miércoles, 5 de diciembre de 2007

DESGASTE Y PERSECUCIÓN EN EL PUERTO DE MAR DEL PLATA



"Los señores que pagan las campañas políticas"


El reclamo por Garantía Horaria y Registración Laboral cobró más fuerza cuando el 1 de noviembre se cumplieron los cien días que el ministerio de trabajo bonaerense había dado como plazo para el blanqueo de los fileteros luego que estos cortaran los accesos de la ciudad durante más un mes.Aquel día, los trabajadores ocuparon el Consejo Deliberante hasta lograr el compromiso de los bloques locales y del intendente Daniel Katz de concretar una reunión con los ministros Tomada y Nieto. Luego de tres semanas de fuertes reclamos el gobierno logró calmar la protesta de los obreros de tierra del puerto de Mar del Plata recurriendo al desgaste de los trabajadores, la persecución y hasta el allanamiento del gremio, situación que no se sucedía desde la última dictadura militar.
Una semana más tarde el propio Katz se presento en la asamblea permanente del Sindicato de Obreros de la Industria Pesquera (SOIP) para informar que los ministros nacionales no solo no iban a aparecer sino que también no “sabía cuando”. En la huida, entre piedras e insultos, el ahora diputado provincial por el Frente por la Victoria arrastro durante 50 metros a la filetera María Vera que, colgada de la camioneta de Katz, todavía seguía exigiéndole una respuesta.
A partir de ahí, los trabajadores ocuparon durante una semana el Ministerio de Trabajo Nacional hasta lograr la reunión con Tomada. Hasta iniciarían una huelga de hambre cuando la policía en menos de 24 horas detuviera a once trabajadores. Ocho de ellos fueron acusados de prender fuego varios camiones y cinco de ellos luego, cuando se produjo el desalojo de la sede del sindicato, declarado en asamblea permanente por los trabajadores autoconvocados.
Durante el avance policial sobre el SOIP fue también detenida la periodista Silvia Prima a quien el desalojo le hizo recordar “el accionar violento de la última dictadura militar”. La comparación no es forzada; desde el gobierno de las juntas militares es la primera vez que fuerzas de seguridad estatal toman por la fuerza una sede gremial en Mar del Plata. Otra vez en manos de la burocracia sindical, hoy se impide el acceso a los delegados. Samuel Salas, titular del sindicato dice que es por “recomendación de la policía”.
Finalmente la reunión con Tomada se realizó el martes 27 de noviembre en Capital Federal. A los obreros de la pesca los acompaño una manifestación en la que se encontraban, entre otros, los obreros de Zanon, el Hotel BAUEN, el Movimiento Teresa Rodríguez, los trabajadores del Casino Flotante y del Hospital Garraham. Allí se quedo en una próxima reunión el 13 de diciembre convenientemente luego de la veda de fin de año que corta el trabajo en las plantas hasta mediados de febrero del 2008.

Ingenio empresarial
Desde el primero 1 de agosto (el día que levanto el corte en el puerto) las principales plantas de procesamiento comenzaron su retorcida versión de la regularización laboral. Ciento setenta obreros de las cooperativas de Giorno y trescientos quince repartidos de otras plantas fueron despedidos. Las cesantías se repartieron en dos grandes grupos; o la precarización del obrero era tal que no había manera legal de disfrazarla o estos habían participado de algunas de las huelgas declaradas en la asamblea permanente. En ese caso, el escueto telegrama de despido resaltaba la frase “por considerarlo un elemento peligroso para la fuente de trabajo”.
Casi al mismo tiempo que se cumplían los 100 días que habían acordado (obreros, empresas y el Ministerio de Trabajo bonaerense) para el blanqueo de los fileteros, la empresa Fitu encontraron un mercado laboral menos exigente. Desde el 5 de noviembre, con todos los permisos de Felipe Sola, cincuenta internos de la Unidad Penitenciaria Nº 15 de Batán filetean pescado en turnos que llegan a alcanzar 24hs. dentro del penal.
No sorprende la complicidad. Durante los 90 y como Secretario de Pesca y Agricultura, Felipe Solá fue la herramienta del menemismo que impusieron las cooperativas de trabajo al mismo tiempo que entregaba el recurso pesquero en forma de “cupos de pesca” a empresarios de todas las nacionalidades.
Estos aportes de Solá, junto con el accionar de Nieto, Tomada y los políticos locales quedan resumidas en la resignada respuesta del presidente del Consejo Deliberarte a los trabajadores durante la toma del municipio: “Yo los entiendo, muchachos. Y les firmo lo que quieran, pero entiendan…esos señores (por los empresarios) nos pagan las campañas políticas”

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