jueves, 6 de agosto de 2009

EL PAÍS DEL REVÉS


La santísima trinidad y su cuarta pata, avergonzados por la pobreza

“Mientras en la mayoría de los países del mundo se subvenciona a los productores, en la República Argentina son éstos los que han subvencionado al estado” sostenía la Sociedad Rural ya hacia fines de la década del ´50*. Junto al ejército, la cúpulas eclesiales, la SRA conformó el tridente que respaldó cada proyecto concentrador de las riquezas. Sumando a la “sojizada” Federación Agraria y con el ancho respaldo partícipe de los medios masivos de comunicación.
Los discursos del último fin de semana en el predio rural de Palermo demuestra anhelos históricos en plena vigencia de los grandes propietarios y de quienes, en los últimos años y al compás del modelo sojero exportador, adaptando accionar pero no ideología ni aspiraciones, se han proyectado como importantes productores y socios de los pools de siembra. Los argumentos patrioteros y liberalistas, siempre vinculados al mercado por supuesto, son un clásico de las entidades agrarias, a las que, se ha sumado de lleno ya la Federación Agraria.
En sintonía con el desfile de figuras de oposición por el predio de Palermo, tuvo lugar el relanzamiento de la Santísima Trinidad, conformada por las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica y por la SRA en representación a las patronales nacionales o trasnacionalizadas. Las ceremonias comenzaron con loas al ejército argentino representado por la fanfarria de los granaderos a caballo que puntualmente desfilaron frente a las familias patricias. La segunda pata del resurgimiento estuvo personalizada por el presbítero Gustavo Antico, quien oficio la ceremonia luego de la clasista liturgia que entrega premios a las maestras rurales que atienden a los hijo de “la peonada”.
La reivindicación de José Alfredo Martínez de Hoz en la voz de Mario Llambías de CRA, la berreta aclaración posterior de que se trataba del abuelo; la confesión de Buzzi de “acá todos vamos por retenciones cero”; las monigoteadas de Luis Juez asegurando que su presencia se debía a querer sumarse a un “espacio democrático” completaron un combo en el que no podía faltar el jefe de gobierno Mauricio Macri tildando de “dialoguista” al reaccionario discurso del jefe de SRA. Los medios masivos de comunicación, con el monopolio Clarín, el diario La Nación y el grupo Hadad a la cabeza festejaron e impulsaron la cruzada. Un desgastadísimo Mariano Grondona, fiel asistente a la exposición, se da maña todavía para dictar ideas: en sus programas el doctor no cesa de repetir que siente “vergüenza por la pobreza".
Tan molestos son los discursos pretendidamente sensibles de la Mesa de Enlace y el “bloque agrario”, como ridículos los pedidos de los “Gordos” encabezados por los entreguistas Carlos West Ocampo, José Pedrazza, Armando Cavallieri y Luis Barrionuevo, respecto de una CGT más democrática. El bloque de derecha avanza, sumando voluntades y haciendo posibles argumentos increíbles en quienes los pronuncian.
Si bien, presencias más o menos, el acto de la rural pudo ser una postal de prácticamente cualquier década del último siglo, no deja de ser llamativo el cambio de estrategia: que el titular de SRA, Hugo Biolcati hable de preocupaciones sociales debería arrancar risas, pero el contexto político es trágico. Los discursos en torno a la “verdadera distribución de la riqueza", combinados con la ofensiva contra cualquier política social y la avanzada contra la intervención estatal frente a ganancias extraordinarias, solo son posibles en un marco de debilidad de los proyectos populares.

* Párrafo extraído de las memorias de la Sociedad Rural Argentina al crearse el INTA en 1957.

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