sábado, 22 de agosto de 2009

La "Vida" después Trelew - 37 Años de lucha por la Justicia


El 15 de Agosto de 1972, un grupo de 6 dirigentes de FAR, Montoneros y ERP integrado por Mario Santucho, Roberto Quieto, Fernando Vaca Narvaja, Enrique Gloriarán Merlo, Domingo Mena y Mario Osatinsky logran fugarse del penal de máxima seguridad de Rawson y abordar un avión en el aeropuerto de Trelew, esperaron al resto de compañeros. El avión es tomado y despega con rumbo a Chile y a Cuba.

"Pensad que esto ha sucedido, os encomiendo estas palabras"
Primo Levi sobreviviente de los campos de concentración nazis.

El segundo grupo integrado por miembros de dichas organizaciones llega al aeropuerto con retraso sin posibilidad de despegar. Toman el Aeropuerto de Trelew 19 compañeros: Ana Villarreal de Santucho, Carlos Astudillo, Eduardo Capello, Carlos del Rey, José Mena, Clarisa Lea Place, Humberto Suarez, Humberto Toschi, Jorge Ulla, Mario Delfino, Alfredo Kohon, Miguel Angel Polti, Mariano Pujadas, Ricardo Haidar, Susana Lesgart, Maria Angelica Sabelli, Maria Antonia Berger, Alberto Camps y mi esposo Rubén Bonet después serán conducidos a la Base Almirante Zar.
Fue la más grande operación que se concibió de manera unitaria por las organizaciones peronistas y no peronistas en esos años de militancia.
El gobierno del Gral. Lanusse declara el Estado de Emergencia y la zona queda bajo el mando de V Cuerpo del ejército.
Al enterarnos de la fuga, familiares de los compañeros decidimos viajar a Rawson y alquilamos una avioneta. Por su lado, los abogados de los compañeros (Los Dres, Ortega Peña, Duhalde, Galin, González Garland y Mattarollo) viajan también a Rawson en remises.
Estos compañeros eran muy jovencitos (entre 20 y 30 años), la mayoría de los familiares eran los padres, eran pocos los que ya tenían esposa e hijos. En Rawson, nos vamos unos a hablar con los militares que estaban al mando en la región, otros, con la iglesia y otros con políticos. Queríamos que les hagan llegar mantas y comida y sobretodo que supieran que nos estábamos ocupando de ellos. Pero nadie nos escuchó, seguimos tratando de hacer algo y nos detuvieron.
En la comisaría de Rawson, estaba con los padres de Mariano, de Susana, de Maria Angélica, entre otros, nos tomaron las impresiones digitales y nos hicieron el prontuario mientras nos "aconsejaban" que volviéramos a nuestras casas. Esta era la condición para liberarnos. Los “viejos” no podían creer que se las agarraran con ellos y me decían: “yo soy medico en mi pueblo y lo único que quiero saber es como esta mi hija, ¿por qué no me van a dejar acercarme a ella?” - “Si mi hijo hizo lo que considero que tenia que hacer, ¿Por qué se la agarran conmigo?” - “Che ¿te parece que tengo cara de gangster?”. Tenían fuerza, humor, orgullo por el camino que habían elegido sus hijos. Para salir, prometimos a los policías que nos iríamos a nuestras casas.
Nos fuimos a Trelew y seguimos buscando información. Yo era maestra y un poco periodista de “Nuevo Hombre” de esa manera conseguí fotos del aeropuerto cuando estaba tomado y una cinta grabada por la televisión de la Conferencia de Prensa. En esa cinta, los compañeros explican las razones de sus luchas y las negociaciones antes de entegarse. En ese momento, se encontraban con ellos en el aeropuerto los periodistas del diario Jornada y Chubut, el Dr. Amaya, abogado, el Juez Godoy y el Dr. Viglione, médico que los revisó y verificó que se encontraban en buen estado de salud. En las negociaciones, autorizan su traslado nuevamente a la cárcel de Rawson: El Capitán Sosa da “su palabra de honor". Mariano habla en nombre de Montoneros, Maria Antonia de la FAR y Rubén del ERP. Firman un acta. Sin embargo, finalmente se los llevan a la Base Almirante Zar.
Esa Conferencia de Prensa queda inmortalizada en la película “Ni olvido, ni perdón” de Raymundo Gleyzer.
