“Crónica de una infamia anunciada”
Parafraseando a Gabriel García Márquez, José Schulman, representante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre en el Consejo Directivo, se refirió sin eufemismos a la inminente disolución del IEM. La presentación de la 3ra. edición del libro “El Terrorismo de Estado en la Argentina” sirvió para reflexionar sobre la coyuntura y el futuro de las políticas públicas de memoria en la Argentina.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, titular del Serpaj y consejero del IEM; Liliana Barela, directora del Instituto Histórico de la CABA y también consejera del IEM; Atilio Boron, sociólogo y politólogo, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (PLED) y José Schulman, secretario de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y miembro del Consejo Directivo del Instituto, integraron la mesa que, para la presentación de la 3ra. edición del libro El Terrorismo de Estado en la Argentina. Apuntes sobre su historia y sus consecuencias. El otro en el discurso político argentino. Selección documental se convocó en el salón Montevideo de la Legislatura porteña, con la solidaria y desinteresada colaboración del diputado Alejandro Bodart (MST).
El querido Osvaldo Bayer, otro de los autores del libro que había sido convocado para el acto, no pudo concurrir por problemas personales de último momento, pero hizo llegar su adhesión.
En primera fila se destacaban Mirta Baravalle, Nora Cortiñas y Nair Amuedo de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, junto a otros representantes de los organismos y personalidades que integran el Consejo Directivo del IEM, como Miguel Ponsati (MEDH), Miguel Monserrat (APDH), Irma Medina (Herman@s), Beinusz Szmukler, Ana María Careaga, Lita Stantic y Víctor Basterra. También estaban presentes Cecilia Piñeiro, secretaria Ejecutiva a cargo de la Dirección y una nutrida delegación de los trabajadores del Instituto.
Liliana Barela
Ante un salón colmado, con la presencia de varios legisladores de la ciudad y con el peso de la coyuntura dominada por la posible disolución del IEM sobrevolando la escena, Liliana Barela inició la charla refiriendo que “la historia de este libro está atravesada por la historia del Instituto Espacio para la Memoria. Es el resultado de una construcción colectiva y en realidad como dice Jean Chesneau en su libro ¿Hacemos tabla rasa del pasado?, casi no necesitaría tener nombre de los autores porque lo hemos hecho entre todos. Pero por una cuestión de responsabilidad y dedicación, los nombres de Osvaldo Bayer, Atilio Borón y Julio Gambina y los de Elvira Barillaro y Francisca La Greca son los que aparecen titulando este libro”.
Luego de un racconto sobre el rol del mismo en tanto núclo del guión histórico del Museo sobre el Terrorismo de Estado, en donde hizo una cálida evocación de la figura de Mabel Gutiérrez y su pelea por llegar al Museo, construyendo un relato colectivo, Barela analizó la coyuntura destacando a “los organismos de derechos humanos que han resistido desde el primer momento del golpe de Estado, en plena dictadura hasta el día de hoy, sin haber abandonado sus banderas históricas. Banderas que nos se abandonaron nunca y que hoy están pagando un alto costo. El alto costo de la autonomía que seguimos defendiendo aquellos que admiramos y valoramos la trayectoria de los organismos de derechos humanos”.
Atilio Boron
Comenzó confesando su su orgullo “por haber participado de este colectivo, porque, como bien dijo Liliana Barela, este libro no es de los cinco autores que lo escribimos, sino que se trata de una obra, cuya construcción no fue el producto de cinco plumas aisladas que se pusieron a investigar por separado, sino que fue trabajado conjuntamente, colectivamente y, creo, eso se refleja en su enorme riqueza. Si el IEM hubiera hecho solo esto -y no es así, porque ha hecho muchísimo más- el balance sería, desde ya positivo”.
