domingo, 30 de agosto de 2009

La expropiación abre las puertas, pero la lucha sigue


Más de diez años de lucha y nueve de gestión obrera. La solidaridad del pueblo neuquino y una definición parlamentaria que marca antecedentes para el resto de las fábricas recuperadas. La expropiación definitiva de la ex fábrica Zanón, hoy FaSinPat, una lucha que continúa.
En 1980, durante la inauguración de la planta, los Zanón festejaban con discursos plenos de halagos hacia el gobierno militar vigente. Arengando al orden y a la seguridad que el Golpe de 1976 había traído a la Argentina. Así la familia empresaria continuó agradeciendo al poder político por las facilidades que gobiernos como el nacional de Carlos Menem, o el Jorge Sobisch en la provincia, quienes con subsidios y créditos blandos devolvián gentilezas, hasta llegar al 2001 cuando los Zanón condujeron la fábrica a la quiebra.
“Llegó un momento en que nos echaron a todos y empezamos a resistir, porque ya había una unidad de organización. Quedamos 250 afuera por cinco meses acampando frente a la fábrica”, cuenta Hugo, trabajador de FaSinPat. A partir de ahí comienza el proceso de visibilización del conflicto, sacarlo de la fábrica fortaleciendo la lucha con otros grupos. “Panfleteábamos, cortábamos la ruta, se participaba en la radio y de esa manera el conflicto se instalaba en la comunidad”. La unidad y el apoyo que manifestaron distintos sectores de la sociedad neuquina fue fundamental para que la resistencia de los y las obreras no se desgaste y permanezca como un conflicto aislado.
Así, por ejemplo, los presos de la unidad Nº11 donaron su ración de comida durante tres días cuando comenzó el acampe; vecinos, vecinas y las Madres de Alto Valle, los y las docentes de ATEN, movimientos sociales y dirigentes populares se unieron en la lucha frente al poder ultraconservador del gobierno provincial, Movimiento Popular Neuquino (MPN).
“Antes la fábrica estaba dividida por sectores y cada uno tenía un color de ropa distintiva. Por ejemplo, el sector de Selección con la ropa de grafa verde, el de los Hornos con la grafa roja. Si te cruzabas a hablar con un compañero del otro sector, enseguida estabas identificado, de inmediato te enviaban una carta documento y en la segunda te echaban”, rememora Hugo.
Actualmente, al igual que la participación en el sindicato, el sistema de trabajo en la fábrica es de rotación. “Los compañeros que están en ventas, compras, o administración en un determinado tiempo tienen que rotar, para que no se queden atrás de un escritorio y se olviden de un montón de cuestiones”, explica y agrega que Zanón pagaba el 30% de luz y gas porque el resto lo subsidiaba el gobierno. Hoy la Fábrica Sin Patrón debe afrontar un millón de pesos en gastos de servicios.
Durante estos años de gestión obrera una de las luchas fue contra la concepción del trabajo como algo individual, competitivo, o la presión del patrón. La mejor manera de enfrentarlo fue en base a la organización asamblearia y la democracia directa como critierios. “El Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (SOECN) tiene como principio y forma de trabajo la asamblea de trabajadores. Las asambleas de fábrica y del sindicato son la autoridad máxima que permiten el debate, la confrontación de ideas y opiniones y la resolución democrática de todas y cada una de las decisiones a tomar por los trabajadores”, describe uno de los apartados del estatuto del sindicato, tras su reforma, cuando los ceramistas de FaSinPat ganaron el sindicato en el 2000.
“Como trabajador si tenes un sindicato que te representa, te animas a manifestarte, antes te quejabas y el mismo sindicato te echaba. El sindicato es una herramienta del trabajador para el trabajador. Esto ayudó mucho a lo que es la cultura de Zanon, el compañero o la compañera aprendió que la asamblea es el medio de decisión”, dijo Hugo quien consideró que la lucha más grande fue recuperar el sindicato:“poner compañeros representativos y formar un sindicato independiente”.
Todos estos años de autogestión no significaron solo comenzar el aprendizaje y la construccion "sobre la marcha" de la organización colectiva para trabajar en la fábrica, sino también tener que resistir al hostigamiento y las amenazas del poder político y empresarial, más los cinco intentos de desalojo. Frente a esto, la respuesta de las y los trabajadores fue seguir produciendo, y continuar expresándose en las calles, en festivales culturales y abrir la fábrica a la comunidad para que niños, niñas, jóvenes y adultos conozcan esta experiencia de lucha y organización del trabajo.
“A veces es difícil, porque también el hambre quiebra la lucha, pero se siguió adelante. El 8 de abril de 2003 fue la última orden de desalojo, había mucho miedo. Al otro día comenzó a acercarse gente, llegaron a ser 5000 personas, hasta colectivos con chicos de las escuelas. El desalojo no se llevó a cabo por la solidaridad de las personas”, recordó Hugo.
La expropiación de la fábrica Zanón es un antecedente histórico que evidencia la importancia de la unidad de todos los sectores en la lucha. “Haberle arrancado al gobierno provincial, que es un gobierno autoritario y represor, la expropiación es para los trabajadores de la fábrica una alegría inmensa. La expropiación abre las puertas, pero la lucha sigue y vamos por más. Creo que la expropiación se dio en este momento por toda la solidaridad a nivel provincial, nacional y hasta internacional. Es el logro de todos, estudiantes, trabajadores y muchas organizaciones y personas solidarizadas” expresó el trabajador de la ceramista.

Prensa de Frente

No hay comentarios:

Publicar un comentario