Intentamos ir a la Base pero había militares por todos lados controlando, nos vuelven a detener y nos llevan a la comisaría de Trelew. Los abogados se enfrentan a un hermético cerco de silencio que les impide todo contacto con los detenidos de la Base y de la cárcel de Rawson. Los detienen también para su identificación, al igual que los chóferes de los remises que los condujeron. Los Doctores Amaya y Solari Irigoyen que eran abogados locales tampoco logran tomar contacto con los presos y el Dr. Amaya queda detenido. Los jueces Quiroga y Godoy no reciben ninguna petición ni habeas corpus de los abogados. Los abogados convocan una Conferencia de Prensa en el estudio del Dr. Romero y del Dr. Amaya. Poco después, el estudio es allanado. Lo que obliga a realizar sus declaraciones en la calle. Al día siguiente, decidimos todos regresar a nuestras casas.
El 22 de Agosto, muy temprano, escucho en la radio, una de las primeras versiones de los militares diciendo que los compañeros presos en la Base intentaron fugarse, que hay muertos y heridos. Inmediatamente, todos los familiares nos ponemos en contacto con los abogados. Nos dicen que nos vayamos directamente al Aeroparque para viajar a Trelew, sobretodo nos aconsejan no pasar por sus oficinas ni por la Asociación Gremial de Abogados donde solíamos reunirnos. Poco después una bomba explota y destruye el local de la Asociación.
Yo explico a mis hijos, Hernán de 6 años y Mariana de 4 años que les llevo “curitas” para curar a papá y a los tíos y a las tías que se habían peleado con los militares (ellos hacia dos años que visitaban a su papá en las cárceles de Devoto y de Rawson). Tomo un taxi y le pido al chofer que ponga la radio, le explico por qué; cuando llegamos al aeropuerto, no me cobra y me dice Sra. si a su marido lo matan es porque él luchaba por todos nosotros. Era así que se vivió desde un primer momento la masacre de Trelew en el pueblo.
Tomo un taxi aéreo con los Dres Landaburu, Sandler, Cavilla y Lombardi hasta Bahía Blanca para ir al Hospital donde se encontraban los heridos. En el camino, anuncian por la radio que Rubén acaba de morir. Regreso, entonces a Ezeiza para recuperar el féretro. Al llegar, recupero a mis hijos y nos enteramos que los cuerpos de los compañeros los enviaron a sus lugares de nacimiento; en Rosario, Córdoba, Tucumán, Entre Ríos, Santa Fé, Santiago del Estero, Capital y a Pergamino en mi caso. Seguramente, viendo las manifestaciones estudiantiles y populares que se estaban produciendo en Capital, los militares deciden de esta manera evitar todo funeral popular. A Capital, llegan los cuerpos de Eduardo Capello, Maria Angélica Sabelli y Ana Maria Villarreal de Santucho. Quienes serían velados en la Sede Justicialista de Avenida de La Plata.
Tomo un ómnibus para ir a Pergamino con mis hijos, les explico que no se pudo curar a papa y a los tíos y tías que estaban muertos. Mariana, mi hija quería saber si el tío Chupete había muerto también (Eduardo Capello, era su preferido). Empezaron a hacerme preguntas sobre la muerte “¿cómo se hace para respirar y comer dentro de un cajón?” Hicieron dibujos para su papa, que pegué en el cajón.
Mientras yo estaba convencida que jamás, ni Rubén, ni Mariano, ni los otros compañeros podían haber hecho un solo gesto para fugarse. Tenían una fuerte moral revolucionaria, ya habían sido torturados y se mantenían siempre firmes, sabían que estaban rodeados por la Marina, que el lugar estaba en medio del desierto, que no tenían comunicación con el exterior. Simplemente yo pensaba que los habían matado a sangre fría, a pesar de las versiones “oficiales” que aumentaban la confusión. En esos años, no había antecedentes que se hubiera matado a un grupo tan grande de presos políticos en el país y todos comenzamos a hablar de “Masacre”, hasta gente que no estaba de acuerdo con los grupos armados.
Cuando llego a Pergamino, de la misma manera que a todos los familiares fuimos interrogados por la policía, se tenia que firmar una orden militar para que no hubiera ceremonia, velatorio, y que se enterrara inmediatamente al familiar; Para mí, era imposible aceptar estas condiciones, yo quería comprobar que el que estaba en el cajón era Rubén y lo que le habían hecho. Por eso, dejé el cajón en la morgue y empecé a realizar gestiones con la policía para poder abrir el cajón. No fue fácil, ya que hicieron circular en el pueblo, que el ERP iba a recuperar el cuerpo con lo cual el cementerio estaba rodeado de militares. Al final, entre amenazas y tratativas, me permiten identificarlo. Entro con un lápiz y un papel, escribo todo lo que veo; era Rubén, tenia hematomas, tenia especies de grandes lunares (después supe que era la entrada de balas) y una parte de la cabeza destrozada.