“Se trata de un instrumento fundamental, de Memoria, de Verdad, de Justicia –prosiguó– que, según yo creo, molesta -porque no debemos engañarnos, hay mucha gente que cree que estos son temas que deben quedar en el pasado- y si hay algo que demuestra el libro, que el Terrorismo de Estado fue una política de raíces muy profundas, que adquirió dimensiones absolutamente sin precedentes y aberrantes en los años de la dictadura genocida cívico militar, pero que no nacieron de la noche a la mañana, sino que arrancan –y Osvaldo Bayer ya en más de una ocasión lo marcó– desde el inicio mismo de nuestra vida independiente”.
Para Boron, el libro “es un material muy didáctico y claro, indispensable para los chicos de la escuela secundaria y para la gente que no es especialista en el tema. Es al público en general al que nos tenemos que dirigir, público que está envenenado por los medios de comunicación, por discursos de todo tipo que lo confunden que lo dejan sumido en profundas paradojas sobre la cuestión de los DDHH, por todo esto creo que es importante esta tercera edición del libro. Y aún con los cambios institucionales que se vienen, habrá que ver la manera de sacar el libro igual, independientemente de que al IEM le corten las alas, le saquen el presupuesto o lo disuelvan. Creo que el libro es un patrimonio inalienable, que debemos mantener a cualquier precio”.
Y ya desde su rol de analista político, el autor afirmó su profunda preocupación por “la iniciativa de transferir a manos del Gobierno Nacional una institución como el IEM, primero porque creo que la práctica que se sigue en Argentina de destruir instituciones y programas, es una práctica suicida, y en segundo lugar, es una práctica que no tiene en cuenta los vientos de la política nacional y lo que se nos viene encima, es decir, gobiernos nacionales sin preocupación por los DDHH, sino todo lo contrario. Lo que va a haber es una política de dar vuelta la hoja y acabar con este tema que molesta y es, para muchos, cosa del pasado. No puedo entender la lógica de convalidar una decisión de este tipo, que entrega una institución que ha hecho un trabajo notable a manos de futuros gobiernos nacionales que, basta ver la galería de presidenciables, para saber que ninguno de ellos ha demostrado tener una preocupación seria por este asunto. Es algo de suma gravedad, un modo de anestesiarnos para creer que este es un cambio para bien, cuando en realidad, no hace falta ser un analista muy sesudo, este es un modo de comenzar a cerrar una etapa de la historia argentina en la que los DDHH ocuparon un lugar central. Ese es el resultado real. Y no se va a acabar esto en el ataque al IEM, sino que va a seguir con todo lo demás”.
Finalmente, Boron reflexionó: “Sin embargo creo que el IEM ha dejado una semilla, que ha florecido dando lugar al crecimiento de un árbol muy vigoroso y que más allá de que conservemos esta institución que está amparada por una legislación o la perdamos, estoy convencido que acá se construyó una institución real, sociológicamente hablando, independientemente del marco jurídico que tenga y creo que nosotros estamos dispuestos a seguir dando batalla”.
Adolfo Pérez Esquivel
Fue directo al tema: “Creo que todos tenemos claro lo que pasa, pero algunos tienen la mente oscura, esa es la diferencia y no están precisamente aquí”. Convocó a no bajar los brazos, a resistir, porque a su entender: “la gran derrota de los militantes es el conformismo”.
“Si no pensamos a los derechos humanos desde una perspectiva liberadora, constructora de otros espacios –continuó el Premio Nobel de la Paz–, nos quedamos tan sólo en el existencialismo de paliar el dolor de los sufrientes. Si la política y la lucha por los derechos humanos no resultan transformadoras de la sociedad en la que vivimos, con valores indivisibles en la construcción democrática, entonces no estamos hablando de los derechos humanos.
“El otro punto que quiero señalar –afirmó rotundo–, es la apropiación que pretenden hacerse de las políticas de los derechos humanos. Estos pertenecen al pueblo y no a un partido político o a una organización”.
