Vaca Muerta es la otra vía para atraer dólares.
» La situación internacional no hará fácil el tránsito a enero.
La Ley de Abastecimiento no va al grano
El gobierno denuncia que los “sojeros” guardan la mitad de la cosecha. Jorge Capitanich los amenazó: “creemos que es necesario utilizar todas las herramientas por parte del Estado para garantizar que se termine con este tipo de maniobras especulativas”.
Pero las exportadoras ni se inmutan. Se trata, en su mayoría, de multinacionales imperialistas: Cargill, Toepfer, ADM, Bunge, Dreyfus y Nidera. Tienen flotas, ferrocarriles, puertos, tierras, todo lo que quieren. Dominan al menos un cuarto del comercio exterior.
Axel Kicillof los recibió para suplicar que liquiden la soja que guardada en silobolsas. En ese stockeo es cómplice la oligarquía terrateniente. Pero esos hombres no son tan misericordiosos como Francisco que oficia una transición tranquila ni creen en las “amenazas” oficiales. Ven como baja el precio de la soja y quieren una devaluación que le recomponga los ingresos.
Saben que con la Ley de Abastecimiento el oficialismo teatraliza un poco para terminar acordando que liquiden algunos dólares, que por otra ventanilla se lleva el mismo capital imperialista.
Este año las exportadoras agrarias facturarán, si cumplen con las ventas que reclama el gobierno, alrededor de u$s23 mil millones. Equivale a 10 veces lo destinado a la Asignación Universal por Hijo. Esa es la redistribución de riqueza kirchnerista.
El monopolio estatal del comercio exterior permitiría concentrar las compras y ventas de granos de modo de maximizar el ingreso de divisas a las arcas públicas para combatir esa conspiración permanente de los “sojeros”. No sólo eso. Hay que expropiarles las plantas industriales, los puertos que se quedaron con las privatizaciones y las tierras. Sólo en condiciones muy excepcionales el Estado capitalista toma estas medidas. Por eso es impensable que lo haga el kirchnerismo que cuanto más inflama su discurso, más servil se muestra a los capitalistas.
No devaluarás…
Luego de la devaluación el oficialismo anhelaba una vuelta a los “mercados” que le permitiera endeudarse a tasas bajas. Para eso arregló con Repsol, el Club de París y el Ciadi. El juez Griesa le agrió los planes.
El mandato del nuevo presidente del Banco Central es cuidar los dólares. Esto implicará acentuar la recesión frenando importaciones. Lo contrario, llevaría a dilapidar reservas convalidando una nueva devaluación. Es una encrucijada difícil de sortear. Mientras tanto el gobierno rogará que los “sojeros” liquiden dólares, que se amplíe el swap con China y, por qué no, intentará endeudarse, pero ahora, a tasas usurarias.
La Ley de Pago Soberano debutó sin pena ni gloria. Con los caminos cerrados para solucionar la crisis de deuda, todo indica que el oficialismo buscará atravesar las turbulencias para llegar a enero e intentar negociar, ya sin el estorbo de la cláusula RUFO (que obliga a mejorar las condiciones a los bonistas que aceptaron el canje si se lo hace con los fondos que litigan), con los “buitres” y así conseguir dólares.
La entrega de Vaca Muerta es la otra vía para atraer dólares. La ley petrolera que debate el Congreso implicará liquidar las “joyas de la abuela” y extender el pacto de entrega tipo Chevron a todas las empresas. Pero extraer en Vaca Muerta llevará tiempo y las urgencias de divisas son inmediatas.
La situación internacional no hará fácil el tránsito a enero. Cae la cotización de la soja. El FMI revisó a la baja los pronósticos de crecimiento mundial. En Brasil se desacelera la economía y se está depreciando el Real, agregando presiones al tipo de cambio de Argentina. Por lo menos, el gobierno podrá recurrir a la excusa de esta “conspiración” internacional para justificar su impotencia frente a la sed insaciable de las patronales.
Pablo Anino
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