Movilizaciones en Página 12, Clarín y Perfil
La gran movilización nacional del 8J convocada por todos los sindicatos de Prensa del país, abrió una nueva etapa en la pelea contra el ajuste y los despidos que llevan adelante los trabajadores de nuestro gremio en la Ciudad de Buenos Aires.
Desde fines del gobierno de Cristina el gremio de Prensa recibió innumerables golpes con el cierre de la mayoría de los medios K y un achique en los de la “Corpo”, que se ahondaron con el triunfo del macrismo.
El vaciamiento de todos los medios del Grupo 23 pertenecientes al ex candidato a intendente del FpV por Tigre, Sergio Szpolski, vino acompañado por un ajuste con retiros voluntarios, prejubilaciones y despidos en Clarín, La Nación y el cierre de las redacciones de BAE y Crónica en Pompeya, donde se concentraba todo el activismo del grupo y sus delegados (que fueron despedidos).
Estos golpes -que provocaron más de 1.000 despidos y desvinculaciones- acompañaron la respuesta patronal represiva y de ataque a la vida sindical, frente al nacimiento del nuevo sindicato de prensa, el Sipreba, surgido de una decisión del plenario de delegados de la prensa escrita, radial y televisiva para sacarse de encima, de una vez por todas, a la repodrida burocracia de la Utpba.
A los despidos, las patronales le sumaron un acuerdo salarial con la burocracia que implicaba la firma de la peor paritaria del país, la negativa a que el Sipreba participara en la negociación, el desconocimiento de comisiones internas elegidas bajo el nuevo sindicato en algunas empresas y la persecución a delegados y activistas.
Los trabajadores de prensa reaccionaron primero, con una votación masiva a los que pusieron en pie al Sipreba en las elecciones del nuevo sindicato. Vino luego la enorme movilización de más de 3.000 compañeros al Ministerio de Trabajo en reclamo de todo un pliego reivindicativo.
A pesar de los ataques recibidos, la marcha demostró una enorme disposición de lucha que, aunque de manera desigual, ha crecido en fuerza e intensidad. En Página 12 hubo un paro y corte de calle, con quema de neumáticos, en reclamo del 40% pisoteado en el acuerdo bochornoso entre las cámaras empresarias y un sindicato inexistente.
La patronal kirchnerista del “portero” Santa María logró en tiempo récord que el ministro Triaca decrete la conciliación obligatoria. El apuro ministerial contrasta aquí con el silencio cómplice del macrismo para con Szpolski a raíz del cierre de todos los medios del grupo 23.
A pesar de la conciliación, los trabajadores han resuelto quites de firmas que se cumplen masivamente.
Junto a Página 12, la comisión interna de Clarín lanzó un plan de lucha en todos los diarios del grupo con asambleas multitudinarias, cortes de calle y cacerolazos internos y quite de firmas, también en reclamo de una modificación de las paritarias y exigiendo además, la reincorporación inmediata de un nuevo delegado de prensa del sector Expedición de la planta en Barracas.
Este compañero trabajaba desde hace años con un contrato diario, es decir que su “estabilidad”, para Clarín, dura 24 horas, lo que refleja el nivel de explotación de la patronal negrera que ha manifestado su negativa a cualquier cambio salarial. Hasta ahora, la empresa se ha negado a cumplir el fallo judicial que ordena la reinstalación del delegado despedido.
En Perfil, la patronal comenzó a desdoblar el pago de los salarios y anunció que iba a postergar el cumplimiento de la paritaria por varios meses y que los retroactivos recién los iba a abonar el próximo año.
Todo esto, luego de la fastuosa inauguración del nuevo edificio de la editorial con la presencia de Macri, Scioli, Massa, Stolbizer y el presidente de la Corte, días antes de las elecciones de octubre.
Los trabajadores de Perfil venían de soportar golpes profundos con más de 100 despidos en 2014/15 y el procesamiento de sus delegados, falsamente acusados de violar la libertad de prensa por una huelga general contra los despidos.
A pesar de este cuadro, y en el marco de asambleas masivas con presencia, incluso, de los editores, los periodistas de la editorial organizaron dos cacerolazos y un masivo quite de firmas en el diario que será acompañado por la redacción de la revista Noticias.
El Sipreba convocó un plenario de delegados que resolvió el llamado a asambleas en todas las empresas y una nueva movilización general a principios de julio.
La lucha contra el ajuste en el gremio de Prensa está comenzando a crecer y a fortalecerse.
Rubén Schofrin
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