Con su habitual amplitud estratégica, Pérez Esquivel (quien ya ha dirigido una Carta Abierta a los legisladores de la ciudad; ver p. 3 de esta edición) reflexionó: “La Argentina es parte de todo un proyecto de dominación continental y tenemos que tener esa visión latinoamericana, si no estamos perdidos. Si defendemos el IEM, también estamos defendiendo toda esa perspectiva que pasa en el continente y esto de quebrar al Instituto, a nosotros no nos van a quebrar, con estas mezquindades, pero tenemos que estar pensando que esta es una lucha que continúa”.
Tampoco escapó de su análisis la situación de los trabajadores del IEM: “también debemos defender el derechos de los trabajadores (...), de eso no nos podemos olvidar, porque hay listas negras”. Y concluyó: “El IEM abrió puertas, abrió los espacios de la Memoria y del trabajo colectivo, de la conciencia crítica y de valores y por eso estamos aquí, continuando la lucha para resistir. Hemos resistido situaciones muy difíciles en el país y vamos a seguir resistiendo en memoria de los 30.000 detenidos-desaparecidos”.
Por los trabajadores del IEM
Los trabajadores del IEM también hicieron oir su voz.
En representación de ellos, Cecilia MacCormack y Anita Pavón leyeron un comunicado de adhesión, en el cual manifestaron su orgullo por su tarea en el Instituto, lamentando “lo mucho que cuesta construir y lo poco que cuesta retroceder”, en referencia a la anunciada disolución del Instituto Espacio para la Memoria.
José Schulman
A su turno, el consejero José Schulman comenzó evocando la reciente pérdida de Gabriel García Márquez expresando: “Creo que no es un exceso decir, que así como él escribió Crónica de una muerte anunciada, nosotros aquí estamos escribiendo la crónica de una infamia anunciada. ¿Y por qué una infamia? ¿Por qué hablamos con palabras tan fuertes? Es una infamia por el método, por el modo, por el estilo y por las traiciones”.
El representante de la Liga fue enfático al destacar la autonomía del IEM, señalándolo como una anomalía, uno de los pocos ejemplos de entes autárquicos y autónomos que han funcionado en nuestro país, porque: “no es lo mismo que haya políticas de DDHH de Gobierno, a que hayan políticas públicas de DDHH”.
“Y ahora que hay políticas públicas de DDHH, y que el IEM garantiza que se mantengan, disuelven el IEM para que no haya más políticas públicas de Memoria y para que haya políticas de Memoria gubernamentales, que tendrán el color del Gobierno que gobierne en la Argentina”–manifestó Schulman.
“La decisión de disolver el Instituto Espacio para la Memoria es el punto de un viraje, porque golpea en lo simbólico, vuelve la escena atrás diez años, lo saca al entonces presidente Néstor Kirchner de la ESMA, entrando al Casino de Oficiales” junto a los sobrevivientes y a todos los que fueron ese día, “y lo pone en otra secuencia”, – aseveró enfático. Y concluyó: “Señores Legisladores (...) El Instituto Espacio para la Memoria seguirá viviendo porque es una conquista del pueblo y las conquistas del pueblo no se disuelven por decreto”.
Nora Cortiñas
Finalmente, Nora Cortiñas recordó la lucha de las madres: “luchamos hace 37 años a cara descubierta, pusimos el cuerpo (...) fuimos ofendidas, fuimos agredidas muchas veces (...) sacaron leyes que parecían que se terminaba el mundo, que provocaban que muchas se volvieran a sus casas (...) y presenciamos muchas canalladas de legisladores que votaban con asco”.
“Entonces, reflexionando –concluyó Norita–, no lo puedo aceptar esto del IEM, lo viví de cerca, fue también mi casa, viví la independencia, la autonomía (...) ahora no queda ningún organismo completamente independiente (...) por eso, cuando escucho que denigran a los integrantes del IEM, cuando escucho calumniar a gente honesta, me da un dolor tan profundo que no lo puedo creer”. Como siempre, el acto culminó con el grito por los 30.000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario