“si se mira bien, en el fondo todo era la misma cosa” Haroldo Conti “sudeste” (escritor desaparecido)
Amor celestial
Durante los últimos días en la argentina de los medios, leí que la iglesia se opuso a la difusión de la educación sexual. Formalmente, en la voz de uno de sus representantes se manifestó el rechazo al manual oficial para formadores escolares en sexualidad.
Cuestionan la política oficial sobre el tema, planteando una supuesta falta de “amor” y fomento de “la familia”.
Si uno accede al manual, o a lo que lo ha determinado que es una ley sancionada democráticamente en el congreso, producto de discusiones algo más profundas que la banalidad con que se llena a veces la palabra “amor”, puede refutar estos planteos fácilmente. Ya que, a mi entender, lo que en realidad se intenta generar desde la perspectiva de los ministerios de educación y de salud, es cuidar la salud sexual de los niños y jóvenes. Quienes padecen a diario las consecuencias de su ingenua ignorancia, la cual los mantiene excluidos de algo más que recursos económicos.
¿Amar no incluye cuidar? ¿Acaso brindar contención y promover el desarrollo humano vía educación, no es parte del amor? ¿O amar es negar la existencia de la teoría de Darwin? ¿A que se refiere la iglesia (metonimia permitida dado que ningún representante de la entidad negó públicamente, esas declaraciones) cuando habla de amor?
Por otro lado, la misma entidad que plantea la falta de difusión del principio vital de la religión en el mencionado manual no se manifestó públicamente ni para criticar, repudiar o lo que fuere, sobre el amor que han brindado a la sociedad argentina los padres Von Wernich y Grassi. Simplemente, han expresado sobre los curas un tenebroso silencio.
Parece que la definición de la palabra “amor” debe ser replanteada, o al menos explicada con mayor profundidad. Pues si todos somos hijos de dios, como tal no entiendo el amor de mi padre en la tierra, me encuentro algo confundido. ¿Cómo considera entonces, la iglesia llevar adelante el cuidado de los hijos del señor?
Democracia en crisis
Mantener la superficie firme, permite que no se vea lo que hay debajo. Es una de las maneras como avanza el poder de los medios. Banalizar todo lo posible, les permite trasladar el sentido a lo visible que no es otra cosa que la cáscara de lo real. La realidad pura ya no existe, de eso no hay duda. Solo hay miradas sobre esa realidad, que se construyen en perspectiva con ciertos ideales o deseos o ambiciones. Pero a veces las tendenciosas interpretaciones, no encuentran la manera objetiva de presentar ciertos hechos para que estos sean funcionales a sus intereses. Entonces, aprovechando su monopólico poder, optan por ni siquiera mencionar algunas situaciones como la actual crisis en honduras, que no es otra cosa que un golpe de estado, con todas las letras (lingüísticas e históricas). Y aun así, parece que no es lo suficientemente importante como para que la objetiva cámara de muchos medios argentinos (o argentinos medios), se encienda en Centroamérica.
En este sentido, en el diario clarín del miércoles 05/08/2009 en la sección el país, pag.10, leí el título: “honduras ahora está de moda”. La nota menciona las declaraciones de un diplomático que no identifican, quien se sorprendió por la preocupación oficial argentina respecto del golpe de estado en el mencionado país. Según este funcionario, ni Nestor ni Cristina Kirchner se habían interesado antes por el país centroamericano, ni por ninguno a excepción de cuba.
La nota, no hace más que frivolizar la realidad y trasladar la discusión a este tipo de banalidades para no mencionar el hecho fundamental (golpe de estado en Honduras) que, dicho sea de paso, no se lo nombra de ninguna manera, como si lo importante de la actualidad hondureña pasase por algo vinculado a la moda. Una comparación con lo efímero que no es casual, pues parece que si todo pasa rápido, como la moda, es mejor para muchos intereses económicos.
Lo preocupante de esto, no es solo el sentido superficial que se le da a la situación en esta breve nota, sino que ninguna página del diario de la fecha hubo alguna información adicional sobre el tema. Salvo otra breve nota escrita por A.Moreno, que en un principio llamó mi atención por su título: “la democracia latinoamericana nuevamente en riesgo”, porque pensé que se trataba de una nota que trataría el tema Honduras, sin embargo mi ilusión naufragó en las primeras líneas. La gran parte de esta nota se refirió a la política del gobierno de Venezuela sobre los medios (la cual merezca, tal vez alguna reflexión) en términos de golpe de estado o asociándolo e este indirectamente. De hecho, comienza la nota mencionando el golpe de honduras como introducción al tema de Venezuela, trasladando así el sentido de los términos “golpe cívico militar” a las medidas que lleva a cabo el presidente de Venezuela. Quien (lamentablemente considero necesario reafirmar), fue reelegido democráticamente. Y además vale recordar, la democracia en este país fue puesta en crisis por la fuerza empresaria y militar hace pocos años.
