martes, 12 de septiembre de 2017

El gendarme a cargo de la represión en Esquel tiene denuncias por violencia de género y laboral



Diego Conrado Barilari fue ascendido por Macri a pesar de sus antecedentes.

Diego Conrado Balari es el comandante mayor en jefe de la Agrupación XIV de Gendarmería Nacional. Tiene bajo su mando a los escuadrones 36 de Esquel y el 37 de José de San Martin, en la provincia de Chubut. Entre ambos llevaron a cargo la represión en Cushamen, el 1 de agosto, donde desapareció Santiago Maldonado.
Balari se hizo conocido por ser el primero en reconocer que en la represión de Cushamen actuó bajo “órdenes precisas emanadas del Ministerio de Seguridad”, refiriéndose a Pablo Noceti, jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación. Pero la historia del jefe de Gendarmería no se acota a estos hechos: Balari acarrea un largo prontuario de Antecedentes Penales y de Violencia Familiar.
Al respecto, en el escuadrón 7 de Salta –lugar donde fue jefe de personal en el periodo 2014/2016– se filtró que Balari fue desplazado luego de una campaña pública que se realizó en su contra por la violencia con la que actuaba sobre el personal. De esto da cuenta el diario El Tribuno, en nota publicada el 21/08/2014, donde se informa que el gendarme fue demandado por un subalterno por “Daños y perjuicios y daño moral por enfermedad profesional, acoso psicológico y moral, discriminación, medida de protección de persona y reestructuración jerárquica”. La causa efectivamente existe y se tramita ante el juzgado federal N° 1 de Salta, a cargo de Julio Bavio.
Pero eso no es todo: Balari registra dos denuncias de violencia de su esposa, a quien –según fuentes consultadas por este medio– “le desfiguró el rostro a golpes”; por este hecho fue detenido y liberado apenas un día después. Luego, al igual que la Iglesia con los curas pederastas, el método que utilizó el estado argentino –dirigido por el kirchnerismo en ese entonces– fue transferir al violento a otra dependencia: Esquel.
Allí fue ascendido a Comandante Mayor por Mauricio Macri, por Decreto 398/2017, publicado el 7 de junio en el Boletín Oficial. El mismo fundamenta que “se dan las condiciones para el ascenso”, cuyos criterios son contemplados por la Junta Superior de Calificaciones de Gendarmería, órgano que inevitablemente era consciente de los antecedentes de Balari.
El cuento de la “oveja negra” a la que “se le va la mano” queda descartado: estamos hablando de hombres reclutados, defendidos y puestos en cargo de jefatura por la coalición del ajuste, ayer CFK y hoy Macri. Queda en evidencia una vez más que las fuerzas represivas, lejos de ser herramientas democráticas eficientes como vocifera el kirchnerismo, son un arma cargada contra la población.

Luis Segovia y Arturo Borelli

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