martes, 11 de agosto de 2009

Los cinco: un símbolo de la revolución cubana


El próximo mes de septiembre se cumplirán once años del injusto encierro que sufren en cárceles norteamericanas los cinco luchadores antiterroristas cubanos, por lo que cada día la comunidad internacional acrecienta sus acciones a favor de la inmediata liberación de Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González.
Desde cualquier lugar de la geografía mundial se escuchan las voces que se alzan pidiendo el retorno a su patria de los cubanos, acusados falsamente de espías y víctimas de un amañado proceso judicial en la ciudad estadounidense de Miami, desde donde se han fraguado numerosos hechos terroristas contra el pueblo de la isla.
Japón, Australia, Kenya y Portugal, entre otras naciones, han sido escenario en los últimos días de manifestaciones a favor de los Cinco Héroes, como se les conoce internacionalmente. Unánime es el rechazo a la decisión el pasado 15 de junio de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos de negarse a revisar la causa, pese a innumerables reclamos en ese sentido de personalidades mundiales, incluidos varios Premios Nóbel.
Asimismo, es un pedido de la comunidad internacional que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ejerza la facultad constitucional que tiene y disponga que sean retirados los cargos esgrimidos contra estos patriotas, cuya falsedad ha sido reconocida por el propio gobierno norteamericano.
Altos oficiales militares que comparecieron como testigos o expertos y revisaron las supuestas evidencias afirmaron, bajo juramento, que no habían encontrado nada que implicase la búsqueda de información secreta o que afectase la seguridad nacional de la nación norteña.
La única verdad es que los cinco cubanos impidieron numerosas acciones violentas contra Cuba, que bajo la anuencia de las sucesivas administraciones norteamericanas, se han fraguado en Miami, bastión de la mafia contrarrevolucionaria.
El caso es una muestra más de la política hostil de Washington hacia el pueblo cubano y de su doble moral. Mientras mantiene confinados a los luchadores antiterroristas en cinco prisiones separadas, dispersas en lugares aislados del territorio norteamericano, protege a reconocidos criminales como Luis Posada Carriles y Orlando Bosh.
Ante la indignación del mundo estos sujetos se pasean libremente por las calles de Miami, a pesar de ser los autores confesos de la voladura en pleno vuelo en 1976 de un avión cubano con 73 personas a bordo y de otros hechos terroristas, como los atentados en 1997 contra instalaciones hoteleras en La Habana.
Por eso el mundo exige justicia y por tanto, la liberación incondicional de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, quienes, como afirmara el presidente Raúl Castro, con su inquebrantable firmeza son ya un símbolo de la Revolución Cubana.

María Josefina Arce.

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