Primer juicio contra un comunicador ligado a dictadura argentina
El periodista Agustín Botinelli, de 65 años, compareció esta semana ante la justicia para declarar como imputado por la entrevista falsa publicada en 1979, a Thelma Jara de Cabezas, madre de un desaparecido, que fue entrevistada rodeada y vigilada por quienes la mantenían secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), durante la pasada dictadura.
Jara de Cabezas debió hacer una declaración exculpatoria de los dictadores en un cafetería cercana a la sede de la ESMA, aterrorizada bajo la vigilancia de sus secuestradores a cuya cabeza estaba el marino Ricardo Miguel Cavallo, quien sería descubierto en México, en el año 2000 cuando dirigía el Registro Nacional de Vehículos de México. Por la denuncia de Thelma Jara ante el juez Baltasar Garzón en España, cuando no había posibilidad de juzgamiento en Argentina, Cavallo fue extraditado a España y desde allí a Argentina, para ser procesado, y está detenido por crímenes de lesa humanidad.
Gustavo Alejandro, el hijo de Thelma Jara tenía 17 años cuando fue secuestrado el 10 de mayo de 1976 y desde entonces desaparecido. A partir de aquel día Thelma lo buscó incansablemente y fue una de las primeras Madres de Plaza de Mayo.
Pero el 30 de abril de 1979, cuando tenía 52 años y salía del Hospital Español donde su esposo agonizaba por un cáncer terminal, Thelma fue secuestrada en la parada del autobús que la llevaría a su casa, por un grupo de tarea de la Marina.
En diversas entrevistas relató su doloroso paso por la Esma, adonde la llevaron esposada y encapuchada aquella noche y donde fue sometida a torturas y vejaciones por Cavallo entre otros.
Fue Cavallo, Marcelo o Sérpico como lo conocían sus víctimas, quien le propuso bajo amenazas de muerte que apareciera declarando en lo que era entonces la revista Para Ti de la Editorial Atlántida.
Thelma sabía que si se negaba su destino era ser enviada en uno de aquellos vuelos de la muerte de los que nunca nadie regresaba y además pensó que si aparecía en una publicación, su hijo Daniel y su nuera que estaban en México se darían cuenta que estaba viva, ya que la estaban buscando desesperadamente desde su desaparición.
Ella había estado antes en México para denunciar lo sucedía en Agentina ante una reunión de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) y también en Roma con dirigentes de la organización Montoneros.
Evidentemente los militares tenían informes de sus movimientos. Sus días en la Esma fueron un infierno, pero se ganó el respeto de todas las víctimas.
No sabía que aún le esperaba el difícil momento de la entrevista falsa, una perversa creación del Grupo de Tareas, en que querían hacerla aparecer como una madre secuestrada por Montoneros, llevada a Uruguay, obligándola a ser filmada en algunas calles porteñas que podían ser confundidas con Montevideo, para preparar su plan.
El 23 de mayo de 1979, sus secuestradores le comunicaron que su esposo había muerto.
Así llegaría el día de la entrevista que realizaría supuestamente Alberto Cerritti, con sus captores y torturadores esperando que dijera lo que le habían obligado a decir, en realidad que su hijo estaba muerto y que ella había sido víctima de los subversivos.
Para Ti publicó en septiembre de 1979 la entrevista con Thelma, con sus fotos, para la cual la maquillaron. Habla la madre de un subversivo muerto era el título de aquella entrevista que para ella fue uno de los duros tormentos, porque eso fue a los que fue sometida. En 1984 presentó su primera denuncia por esta esta maniobra de los Grupos de Tarea de la Esma, donde estuvo detenida.
Ahora llegó el turno a los responsables civiles. El periodista Botinelli –hoy desconocido en el ambiente- responsabilizó al fallecido Aníbal Vigil, uno de los dueños de esa editorial, pero durante un tiempo logró atrasar su declaración indagatoria lo que alargó este juicio en que investigan las responsabilidades penales del ex editor de la revista Para Ti.
En su declaración dijo que no sabía lo que sucedía en Argentina en aquellos momentos. Y trató de salvar de responsabilidad a la publicación, atribuyendo la culpa a Vigil, pero también solicitó medidas probatorias para su defensa, y pidió al juez interviniente Sergio Torres que cite a declarar a los periodistas Mario Mactas y a la jefa de redacción de Para Ti, Lucrecia Gordillo, además de otros integrantes de ese medio.
“Es la primera vez que un periodista es imputado por su participación en un delito de lesa humanidad a causa de actos que formaron parte del plan de exterminio; en este caso, un reportaje falso. Se abre así un nuevo andarivel en la búsqueda de los responsables civiles del terrorismo de Estado. Los medios de comunicación y muchos de los periodistas que dirigían las revistas de Editorial Atlántida y otros medios hegemónicos como La Nación, La Razón, Clarín y de distintas provincias, cumplieron el rol de activos agentes de operaciones sicológicas concertadas con los servicios de inteligencia de las tres fuerzas, la policía, los gendarmes y la prefectura”, dijo el abogado querellante, Pablo Llonto.
Recordó que Jara de Cabeza también debió hablar para el periódico uruguayo News World de la secta Moon para una entrevista, publicada el 22 de agosto de 1979 y que Para Ti citó como antecedente de lo que significaba un testimonio esclarecedor y tremendo que descubre los métodos de la subversión. Hace treinta años Thelma Jara de Cabeza espera una justicia que no llegaba. Por eso esta semana fue clave para las Madres de Plaza de Mayo y para una mujer que fue víctima de todos los horrores de aquellos años del lobo.
Stella Calloni
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