viernes, 18 de abril de 2014

Feria del libro en defensa del BAUEN



Después de once años de ser recuperado por sus trabajadores y funcionar como cooperativa, al hotel BAUEN le emitieron orden de desalojo. En el marco de la campaña “El BAUEN es de todos”, se realizó la feria del libro social y político con la presencia de Osvaldo Bayer.

En solidaridad con la lucha de los trabajadores del hotel BAUEN, culminó el miércoles pasado la Feria del Libro Social y Político que se realizó en el edificio de Callao 360 en pleno centro porteño, autogestionado desde hace más de 11 años.
La Feria se llevó adelante durante dos días, bajo el lema “Leer es formarse, formarse es luchar”. Durante la primera jornada tuvo lugar la presentación de la colección Biblioteca Economía de los Trabajadores, en la cual la editorial Arturo Peña Lillo y Ediciones Continente lanzaron los tres primeros libros íntegramente realizados en empresas recuperadas y cooperativas gráficas, con la participación de sus autores, trabajadores de empresas recuperadas y del escritor e historiador Osvaldo Bayer.
La presencia de Osvaldo Bayer fue el hecho destacado del primer día de la actividad en la que participaron más de 20 editoriales y colectivos de trabajadores autogestionados exhibiendo sus producciones. “Es una lucha que tiene que ser apoyada por todo el pueblo argentino, hay que salir a la calle para defender esto que es el principio de la democracia”, sostuvo el historiador. Y agregó: “Ninguna democracia puede cerrar una cooperativa, una obra como ésta que han hecho los trabajadores que han reconquistado un lugar que estaba cerrado y han hecho de él un hotel popular. Creo que hay que hacer una gran campaña y no permitir que lo cierren. Si el fallo es definitivo la señora Presidenta tiene que jugarse y terminar de una vez por todas con una ley que otorgue eternamente la propiedad a la cooperativa de trabajadores del BAUEN”.
También destacó el profundo significado de que se exhiban libros en una cooperativa de trabajadores: “Después de once años de tanto trabajo por un juicio maligno les quieren quitar la propiedad de este hotel y ellos les responden con una feria del libro, con cultura. Los felicito a los trabajadores del BAUEN y a todos los editores que han expuesto aquí. Este es un paso adelante de nuestra democracia. Sigamos así”.
El plato fuerte del segundo día fue el estreno del documental B.A.U.E.N. Lucha, cultura y trabajo, dirigido por Fabián Pierucci y producido por el Grupo Alavío, que sintetiza los 11 años de autogestión del BAUEN. La exhibición contó con la mirada atenta de Nora Cortiñas, Stella Calloni, un numeroso grupo de trabajadores del hotel y público asistente que premiaron con un cerrado aplauso la realización.
“Los materiales fueron registrados durante once años y forman parte de pequeños trabajos en función de campañas, de tareas de esclarecimiento que en este caso tomaron el formato de un documental tipo largometraje, pero en esencia tiene un sentido de uso para la lucha, como herramienta que aspiramos se apropien los propios trabajadores”, nos aclaró Fabián, quien también hizo un primer balance de la actividad: “Este es un punto de partida, es el inicio de la lucha contra el desalojo de la cooperativa”.
Las actividades se enmarcaron dentro de la campaña de apoyo a los trabajadores del Hotel BAUEN, en reclamo de la continuidad de la autogestión, ya que el pasado 21 de marzo, a través de solicitadas en los principales diarios del país, se conocieron los edictos donde se intima a la cooperativa de trabajo a desalojar el edificio en un plazo de 30 días. En consecuencia, se organizó una comisión de apoyo, desde la que comenzaron a tomar forma distintas iniciativas para difundir y acompañar la reivindicación del espacio. La Feria del Libro Social y Político fue la primera de una serie que continuará en los próximos días y cerrará con un gran acto-festival en la puerta del hotel, con la participación de León Gieco.

Un poco de historia

El Hotel BAUEN fue construido con créditos otorgados por la última dictadura militar que nunca se terminaron de pagar en oportunidad de la realización del Mundial 78. Para hacer el hotel, el empresario Marcelo Iurkovich (ya fallecido) pidió préstamos al Banco Nacional de Desarrollo, integrante de la banca estatal. Los créditos, que fueron otorgados con el auspicio del vicealmirante Carlos Lacoste, presidente del ente organizador, nunca fueron saldados. La empresa inició una demanda judicial contra el Banade, alegando haber sido perjudicada por una serie de demoras en el desembolso del dinero. Pero ese juicio, en el que el Estado planteó a su vez sus reclamos, terminó con un fallo en contra para la empresa. El caso tuvo una sentencia de la Cámara de Apelaciones en el 2007. Los jueces establecieron que el grupo Iurkovich le debía al Banade ocho millones de pesos ($ 8.616.234). La sentencia fue apelada y el expediente está ahora en la Corte Suprema para que se determine finalmente de cuánto es la deuda.
Los trabajadores del BAUEN hicieron en 2012 –sobre la base de la sentencia de la Cámara– un cálculo que actualizó la deuda en más de veinte millones de pesos. Los últimos datos de hace dos años, cuando hubo valuaciones del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y del Banco Credicoop, hablaron de entre 35 y 40 millones de pesos.
El grupo empresario que construyó el hotel estaba encabezado por Marcelo Iurkovich, y hoy es Hugo Iurkovich, su hijo, quien está motorizando el desalojo y asiste a las audiencias en nombre de la empresa Mercoteles, la que reclama la tenencia del hotel.
En este marco, otro reclamo de la recuperada es que se investigue la venta por la que en junio del 2001 el inmueble fue adquirido por la empresa Mercoteles SA, que se había constituido cinco días antes con un capital mínimo. La pregunta es cómo pudo concretarse esta operación cuando el juicio por las hipotecas impagas del Banade estaba en curso.
Durante los últimos seis años, los trabajadores presentaron en el Congreso nacional una serie de proyectos de ley de expropiación, que propusieron declarar de utilidad pública al BAUEN y que el edificio se diera en comodato a la cooperativa del hotel. Sin embargo, ninguno de los proyectos logró avanzar. Como alternativa, los trabajadores hablan de alquilar o comprar el hotel. Si bien no podrían negociar esto con el grupo Iurkovich –el largo conflicto muestra que las chances de un entendimiento son nulas–, sí podrían hacerlo con el Estado, si es que éste termina –como en definitiva se espera y se reclama– expropiando el edificio.

Mario Hernández

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