La declaración indagatoria a Amado Boudou muestra que el alcance de la llamada “causa Ciccone” no afecta exclusivamente al vicepresidente, sino que alcanza a buena parte del gobierno. Boudou, en TN, no se sólo se quejó, como de costumbre, por la conspiración de los medios sino también por “las internas” del oficialismo - en igualdadd de plano. El vice avisa que tiene el dedo en la ficha del ventilador. No se privó de señalar, como financistas de los compradores misteriosos de Ciccone, a un sector importante de los empresarios que la “levantaron en pala” con el kirchnerismo.
Es lo que establece también una resolución de la Sala I de Cámara Federal al reclamar al juez que investigue la ‘ruta de dinero’. Es para quienes aportaron los 50 millones de pesos para el levantamiento de la quiebra. Entre los implicados estarían Raúl Moneta, vinculado a negocios de medios con los K y el dueño del Banco Macro, Jorge Brito, Boudou involucra también al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. La crisis política está servida.
Aunque el pedido de investigación de la ruta del dinero, asocia la suerte del vicepresidente a la de grupos económicos poderosos y de funcionarios relevantes del gobierno.
Este entrelazamiento explica la reticencia de la cúpula del PRO - Macri, Miccheti, Rodriguez Larreta- en acompañar la ofensiva contra Boudou. Al mismo tiempo, el diario La Nación destaca las relaciones excelentes entre Argentina y Estados Unidos, luego de un pasado reciente de altercados. Así como los K han conseguido un montón de “amigos del tribunal” para abogar por la causa de Argentina ante la Corte norteamericana, ¿los conseguirá en la Corte local para zafar del caso Boudou hasta diciembre de 2015? Entre los ‘amigos’ que han ido a interceder a Nueva York, se encuentra la oposición destituyente en pleno, que no lo parece tanto. Otro reputado destituyente, el capo de la UTA, Fernández, acaba de firmar un convenio de trabajo a la medida del ministerio de Trabajo. Cuando peor le va los K en Tribunales, más aprieta las clavijas el capital internacional para cargarse a Argentina y al gobierno enteros.
Boudou parece haberse convertido en una tuerca suelta del oficialismo. Nadie lo acompañó a Comodoro Py, ni él vaciló tampoco en arrimarse a Constitución, donde se aloja TN. Al fin de cuentas, al grupo Clarín no le interesa Boudou sino su superior inmediata y los negocios de telefonía, que el oficialismo está entregando a los competidores de Magnetto y amigos de la Rosada.
En definitiva, ¿está comprometida la continuidad del gobierno? Hasta el Papa criollo, que ha pedido cuidados especiales para la mandataria, metió los garfios al pedir una plegaria por el juez Lijo -según adelantó, al menos, su curioso ‘alter ego’, el ahora ‘mani pulite’ Gustavo Vera. En Italia, el ‘mani pulite’ volteó al gobierno corrupto de Craxi y abrió el camino a su discípulo virtual -el ‘honorable’ Berlusconi. De otro lado, los K continúan haciendo la vida imposible a Scioli -una operación que luce como un vaciamiento del pejotismo. Al gobierno le mueven el piso tanto quienes quieren sacárselo de encima como quienes se interesan por su continuidad para exprimirlo mejor. Cualquiera sea la ‘ruta’ que se siga en el ‘affaire’ Ciccone, la terminal es siempre el kirchnerismo y el gobierno.
La agonía de caricatura del pomposo proyecto K ha sido advertida por el kirchnerismo de izquierda -el cual no quiere acompañarlo al cementerio. En ese campo se ubican Marea Popular, el Frente Darío Santillán y otros menores, con la intención de obstaculizar que la crisis política potencie al Frente de Izquierda.
La continuidad del gobierno está cuestionada y el fiel de la balanza lo manejan Nueva York y el Vaticano.
Miguel Briante
No hay comentarios:
Publicar un comentario