Con La Cámpora contra la UES, con la UES contra La Cámpora
En las últimas semanas, el kirchnerismo sufrió dos golpes duros en la universidad. Perdió el centro de Sociales, el único que conducía en la UBA, y la dirección de la Federación Universitaria de La Plata. En ambos casos, la derrota fue precedida por la división de las agrupaciones y autoridades K; La Mella intervino en esos procesos con posiciones (aparentemente) opuestas.
En Sociales-UBA, los pibes de Itaí Hagman cerraron un frente con La Cámpora para enfrentar a la UES, la agrupación del PJ que venía de conducir con los K el centro de estudiantes. Allí, para justificar esa alianza de última hora, La Mella dijo que la UES representaba “al Rectorado de Barbieri-Yacobitti, una pata de Cambiemos en la UBA”. Era su forma de defender la continuidad del decano K Glenn Postolski.
Una semana después, en La Plata, los roles se invirtieron. En la ciudad de las diagonales, La Mella impulsó una alianza con Miles, que rompió el frente que tenía con La Cámpora para pasar a disputarse con ella la conducción de la FULP. Miles y la UES son agrupaciones “hermanas”, que comparten el Frente Universitario Nacional por la Emancipación (Fune) en la FUA.
Para justificar esta voltereta en La Plata, La Mella esgrimió la necesidad de una “unidad amplia” contra el “sectarismo” de La Cámpora. En realidad, lo que ocurrió fue que los (¿ex?) chavistas se valieron del impulso del radical Tauber, que quiere volver a presidir la UNLP y está interesado en componer un rectorado “menos ultra-K”, desplazando al camporismo. Sacar a la agrupación de Máximo K de la FULP era un paso fundamental en ese sentido.
A tono con la vocación dialoguista con el macrismo del nuevo Rectorado, La Mella bautizó su frente con Miles con el nombre “7 de Agosto”… por la marcha que las organizaciones sociales ligadas al Vaticano realizaron en el día de San Cayetano. No deja de ser notable para una corriente universitaria que debería propugnar -por definición- el desarrollo de la ciencia y el laicismo, ubicarse bajo la tutela del Papa y los santos evangelios.
Aunque las posiciones de La Mella en la UBA y la UNLP son aparentemente opuestas -“con La Cámpora contra la UES, con la UES contra La Cámpora”- hay un hilo conductor: el acomodamiento a distintas fracciones que se enfrentan como resultado de la disgregación de la camarilla universitaria que gobernó con el kirchnerismo. A esta altura, es claro que la crisis que afectó a esta organización en ocasión de su ingreso a Unidad Porteña fue sólo táctica: la pregunta era “¿cuál es la mejor manera de crecer al interior del régimen, con La Cámpora o sin La Cámpora?”. Y la respuesta “depende del caso”.
Lo que todavía sorprende es la capacidad para moldear discursos tan distintos, armados a la medida de las autoridades del lugar, sin importar que implique defender una política de alianzas antagónica a sólo 55 km de distancia.
Julián Asiner
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