martes, 8 de abril de 2014
Fuentealba, las tizas siguen escribiendo
Al cumplirse 7 años del asesinato de Carlos Fuentealba, organizaciones sociales, docentes y estudiantiles se movilizaron en varios puntos del país para exigir justicia. Al otro día, una escuela se recuperó en su nombre.
En Capital Federal, la movilización se realizó el pasado viernes desde el Obelisco hasta la Casa Provincial de Neuquén, en donde cientos de estudiantes y docentes reivindicaron a Carlos Fuentealba como símbolo de todas las luchas docentes que se dan en defensa de la educación pública.
Carlos Fuentealba se había recibido de Profesor de Química en el año 2005. Ya en el 2006 sus estudiantes de la escuela N° 69 de la Cuenca XV, una de las zonas más precarizadas de la provincia de Neuquén, lo premiaron como el “Rey de los colegios” a modo de reconocerlo como el mejor profesor.
En la mañana del 4 de abril de 2007, docentes nucleados en el sindicato ATEN intentaron realizar un corte en la ruta 22, a la altura de Arroyito, para exigir aumento salarial y mejoras edilicias en las escuelas públicas de la provincia. Sin embargo al llegar al lugar los manifestantes se encontraron con un fuerte operativo policial que dio inicio a una salvaje represión antes de que los docentes llegaran a realizar la medida de protesta.
Los policías comenzaron a apurar el desalojo con corridas, balas de goma, gases lacrimógenos y carros hidrantes. Pasadas las dos horas se desató un tercer foco represivo, en el que el cabo José Darío Poblete arrojó la bomba de gas lacrimógeno que rompió el vidrio trasero del Fiat 147 en el cual se encontraba Carlos e impactó en su nunca, terminando con la vida del maestro.
El 4 de junio de 2008 comenzó el juicio oral que condenó a prisión perpetua al Cabo Poblete, encontrándolo responsable de “homicidio calificado siendo un miembro integrante de las fuerzas policiales abusando de su función, con la agravante de ejercer violencia mediante el empleo de un arma de fuego, agravado por alevosía, en concurso ideal”.
Actualmente, el pedido de justicia continúa vigente exigiendo el avance de la causa “Fuentealba II” destinada a investigar y juzgar a los responsables políticos del hecho y que ubica al entonces Gobernador Jorge Omar Sobisch como el principal responsable de haber dado la orden directa para organizar el operativo que impidiera que los docentes pudieran efectuar el corte en la ruta. Sin embargo, tras 7 años de una lucha encabezada por Sandra Rodríguez, esposa del maestro, la justicia niega la apertura de los archivos necesarios como prueba para poder citar a declaración al ex gobernador.
Ni chicos sin escuela, ni escuela sin chicos
Años de reivindicación de su figura y del pedido de justicia han logrado avances en la organización del sector docente -como lo ha demostrado la reciente movilización y paros en todos el país- así como también un trabajo conjunto en las aulas junto a la comunidad y a las familias. Este proceso se concreta en el triunfo de la expropiación de la escuela “Carlos Fuentealba”-anunciada durante la movilización del pasado viernes 4-, espacio que había sido tomado hace más de un mes por docentes, estudiantes y vecinos del sur de la Ciudad para denunciar la falta de más de 10 mil vacantes en las escuelas públicas de la Capital Federal.
El proyecto de expropiación de la escuela, ubicada en la calle Manuel García al 370, fue aprobado por la Legislatura Porteña el pasado jueves 3 de abril y representa una gran conquista por parte de los vecinos del Distrito Quinto de la Ciudad.
“En el marco de la profundización de la crisis de las vacantes, a partir de la implementación del sistema de inscripción on-line, un grupo de vecinos y docentes de Parque Patricios resolvimos ocupar una escuela que había sido abandonada por el macrismo hace 4 años. Hoy, a 39 días de aquella marcha y después de mucha lucha, conseguimos que se vote en la legislatura un proyecto de ley y expropiación y ocupación temporaria que nos permite estar hoy festejando y homenajeando al maestro con la recuperación de una escuela para los pibes del barrio que todavía no tienen vacante” afirmó en diálogo con Marcha Damián Dresche, militante de la agrupación Ni Calco Ni Copia.
Luego de un conflicto histórico que encontró a los docentes en la calle, la recuperación de dicha escuela implica también traer la memoria a la acción: “Hay una tendencia por parte de los gobiernos de tirarse en contra de la escuela pública y también, por suerte, hay una fuerte tendencia de los docentes de salir a la calle en su defensa, como estuvo hace 7 años el maestro Carlos Fuentealba”, sostiene Damián.
Joaquín Malamud, militante de la agrupación Simón Rodríguez, explicó: “Se ha discutido mucho acerca de si la inscripción on-line ha salido bien o mal. Nosotros entendemos que el problema parte de una intencionalidad política por parte del PRO que es, principalmente, filtrar pibes de la escuela pública a la escuela privada. Miles de familias que intentaron juntar peso sobre peso para poder zafar de la falta de vacantes, mandando a sus hijos a escuelas subsidiadas por el Estado que cuestan alrededor de $300 por mes. De esta forma, las escuelas públicas quedaron siendo las escuelas de los más pobres, de aquellos que ni siquiera pueden juntar 200 pesos. El mayor freno que le hemos puesto al macrismo en la Capital Federal, fueron todos los jardines y primarias que se resistieron a la implementación de las aulas container. En este sentido, la escuela Carlos Fuentealba hoy esta expropiada y esperamos que pronto esté en funcionamiento para nuestros pibes del barrio”.
El propósito de esta escuela fue hacer notar al Estado la ausencia de una respuesta -viable- que diera contención a la demanda educativa de esa zona, pero al mismo tiempo, hacerlo desde el trabajo colectivo entre la comunidad docente, familiar y barrial. “A lo largo de este mes se llevaron adelante distintas actividades para visibilizar la situación crítica de la educación pública en la Ciudad, denunciando la falta de vacantes y las malas condiciones edilicias. El nombre elegido para esta escuela fue el del maestro asesinado en 2007 en Neuquén, esto es en este contexto un homenaje y un motivo de festejo. La escuela se ha bautizado Carlos Fuentealba en honor a un maestro que fue asesinado justamente por salir a luchar en defensa de la escuela pública, por su dignidad como trabajador, por su salario. Y Carlos era un maestro comprometidísimo que se metía en los barrios, que se embarraba los pies, con el que nos identificamos absolutamente todos los maestros que estamos participando de esta lucha. Así que por ese lado es un gran regalo para esta semana de memoria poder terminarla de esta manera” contó a Marcha Lucas Gorodneff, docente del Frente Popular Darío Santillán.
La jornada de lucha para homenajear y exigir justicia por el maestro asesinado continuó con una vigilia en la escuela recuperada. Carlos Fuentealba es, desde hace 7 años, el mayor símbolo de lucha que toman docentes y estudiantes de todo el país para reivindicar la defensa de una educación pública y popular.
Nuria Illán
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