miércoles, 9 de abril de 2014

El Bauen, hoy: problemas y desafíos a 12 años del 2001

Sobre una mesa de Utopía, el bar que tiene el hotel BAUEN, Federico Tonarelli apoya dos celulares que hace una semana –y durante la entrevista– no paran de sonar. Como ex presidente de la cooperativa que gestiona el hotel y actual titular de FACTA (Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados), coordina reuniones, actividades y jugadas políticas para frenar, una vez más, la nueva amenaza de una vieja orden desalojo. ¿Cómo? Como siempre: “Con una gran campaña pública para visibilizar nuevamente el conflicto, volviendo a tirar un puente con el Estado nacional, que es el actor principal en todo esto porque los antiguos dueños tienen créditos impagos. Y cerraremos con un recital con grandes artistas”, anuncia. La idea de rodearse de otras agrupaciones, fábricas recuperadas y demás amigos y compañeros no es exclusiva del BAUEN, sino que responde a una receta de muchas recuperadas para enfrentar al desalojo: somos más.

Promesas incumplidas

La orden de desalojo vigente que los apura para la primera semana de mayo viene acompañada de una campaña mediática de la antigua gerenciadora del hotel, Mercoteles S.A., para limpiar su imagen (que los trabajadores del BAUEN se han encargado de denunciar desde el 2001 en que los dejaron en la calle) y mostrarse como una empresa responsable y potente. Por ejemplo, sacaron una solicitada en el diario PERFIL en la que prometían cuidar todos los puestos de trabajo de la cooperativa y poner el hotel 0km. Responde Tonarelli: “No pueden mostrarse de otra forma, sobre todo para generar un contrapeso mediático. Pero están prometiendo algo que ellos mismos no cumplieron durante añares. Acá nadie les cree nada, salvo algún compañero joven que tiene la mínima esperanza, pero que después los más antiguos se encargan de contarles quiénes son”. El ejemplo más concreto se encuentra a la vuelta del edificio de Callao, en un edificio que los Iurcovich han conservado como hotel bajo el mote de BAUEN Suite: “No está pasando por su mejor momento”.

Qué se defiende

La cooperativa actualmente tiene 130 trabajadores (casi el doble de cuando los Iurcovich cerraron el hotel) y no sólo es un hotel de pasajeros: es un bar, un restorán, una biblioteca, y sede de innumerables actividades sociales, culturales y políticas para la que prestan sus auditorios. “Se convirtió en un lugar donde muchas actividades se piensan para realizarlas acá y no en otro lado – dice Tonarelli-. Desde los congresos de la LGBT hasta una convención internacional de tatuajes… La defensa del BAUEN no es solo la defensa de los puestos de trabajo”.

La defensa del BAUEN, entonces, significan todas estas cosas:

“La cooperativa definitivamente puede gestionar el hotel”.
“Nosotros somos la única garantía de que el Estado pueda cobrar los créditos que los antiguos dueños no pagaron, porque si nos sacan el inmueble y se lo dan a ellos probablemente lo vendan, o hagan una operación con una cadena hotelera. La única garantía de que puedan cobrar eso es si nosotros estamos adentro, y esa plata es patrimonio nacional. Por eso decimos ‘el BAUEN es de todos’”.
“No queremos ser empleados de una persona de la que ya varios conocemos qué tipo de patronal representa: en su momento nos han cambiado de razón social 3 ó 4 veces, no han pagado indemnizaciones y han cerrado el hotel”.
La investigación pendiente
Hablar de la orden de desalojo que pesa sobre la cooperativa quizá esté a riesgo – por la urgencia- de no recordar que la antigua gerenciadora del hotel, MERCOTELES S.A., cometió maniobras de fraude e incumplimiento que hoy están impunes.
La investigación penal que presentaron los trabajadores en contra de los Iurcovich no prosperó, y de hecho esa causa ,que era la que mantenía suspendido el desalojo desde 2012, ahora fue archivada.
La cooperativa busca otras alternativas que desentrañen la maniobra, según la cual Marcelo Iurcovich recibe un préstamo del ex Banco Nacional de Desarrollo por iniciativa del gobierno militar para la construcción del hotel, del cual pagó solamente 4 de los 12 millones. Tonarelli: “Ayer (por lunes 7 de abril) se hizo la presentación en el Congreso de una comisión bicameral para investigar la complicidad económica de empresarios y civiles. Hablamos con el diputado Recalde, quien la presentó, y con el presidente del Cels, Horacio Vertkisky; ambos nos dijeron que entreguemos toda la información que tengamos a la comisión para que se investigue”. Qué importancia merece esta jugada: “Si la comisión genera una señal política en relación a la investigación de este fraude, probablemente se pueda activar un efecto suspensivo de la orden”, especula Tonarelli. Los otros puentes políticos apuntan al Ministerio de Economía, el responsable de reclamar aquellos créditos aun impagos.
¿Y la Ley de expropiación? “No estamos a fondo con el tema. Hemos hecho un laburo infernal durante años en ese sentido, y hemos probado que no depende del ímpetu nuestro de caminar todos los despachos, si no hay voluntad política. Entonces someter a ese esfuerzo a la cooperativa… preferimos dosificarlo y ponerlo en campañas públicas y actividades de otro tipo”. Hay otra alternativa para que el Estado haga algo: “que intervengan en el expediente diciendo: señora jueza, no devuelva el edificio porque acá hay algo por cobrar…”.