Me entero, luego, que en diferentes lugares del país se abrieron los cajones, que había enormes manifestaciones y que con tanques habían desalojado la Sede Justicialista.
A partir de ese momento, estaba convencida que no se podía ocultar la verdad de lo que había pasado, era necesario denunciarlo para que no se continuara matando con total impunidad.
Unos días después inicio el juicio caratulado “Alicia de Bonet contra el Estado Nacional (Comando en Jefe de la Armada)” en el Juzgado de primera instancia n°6. El juez ordena la autopsia de Rubén. En la autopsia, se menciona 3 heridas de bala de distancia y calibre semejante, una herida en la cabeza de bala de otro tipo de proyectil, disparado a corta distancia por lo cual se verifica que es “un tiro de gracia”.
El mismo juicio lo inicia la familia de Ana Villareal de Santucho representada por la Dra. Manuela Santucho. El 26 de Octubre 1972 acompaño a mi abogado Dr. Mario Diehl Gainza a la cárcel de Villa Devoto donde se constituyo el tribunal, para tomar declaraciones a los tres sobrevivientes. Están presentes todos los abogados de los compañeros. Primero declara Alberto Camps, luego Ricardo Haidar y finalmente Maria Antonia Berger quienes a pesar de estar heridos e incomunicados nombran al Teniente Bravo, al Suboficial Marechal, al oficial Sosa y explican con detalles similares cómo procedieron a fusilarlos.
Estos testimonios fueron recogidos por Francisco Urondo el 23 de mayo 1973 en la cárcel de Villa Devoto, los publicó en dos libros “Trelew” y “Trelew, La patria fusilada”.
El Juicio siguió su curso hasta 1974, en que empezó a actuar las triple A con sus asesinatos y bombas. Cuando asesinaron al abogado de Rubén, el Dr. Rodolfo Ortega Pena, hablé con los padres de Mariano, Susana, de Clarisa y me decían “pero querida, no te preocupes por nosotros, somos personas mayores, cuídate vos y los chicos” .No podían imaginar tanta crueldad.!!!
Juan Gelman escribe, en 1972 "Glorias", versos premonitorios de lo que iba a suceder:
..¿Acaso no esta corriendo la sangre de los fusilados en Trelew?…
...¿hay algún sitio del país donde esa sangre no este corriendo ahora?....
Relataré algunos de los casos de ”la sangre que siguió corriendo“ después de Trelew:
- Alberto Camps murió el 16 de agosto de 1977 en un enfrentamiento en su domicilio,
- Maria Antonia Berger murió en 1979 en un enfrentamiento y su cuerpo fue mostrado en la ESMA como trofeo,
- Ricardo Haidar está desaparecido desde 1980.
- Roberto Quieto fue secuestrado y está desaparecido desde 1975,
- Marcos Osatinsky fue ejecutado en 1975, sus hijos José y Mario de 18 y 15 años murieron en un enfrentamiento en su domicilio, su esposa Sara fue secuestrada,
- Mario Santucho murió en un enfrentamiento en 1976, gran parte de su familia permanece desaparecida (hermanos, esposas, sobrinas).Entre ellos la Dra. Manuela Santucho.
- El padre y el hermano de Fernando Vaca Narvaja fueron asesinados en 1976.
El 14 de agosto de 1975 fueron secuestrados los padres de Mariano Pujadas, José Maria y Josefa junto a su hija Maria José, su hijo José Maria y su compañera Mirta. Fueron ametrallados, dinamitados y tirados sus cuerpos en un pozo: Mirta se salva y muere años después de las secuelas.
Arturo Lea Place padre de Clarisa fue matado y su hermano Luis detenido. Una vez liberado abandono el país.
El hermano de Eduardo Capello, Jorge es secuestrado junto con su compañera Irma y el hijo de ella de 12 años. Están desaparecidos.
El hermano de Susana Lesgart, Rogelio es arrestado en 1976, sus hermanas Maria Amelia y Adriana se encuentran desaparecidas desde 1979.
Muchos familiares han sobrevivido por haber vivido clandestinamente y/o haber salido del país.

