sábado, 18 de junio de 2016
Con el botín del señor López comerían tres millones de niños
Con el dinero secuestrado al exsecretario de Obras Públicas se podía paliar parte de la crisis de los comedores escolares bonaerenses, que Scioli dejó en bancarrota y Vidal profundiza.
La imagen del “hombre de los millones en el monasterio” se multiplica en los medios y sus repercusiones hunden en el fango y en el desbande al Kirchnerismo y le dan buenas noticias al macrismo.
Entre el Panama Papers de Macri y el botín de José López emerge el carácter estructural de la corrupción en el capitalismo. Entre Panama Papers y el monasterio de General Rodríguez se manejan cifras siderales que para cualquier trabajador son inalcanzables. Mientras sigue el escándalo también continúan -con menos prensa- las penurias del pueblo trabajador.
Con los 8.982.047 dólares, 153.610 euros, 425 yuanes, 49.800 pesos, 2 riyales qataríes y los seis relojes de lujo que le incautaron al exsecretario de Obras Públicas, ¿cuántas escuelas y hospitales se podrían arreglar? ¿Cuántos chicos podrían tener unos buenos platos de comida caliente?
Sin contar los relojes de oro, y sumando todo el resto, el dinero que pretendía enterrar López alcanza para más de 3 millones de cupos de comedor a $ 40 cada uno. Vale recordar que eso sería mucho más de lo que hoy destina la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal (y de lo que destinaba Daniel Scioli), ya que hoy cada cupo es de $ 12,50.
Ese dinero podría paliar en parte la crisis de los comedores escolares bonaerenses, a los cuales, cada vez más chicos y chicas asisten porque en sus casas no tienen para comer.
Para tomar otra comparación muy gráfica, se podrían pagar también con ese monto más de 142 mil becas de $ 900 cada una para ayudar a miles de estudiantes a terminar la secundaria.
El mismísmo ministro de Educación de Macri, Esteban Bullrich, sostuvo que con ese dinero “se podrían construir 10 jardines de infantes”. Pero su cinismo no tiene límites. ¿Cuánta obra pública se podría realizar con los millones que empresarios como Macri y otros de su gabinete fugaron a los paraísos fiscales de Panamá?
Como dijo en el Congreso Nacional la diputada del Frente de Izquierda Myriam Bregman, “todo el que se involucra en la obra pública en Argentina termina millonario”. De esto sabe mucho el kirchnerismo, como quedó en evidencia esta semana.
Pero también Macri, cuya familia se enriqueció como contratista del Estado. El grupo empresario del que forma parte el presidente, durante la última dictadura no solo logró que se estatizara su deuda privada de la mano de Domingo Cavallo sino que pasó de tener 7 empresas a manejar 47.
Este escándalo muestra que todos los gobiernos -sea el menemista, el kirchnerista o el actual- al justificar medidas de ajuste con “falta de plata” miente descaradamente.
Qué diferente sería si los millones que el Estado tiene para llevar adelante la obra pública estuvieran en manos de los trabajadores, y que fueran éstos quienes pudieran decidir que plan de obra pública realizar.
Hoy más que nunca, hay que pelear por el desarrollo de una alternativa política de la clase trabajadora luchando contra el ajuste y la impunidad.
María Díaz Reck Dirigente de SUTEBA La Plata
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