Según la nota, la democracia está en crisis en Venezuela. A pesar de que el presidente democrático de este país ha puesto a consulta popular o referéndum muchas de las medidas llevadas a cabo. Me encuentro nuevamente confundido. ¿No es esto democracia? ¿O debo pensar que la democracia es lo que ocurre en honduras?
Mi retórica confusión, no se aclarará en la lectura de la superficie de las cosas que tan bien fortalecen a diario los medios argentinos y mientras la mirada mediática siga monopolizada, gran parte del pueblo, gente, ciudadanos o como queramos llamarle (demagógicamente o no) solo obtendrá la frivolidad de lo hechos construidos con falsa e hipócrita objetividad. La cual sostiene firme la superficie para que las profundidades queden bien sepultadas.
Cifras y más frivolidad
La sociedad rural manifestó su visión sobre la democracia en la memoria del 81´: “Cuando por aplicación de los mecanismos constitucionales [...] se llega a situaciones que ponen en peligro la existencia misma de la nación, es evidente que estos mecanismos son endebles”. Y dijo sobre la dictadura: “puso fin a una democracia débil, falsa, inauténtica, ineficiente”. (1)
La imprecisión de la cifra de desaparecidos es un aporte más a lo aberrante y repudiable del golpe del 76´ y no una disminución de las culpas. Los heridas aún sangran, la historia quiere ser mirada por algunos con olvido y perdón y frivolizada al extremo. En este constante camino hacia la banalización de todo, la tendencia a minimizar lo ocurrido en argentina hace casi treinta años cuestionando la cantidad de desaparecidos, pone otra vez en el plano de la superficialidad la esencia de lo ocurrido.
Balancear la discusión a favor de quienes promueven la amnesia obligatoria, parece ser el objetivo. Estos, que vuelan como aves rapaces en la democracia de la que se alimentan y a la que pretenden destruir si no les es funcional a sus intereses, manifiestan por medio de voces pseudo democráticas sus intenciones golpistas, aparecen en algunos medios (casi todos, hoy) enmascarados para decir con palabras de buen impacto mediático exactamente lo que sus intenciones verdaderas rechazarían o enfrentarían. Ya que si desnudaran sus pretensiones reales la repercusión sería más que negativa. Sin embargo a veces, la fuerza del inconciente que no cesa, sortea la represión de los asesores de marketing mediático y sale a flote, liberando así lo oculto. Un ejemplo de esto es la designación de Palacios como jefe de seguridad de la ciudad de Buenos Aires, quien como apólogo “fino” de la represión del 76´ e imputado en el atentado a la AMIA, parece ser(¿casualmente?) el elegido por Mauricio Macri, para llevar adelante la tranquilad de las calles porteñas, fundamentalmente de las “molestas” protestas sociales que la complicidad mediática insiste en presentarlas como un problema de tránsito, (salvo que sea un reclamo de los democráticos gigantes rurales). Si el lector quiere puede buscar como una muestra más de este desborde de la verdadera intencionalidad, un reciente reportaje de Mariano Grondona al presidente de la sociedad rural Hugo Biolcati.
Pareciera que la puesta en cuestión sobre la cantidad de desaparecidos, pretende por un lado quitarle el valor que tiene el resarcimiento de las heridas y la condena a los culpables. Y por otro, poner en el imaginario social dudas sobre lo ocurrido, y hasta reinstalar si se puede esa patética e irresponsable afirmación: “por algo será que se los llevan”. Afirmación ingenua pero cómplice indirecta de lo ocurrido.
En relación a este tema, mencionaré algo que me preocupó bastante y que a pesar de que sugirió en mí una serie de conclusiones, prefiero dejar la pregunta planteada a los lectores.
En el diario Clarín del 05/08/2009, pag.9. leí una nota sobre las críticas que el secretario de derechos humanos Eduardo Luis Duhalde manifestó a partir de las declaraciones que Graciela. Fernandez Meijide hizo en referencia a las cifras de desaparecidos durante la última dictadura. Lo llamativo y difícil de comprender es que en la misma página, debajo en un recuadro, había otra nota en la que se informaba sobre la explosión de una bomba casera frente a la sede de LAN.
¿Cuál es la relación entre ambas notas? ¿O al menos cuál es la relación que supone el diario? ¿Por qué este recuadro figura (en todos los sentidos de esta palabra) en la misma página donde están las críticas de Eduardo L. Duhalde a las declaraciones de G. Meijide que cuestionan las cifras de desaparecidos? ¿Es casualidad?
La última pregunta está investida de falsa ingenuidad, pues casualidad e inocencia es lo que escasea en los medios.
Nota
(1) nota en Pág. 12. Mario Rapoport. Historiador y economista.
Ignacio Fulco
Rebelión
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