La mirada larga y lo que está en juego

Con el pulso que le permite ser presidente de FACTA, Tonarelli hace un lado la urgencia del caso, o en realidad lo encuadra en contexto, poniendo en perspectiva a las recuperadas: “Todos los cambios sociales llevan un tiempo que muchas veces excede ampliamente la propia paciencia del sujeto que lo protagoniza. Nosotros estamos con esto hace 11 años. Supongamos que todo el proceso de recuperación de empresas lleve 15 años. Es una barbaridad de tiempo para cualquiera de nosotros, pero socialmente es nada. Entonces, recién se están empezando a producir cambios, recién se está empezando a tomar al proceso autogestivo como algo serio y que está realmente asentado y que llegó para quedarse. Al principio parecía un parche, cuando la situación mejorara parecía que íbamos a desaparecer, pero después fueron apareciendo una segunda tanda de cooperativas autogestiones, que no tiene que ver con la recuperación de una empresa que quebraba, sino con la voluntad de un grupo de trabajadores que arma una cooperativa de trabajo y no una SRL para emplear gente. Entonces la arquitectura legal de ese proceso viene a posteriori de todo esto. Ok, vos que la estás peleando no podes más, pero visto en perspectiva ocurren así las cosas; la pelea por la igualdad de derecho, en cualquier ámbito, es así: años de lucha que después se traducen en una arquitectura legal producto de que hay algunos que se quedaron ene l camino y no llegaron a verlo. En nuestro caso sería una empresa que han desalojado y dejado de existir, pero que contribuyeron a la pelea para que este proceso se afiance”.

¿Y cuáles son los problemas de hoy?

No solo la regularización por la tenencia de inmuebles y máquinas, sino toda una serie de medidas , de políticas públicas para el sector. El acceso a crédito en condiciones más ventajosas: si no tenés la propiedad ni del edificio ni de las máquinas, no lo podés hipotecar para un crédito, entonces se le hace muy difícil a la cooperativa. También las condiciones de la seguridad social en la que estamos inmersos como monotributistas, que es un disparate; en realidad somos colectivos de trabajadores para el que debería crearse un régimen propio con nuestras particularidades. No somos ni autónomos ni trabajadores en relación de dependencia. Parece que ahora, después de todo este tiempo, empieza a instalarse la idea de que hace faltan política públicas para el sector y eso está bueno. Con el apremio y la urgencia de todo esto no terminamos nunca de pulir del todo. Hay que termina de pulirlas y presentarlos como propuestas y reivindicaciones para el sector. Son peleas que te agarran viejo y canoso, pero por suerte te agarran. Termina recayendo en los emprendimientos más emblemáticos, más grandes en porte y tamaño, porque es donde más claramente se ve el problema. Lo simbólico de la caída del BAUEN implicaría un golpe a todo el sector muy grande.
Para agendar: El 15 y 16 de este mes habrá en el BAUEN una feria del libro social y política y estrenarán la película del hotel, que narra su proceso de recuperación y estos años sostenidos.

lavaca

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