lunes, 3 de agosto de 2009

Los barones de la Asociación Empresaria Argentina (AEA)


Por encima de las corporaciones patronales de la industria, el agro, las finanzas, el comercio y los servicios, existe una supraorganización que las contiene, perfecciona y sintetiza a todas. La Asociación Empresaria Argentina (AEA), reúne a medio de centenar de líderes de las principales empresas del país y es presidida por el dueño del Grupo Arcor, Luis Pagani.
Tributaria principalísima de la monumental transferencia de ingresos que implicó la pesificación asimétrica de 2002 operada por el entonces presidente Eduardo Duhalde, bebió las mieles del crecimiento económico que se registró desde entonces hasta mediados de 2008. Ahora, es la encargada de trazar la hoja de ruta de los grupos económicos para preservar sus privilegios en medio de la tormenta desatada por la crisis internacional: Devaluación del peso, congelamiento salarial, precariedad y flexibilización laboral, son las vigas maestras de esa estrategia de poder.
Pagani, quien junto a los Urquía, los Roggio y unos poquitos más decide sobre la tierra, la vida y la hacienda de la población de la provincia de Córdoba, hizo realidad el sueño de los "Chicago Boys" de Martínez Hoz que durante la dictadura militar pregonaban que para el país "da lo mismo fabricar acero que caramelos". La familia Pagani, oriunda de Arroyito, es la fabricante de caramelos más grande del mundo.
Hasta diciembre de 1990 Arcor fue la empresa que dirigió con mano de hierro un solo hombre: Fulvio Pagani, fallecido en Entre Ríos en un accidente automovilístico tres meses antes de que su protegido Domingo Cavallo lanzara el Plan de Convertibilidad. Durante cuatro décadas, la empresa creció desde una modesta panadería hasta consolidarse como un factor de poder en el país, como bastión de la neoliberal Fundación Mediterránea. Tras su fallecimiento las riendas de la empresa las tomó su hijo Luis Pagani.
Arcor pisa fuerte en el mercado de Brasil, Uruguay y Chile y consolidó su liderazgo en la Argentina. En los años 70 y 80 ganó proyección nacional y regional. Abrió o adquirió 20 plantas productoras de dulces, golosinas, galletitas, cereales, conservas, cartón corrugado, papel celofán y hojalata. En 1977 Fulvio Pagani y el constructor Piero Astori crearon la Fundación Mediterránea a sugerencia de Cavallo.
La carrera política del ex ministro está desde entonces ligada a la familia Pagani. Cuando Cavallo asumió en 1989 como canciller de Carlos Menem, nombró a Pagani como cónsul en Finandia. Una manera de retribuirle los servicios prestados.
En los últimos años Arcor se consolidó como el primer productor mundial de caramelos. Hoy es uno de los principales productores de chocolate y de galletitas con la compra de Lía. Controla 40 plantas, se abastece verticalmente de sus productos y factura 1.150 millones de dólares por año.
AEA es tan poderosa que ni siquiera se toma el trabajo de sentarse en el Consejo del Empleo, Productividad y Salario Mínimo a discutir temas relativos al ingreso con otras asociaciones empresarias y con la representación de los trabajadores.
Fungen como vicepresidentes de AEA otras rutilantes figuras del empresariado vernáculo como Paolo Rocca (Organización Techint); Héctor Magnetto (Grupo Clarín); Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó); Víctor Klima (Volkswagen Argentina); Amalia Lacroze de Fortabat (Grupo Fortabat); Enrique Pescarmona (IMPSA); Carlos Miguens (Grupo Miguens); Aldo Roggio (Grupo Roggio); Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza); Antonio Gomis Saez (Repsol YPF) y Alfredo Coto (Supermercados Coto).
Según indica en su sitio oficial, la Asociación Empresaria Argentina está integrada por empresarios que dirigen compañías que, en conjunto, emplean a 300.000 personas, exportan por 10.000 millones de dólares y facturan 200.000 millones de pesos al año. Son empresas a las que les interesa el país.
El abc de la flor y nata de las clases dominantes acá, como en cualquier otra parte del mundo capitalista, consiste en maximizar su renta, someter a los trabajadores, devastar los bienes comunes, percibir jugosos subsidios de manos del Estado y oficiar de gendarmes de la desigualdad social.
Sin fuerza popular organizada, será imposible articular un contrapoder con chances de desmontar los mecanismos del régimen de saqueo y dominación impuestos por los barones de los grupos hegemónicos en la Argentina.

Juan Carlos Giuliani, Secretario de Comunicación y Difusión de la CTA.

Foto: Argentina - Luis Pagani de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y dueño del Grupo Arcor. / Autor: IDEA

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