LA REACCION DE LA GENTE DE TRELEW

El 15 de agosto de 1972 se produce la fuga del penal de Rawson que concluye con seis presos evadidos y una semana después, el 22 de agosto, con el fusilamiento de los 16 que no habían llegado a tiempo para tomar el avión. Trelew quedó paralizado por el terror y la sorpresa. Fue recién en la madrugada del 11 de octubre, cuando el ejército secuestra y traslada a la cárcel de Devoto a 16 ciudadanos de Trelew que habían participado en la comisión de solidaridad, que la ciudad entera reacciona tomando un teatro como sede de una asamblea popular masiva y paralizando la ciudad. Esta gesta popular se mantuvo despierta y en la calle hasta que se liberó al último de los presos. El 27 de octubre Trelew había ganado, gracias a una protesta compacta y espontánea, una batalla inolvidable frente al poder militar del momento.
El relato de estos hechos fue plasmado en 2004 en el largometraje "Prohibido dormir. Crónica de la asamblea del pueblo. Trelew 1972, de Paula Bassi, que cuenta la historia a partir de los relatos de sus protagonistas.
Raymundo Gleyzer está desaparecido desde mayo de 1976.
Paco Urondo muere en un enfrentamiento junto a su mujer en marzo de 1976.
El 22 de agosto de 1976 se descubren 60 cuerpos de personas que habían sido
secuestradas por las Fuerzas Armadas.
Los presos políticos y sindicales de las cárceles del país en especial los de Rawson fueron duramente castigados, muchos de ellos están desaparecidos o tuvieron que salir del país.
Entre 1974 y 1983, hubo más de 200 abogados, asesinados y desaparecidos, en el ejercicio de su profesión; defendiendo el derecho a la libertad y a la vida de presos políticos y sindicales. Con ellos se eliminó la defensa legal y se silenció la Justicia. Los que pudieron salvarse vivieron en la clandestinidad hasta salir del país.
La población de Rawson y de Trelew sufrió persecución, tortura, por haber sido testigos, apoderados, sindicalistas, políticos, periodistas, amigos, médicos, docentes, obreros, estudiantes o miembros de la comisión de solidaridad con los presos de Rawson y de Trelew.
Estas informaciones no son exhaustivas, solo son una parte del iceberg que constituyó en nuestro país la aplicación de la política llamada de "Terrorismo de Estado" que se tradujo por la eliminación física de todos aquellos que se suponía opositores al régimen gubernamental vigente, sin respeto de ninguna ley nacional o internacional de protección de la vida de las personas y que culmino con los 30 000 muertos y desaparecidos.
A partir de agosto de 1974, viví en la clandestinidad con mi familia. Mis compañeros de trabajo me avisaron que los militares habían ido a buscarme a la escuela y que la directora había recibido la orden de mi captura de parte de la Marina. En 1977, salí del país con mi familia.
Una vez restablecida la democracia en Argentina, comencé a mandar cartas a los presidentes argentinos para que se hiciera justicia por Trelew. Traté de reabrir el juicio iniciado pero había desaparecido de los Tribunales.
En 2005 fui invitada junto a otros familiares y ex- presos de Rawson a “los actos oficiales” de conmemoración de los 33 años de la Masacre de Trelew. Fuimos recibidos por la Secretaria de Derechos Humanos de Chubut, Sra. Elisa Martines, por el Subsecretario Dr. Mattarollo y el Secretario de Derechos Humanos de la Nación Dr. Duhalde y más tarde por el Sr. Presidente de la Nación Dr. Kirchner. Por primera vez después de 33 años que reclamaba justicia era escuchada por las más altas autoridades del país. Todos nos dieron su apoyo para que la masacre de Trelew no quede impune.
Se decidió transformar el Aeropuerto de Trelew en Monumento a la Memoria.
Unos meses después varios familiares iniciamos una Querella contra el Estado, esto fue en el mes de febrero 2006. Nuevamente comenzaron a llover las amenazas sobre algunos de los testigos y poco después se denunciaban a los Servicios de Inteligencia de la Marina, situados en la Base de Trelew por sus actuaciones.
Así pudimos saber que nunca dejaron de funcionar, ni antes de la democracia, ni ahora. Los que quedaron vivos y se manifestaron contra la impunidad de Trelew teníamos seguimientos, fotografías, informes, datos sobre las actividades que realizábamos desde los espectadores que fueron a ver la valiente película "Trelew" de Mariana Arruti, que restituye la verdad histórica de estos hechos hasta la entrevista que los familiares tuvimos con el Presidente, pasando por altos funcionarios, abogados, familiares, piqueteros, gente del pueblo. Todos estábamos en esas carpetas que retiró el juez de la Base Almirante Zar.
La Querella iniciada esperamos que permita que la Masacre sea considerada como un "crimen de lesa humanidad" o sea imprescriptible, que los marinos que ayer salieron protegidos del país a las embajadas de EEUU y de Sudáfrica entre otras y que hoy siguen viviendo en barrios protegidos y que fueron los que actuaron en la masacre sean juzgados y que se haga justicia por los compañeros fusilados el 22 de Agosto de 1972.
En la actualidad el juez federal Hugo Sastre, a cargo de la querella, ha procesado a 9 marinos por el caso de espionaje ilegal por delito de abuso de autoridad y separados de sus cargos.
Se están tomando declaraciones a gran cantidad de personas que han podido aportar sus testimonios.
Se ha citado al médico que firmó las actas de defunción de los militantes fusilados, para que declare.
El equipo de física forense del Instituto Balseiro realizara una pericia sobre las paredes de las celdas donde fueron acribillados. La justicia está haciendo su trabajo.
Es el primer 22 de agosto que puedo tener confianza que el compromiso que asumí junto a mis hijos por la Memoria, la Verdad y la Justicia de la Masacre de Trelew se transforme en realidad.

Sra. Alicia L. de Bonet – Krueger
22 de agosto de 2007

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