lunes, 27 de junio de 2016
A 20 años del primer “Cutralcazo”
Hace 20 años, el 26 de junio de 1996, concluía en la ciudad de Cutral Co, en Neuquén, el primer gran levantamiento de los desocupados, que dio origen a los llamados “piqueteros”.
El 26 de junio de 1996, pasadas las 16 horas, una asamblea multitudinaria de vecinos de las localidades de Cutral Co y Plaza Huincul votaba levantar los piquetes que mantenían cortado el tránsito desde hacía una semana sobre la ruta nacional 22. El entonces gobernador de Neuquén Felipe Sapag en persona finalmente había aceptado reunirse con los representantes elegidos por los manifestantes y firmar un acta acuerdo dando respuesta a sus demandas. Así concluía, hace 20 años, el primer Cutralcazo, que sin dudas fue uno de los primeros grandes levantamientos de los desocupados, que terminó en una verdadera pueblada.
Todo comenzaría una semana antes, cuando el gobernador Felipe Sapag anuncia el 19 de junio la decisión de poner fin al contrato con la empresa Agrium, que iba a instalar una planta de fertilizantes en la localidad. Más allá de ser un contrato de entrega, donde la parte del león se lo llevaría la multinacional canadiense, existía gran expectativa en los puestos de trabajo que supuestamente generaría la instalación de dicha planta, y la noticia, trasmitida la mañana del 20 por FM Victoria, generó bronca y desilusión en ambas comunidades. Cutral Co y Plaza Huincul, ciudades totalmente dependientes del petróleo, tenían por esos años un 26% de desocupación (que llegaría al 36% un año después), producto del impacto de la privatización de YPF en 1992, cuando la desocupación era de apenas un 3,6%. La esperanza prometida de salir de esa situación se terminaba con la llegada de aquella noticia.
La Radio Victoria abrió su micrófono a los oyentes y poco a poco se fue transformando en el canal de información y comunicación de los vecinos, que terminaron convocándose en una masiva asamblea sobre la ruta nacional 22 a la altura de La Torre de petróleo ubicada en el ingreso de Plaza Huincul, la primera de las dos localidades camino desde Neuquén Capital.
Con ramas, troncos, cubiertas, etc comenzaron a improvisarse los entonces novedosos “piquetes” que impedían el tránsito de cualquier vehículo que quisiera entrar o salir de la ciudad. El viernes 21 la municipalidad decreta asueto para todos sus empleados, no hay clases, los comercios cierran por propia iniciativa, acercando víveres a los “piqueteros” que sostienen los cortes en la ruta. Ambas ciudades están virtualmente paralizadas, la “vida” gira en torno al piquete. Es verdaderamente una “pueblada”, que se extiende durante todo el fin de semana, sin obtener ninguna respuesta del gobierno provincial, que hasta entonces se niega a viajar a Cutral Co a dialogar con lo que él considera unos “delincuentes”.
El lunes 24 llega una orden de desalojo firmada por la jueza federal Margarita Gudiño de Argüelles, quien solicita al entonces ministro del interior de Menem, Carlos Corach, que envíe a gendarmería para efectivizarlo. El martes 25 llegan más de 400 gendarmes con perros y decenas de vehículos, incluyendo un hidrante, prestos para desalojar el piquete. La noticia corre como reguero de pólvora y miles de vecinos se congregan sobre la ruta 22. Cerca de las 10 de la mañana gendarmería desata la represión con balas de goma y gases lacrimógenos. El pueblo resiste con piedras y gomeras el avance de gendarmería, que es sorprendida por la masividad de la concentración, y debe detener su avance. La jueza, presente en el lugar, se acerca hacia el piquete y anuncia que se declara incompetente para llevar adelante el desalojo. Una primera victoria del piquete que es festejada por miles.
Fracasado el intento de represión, al gobernador Felipe Sapag no le queda más remedio que cambiar de política y busca una negociación. En principio no quiere concurrir al piquete sobre la ruta así que esa misma tarde se dirige hacia el edificio municipal de Cutral Co, pero debe rendirse ante la realidad y la relación de fuerzas, producto de la masividad y el fracaso de la salida represiva. El 26 no le queda más que dirigirse al piquete y firmar un acuerdo con los representantes de los desocupados, acuerdo que pondrá fin al primer Cutralcazo.
Finalmente el gobernador Sapag no cumplió con el compromiso asumido, firmado más para descomprimir la tensa situación que para hacerlo realmente efectivo, dejando un descontento que sembrará las bases para el segundo Cutralcazo, que estallaría al año siguiente.
Más allá de la “traición” al acuerdo firmado, el primer levantamiento de Cutral Co y Plaza Huincul fue un hecho que marcó no sólo la historia de Neuquén sino del país, recreando un método de lucha entonces novedoso, el “piquete”, que luego se generalizaría con el agravamiento de la crisis económica y social, no sólo entre los desocupados sino entre los trabajadores ocupados y otros sectores sociales oprimidos. Otro punto característico, tanto del primer como del segundo Cutralcazo, será el reclamo de “trabajo para todos” frente a una desocupación que creció al calor de las privatizaciones, y no se limitaba al reclamo de subsidios, que serían luego de estos levantamientos una política generalizada, que no por casualidad comenzó en Neuquén con los llamados planes 2128.
Las imágenes de los piquetes de Cutral Co y Plaza Huincul recorrieron el país y marcaron toda una nueva etapa de la lucha de clases en Argentina, hace ya 20 años.
Alejo Lasa
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